Lo que te hace ser persona
No es tu esfuerzo
lo que te hace ser
hombre.
No son tus propósitos,
ni tus conocimientos,
ni tu actividad.
Tampoco tu aspecto
físico,
tu fuerza, tus
músculos,
tus aventuras
alcohólicas,
tus relaciones
amorosas,
tus palabras duras
o tus gestos agresivos.
Eres hombre
en la medida
en que creces junto a
otros,
sirves a otros
y te comprometes con los otros.
En la soledad de tu
vida
te deshumanizas cada
día.
En la incomunicación de
tus
sentimientos,
o en el egoísmo de lo
que tienes,
vas destruyendo la
imagen de Dios,
que está impresa en ti.
Eres hombre cuando
eres dueño de ti mismo.
Y sabes a quiénes
puedes entregar tu
vida.
Eres hombre en la
medida
de tu lucha,
para que otros hombres
puedan serlo,
para que vivan y
trabajen
dignamente,
para que se les
reconozca y
respeten en sus
derechos,
para que oren, amen y
crezcan
como hombres libres.
Nunca serás hombre
sin los hombres.
Nunca serás feliz sin
los demás.
No podrás vivir
plenamente,
si, al pronunciar el
yo,
no hay un tú que lo
reciba,
o un nosotros que lo celebre.
Yo soy hombre cuando tú
estás.
Somos hombres
cuando estamos juntos.
Palabras para el
silencio
Colaboración de Juan García de Paredes.