Este manifiesto no es
una súplica. Es un grito. Es un puño sobre la mesa de la indiferencia. Es un
llamamiento urgente a la conciencia del mundo.
Gaza no puede esperar.
Hoy, las organizaciones
firmantes —los Comités Nacionales de UNICEF y UNRWA en España, Amnistía
Internacional, Oxfam Intermón, Médicos Sin Fronteras, Save the Children y
Movimiento por la Paz (MPDL) — alzamos nuestras voces como una sola. Las
alzamos porque el sufrimiento de la población palestina es insoportable.
Las alzamos porque en
Gaza, con cada día que pasa, algo esencial de nuestra humanidad se desmorona.
Nos dirigimos a los
gobiernos, a líderes políticos, a las instituciones internacionales, a los
medios de comunicación, a las organizaciones de la sociedad civil y, sobre
todo, a todas las personas que aún no
han renunciado a su conciencia ni a su capacidad de indignarse ante los actos
de barbarie que el actual gobierno y el ejército de Israel están cometiendo en
Gaza.
En menos de dos años,
más de 55.000 personas han sido asesinadas, más de 18.000 son niños y niñas.
Más de 127.000 han resultado heridas, muchas con amputaciones, quemaduras, mutilaciones y traumas imposibles de sanar.
Después de los ataques cometidos por Hamás, matando a 1.200 personas muertas y
tomando alrededor de 250 rehenes el 7 de octubre de 2023, Gaza ha pasado a
convertirse en el escenario del sufrimiento humano más desgarrador de nuestro
tiempo. Se ha transformado en un símbolo brutal del dolor.
El impacto mental es
inenarrable, los niños y niñas nos hablan de una desesperanza total hacia el
futuro. Y todavía seguimos buscando palabras que estén a la altura de este
infierno, porque ya no alcanza el lenguaje para describir tanto dolor.
Prácticamente toda la
población de Gaza vive desplazada y asediada, sin un lugar seguro donde
refugiarse. Más de la mitad son niños y niñas. Como consecuencia del asedio
total impuesto por las autoridades israelíes el 2 de marzo, el 100% de Gaza
corre ahora riesgo de hambruna, según Naciones Unidas. Más de medio millón de
personas están en fase 5 de hambruna catastrófica, decenas han muerto ya y
seguirá sucediendo si el Gobierno de Israel no permite la entrada de ayuda
humanitaria masiva.
La protección y
asistencia especiales que el Derecho Internacional Humanitario otorga a la
infancia —y que constituyen una obligación legal para las partes en conflicto—
no se han cumplido. Asesinados o mutilados, cercados por el hambre y el miedo,
niños y niñas están siendo afectados de forma desproporcionada por este
conflicto. Más de 41.000 han perdido a uno o ambos de sus progenitores. El
impacto es tan profundo que ha sido necesario acuñar un nuevo término para
describir a aquellos que han sobrevivido, “niños y niñas heridos, sin
familiares supervivientes”.