Historias   bíblicas 
de ayer que se repiten hoy
Aquí tienen una  serie en 5 capítulos sobre un suceso de la
vida de Jesús.
Ya
saben, o deben saber,  que los evangelios
no son historias de Jesús al estilo tradicional 
sino catequesis   para ayudar a
conocer su palabra y su vida y que quien lo lea 
sienta  en su corazón  el deseo 
de lo que él decía a muchos: “Sígueme”
Pues
nosotros vamos a  adornar  una de esas narraciones evangélicas con el
pincel de nuestra imaginación. Seguro 
que la historia les suena. Vamos a preguntarnos qué  pasó con aquel trozo de cuerda  que Jesús utilizó para expulsar a los
mercaderes del templo de Jerusalén. ¿Qué pasó eh?
Pues
vamos  a    contarles, al estilo de nuestras
narraciones, (lo de ayer y lo de  hoy) la
historia de…
EL LÁTIGO  
Ayer
Capítulo 
1: Una cuerda para recordar
El atrio del templo quedó vacío. Por el suelo,
quedaron trapos, trozos de madera, excrementos de ovejas y vacas, algunas
monedas... El Maestro se retiró a Betania, para quitarse el mal humor con un
trago de vino en casa de María, Marta y Lázaro... Pero en cuanto él
desapareció, reaparecieron como zopilotes los mercaderes a ver qué podían
salvar de aquel naufragio. Recogían mesas, monedas, banquetas mirando a los
lados, por si volvía aquel profeta furibundo.
-           Yo
nunca le había visto así - murmuraba Ased, el cambista
-           Ese
hombre tenía muy buen carácter, andaba jugando con los niños y charlando con
los mendigos de por aquí. ¡No sé qué mosca le habrá picado! Ased se calló de
golpe, miró a un rincón y se agachó:
-           ¡Mira,
mira, un souvenir!
-           ¿Un
qué?
-           ¿Un
suqué?
-           Un
recuerdo típico ¡hombre!, un souvenir como dicen los franceses.
Ased levantó un trozo de cuerda retorcido y
deshilachado. Algunos también lo reconocieron. Era el látigo, el trozo de
esparto con el que les había amenazado aquel muchacho de Nazaret.




