La guerra civil ha causado ya más de 150 000 muertes y
ha provocado la mayor crisis de refugiados del mundo. La asistencia médica está
colapsada, los niños se mueren de hambre y la comunidad internacional no está
haciendo prácticamente nada.
Pese a todo, en medio del horror y del sufrimiento,
están surgiendo destellos de humanidad.
La gente se ha organizado por todo el país para montar
centenares de comedores y clínicas de emergencia, donde ofrecen comida,
medicamentos o cobijo a quien lo necesita. Estos puestos de atención urgente se
han convertido en la única garantía de supervivencia para miles de familias que
huyen de la violencia extrema y la hambruna. Cumplen una labor tan vital que
han recibido una nominación para el Nobel de la Paz.
Pero están en la cuerda floja. Apenas reciben apoyo de
los gobiernos o las agencias de ayuda exterior, se están quedando sin
provisiones y muchos se han visto obligados a cerrar.
AVAAZ