Lo que va de ayer a
hoy 
Historias bíblicas  de ayer que se repiten hoy
Las  tres 
patas  pa´un banco
No, sino de un banquito con patas de madera. Ese puede
tener cuatro patas o tres como mínimo. Dos sería ya cuestión de equilibristas.
Nosotros, caminantes por esa vida tan ajetreada, tenemos necesidad de sentarnos
cuando llegamos al fin de una  etapa.  Cuando se nos terminan las etapas no nos
sentamos, nos tumbamos. Como decía  un
amigo: por algo se llaman tumbas donde nos quedamos  tumbados.
ayer:
Estos artículos que hablan siempre del ayer y  del hoy en nuestra  historia, 
tienen ahora   un ayer  muy breve, de sólo  algunos 
millones de años,  cuando los
animales, que empezaban a ser  personas,
se sentaban en el suelo o en los árboles. 
Pero cuando ya  usaron la
habilidad de  construir  objetos, algunos de los primeros que
fabricaron fueron   las sillas y
bancos.  No sólo para descansar sino  también para    asentar 
pensamientos,  para avanzar en su
vida como  seres humanos.
…¿A dónde ira éste a parar? – seguro que están pensando
ustedes.
Pues paciencia,  ya
vamos llegando al
... 
HOY:
La gente hoy no avanza por la vida solamente en busca
de  asentamientos donde quedarse,  sino que avanza iluminando sus pensamientos,
dialogando unos con otros  e iluminando
su  conciencia  para 
darse cuenta dónde  están.   Pero resulta que,  para 
que nuestros pensamientos estén bien asentados,  necesitamos apoyar nuestra reflexión en un
banquito simbólico con  tres patas.  Vamos a 
examinarlas:
1.- Nosotros seres 
inteligentes,- según parece - 
necesitamos abrir nuestros sentidos a la 
realidad y reflexionar sobre lo que vemos oímos y vivimos: lo que
sucede.  Por  eso, 
La primera pata de nuestro banco mental es EL CONOCIMIENTO.
2.- Nosotros- seres comunicativos – según parce -
necesitamos reunirnos de vez en cuando, no solo para conocer   sino para intercambiar   sentimientos,  símbolos que comuniquen alegría o dolor   por los sucesos  de nuestra existencia. Así celebramos fiestas
o funerales, expresiones de amor,  
de  amistad, de recuerdos del
pasado,  de ilusión por el futuro…
cantamos,   levantamos símbolos,
imágenes, marchamos juntos con estandartes… 
Por  eso  la segunda pata de nuestro banco mental
es  LA CELEBRACIÓN.
  Pero no
podemos  quedarnos en  conocer 
y en celebrar situaciones de la vida. Nos falta una tercera pata en
nuestro banquito mental para 
asentar  firmemente nuestra
existencia.   
3.- Nosotros  seres
activos y creativos- según  parece  - con fuerzas físicas y mentales, necesitamos
enfrentarnos con el mundo en que vivimos, usar nuestras fuerzas  y nuestro espíritu para ir     haciendo mejor la sociedad  y nuestra 
vida.  La tercera pata donde  nos asentamos es LA ACCIÓN.
Así pues 
CONOCIMIENTO, CELEBRACIÓN Y ACCIÓN 
son los tres apoyos   que
necesitamos para  vivir como  seres 
reflexivos.
Ahora nos ponemos 
como carpinteros chapuceros y nos preguntamos: “¿Qué sucede si
construimos  un banquito  pero se nos va la mano y hacemos una pata más
larga que las demás? 2.
Lo que ustedes están pensando: que posiblemente quien se
siente  en  él 
descuidado se dé una buena costalada.
Pues aquí tenemos lo que sucede en muchas de nuestras
sociedades: Que demasiadas veces perdemos el equilibrio.
Puede suceder, por ejemplo,  que algunos 
grupos sean muy intelectuales, personas que leen y observan mucho la
realidad, su conocimiento científico es muy grande pero  su relación 
en el grupo  o su  acción social es muy corta. Entonces sus  conocimientos no son eficaces. No les sirven
para nada porque ellos no hacen nada.
Cada uno de nosotros, por herencia o por educación  destacamos más   muchas veces
tener al lado  personas que nos
complementen.
Sucede  no  sólo en cada persona sino en los grupos
humanos. 
Si se trata – por 
ejemplo – de una  asociación de
astrónomos no tenemos por qué  pedirles
que sean muy activos e inteligentes  en
economía, aunque necesitarán tener con ellos 
alguien  que, cuando la asociación
tiene problemas financieros,  no se quede
mirando a las estrellas. Que les ayude.
Vamos a dar un paso 
en otra dirección.   Nos  acercamos a asociaciones que no  se dedican a la astronomía.
Nos vamos a fijar en asociaciones religiosas que tratan de vivir   alguna espiritualidad: Pensemos qué sucede
si una  de estas comunidades  intenta asentar  su fe sobre un  banquito cojo.
No hablo de que las bancas del templo necesiten
reparación. Estoy preguntando  si   se 
asienta  el espíritu de esa  comunidad, congregación, iglesia…    sobre un 
simbólico banquito cojo del que hablábamos.
Imagínense:
  Una comunidad
creyente bien equilibrada será la que: 
1.- Tiene firmes el CONOCIMIENTO Y LA CONCIENCIA, profundizándolos  con el estudio y la oración personal,   informados en  el mensaje de su fundador,  en sus libros sagrados, en las normas morales
y la historia  de sus grandes hombres,
sus santos… 
2.-  También  sus miembros 
se reúnen    en CELEBRACIONES,
en  ceremonias,  actos religiosos, procesiones, ritos,
sacramentos,  cantos y  oraciones 
colectivas, la construcción y el cuidado de sus templos…
3.- Y todo eso
que  conoce y celebra, lo convierte
después en ACCION,  en obras de
justicia, caridad, defensa de los derechos humanos  y de los pobres,  respeto a todas  las personas 
tengan la religión que tengan 
y  amor a la naturaleza…
¿Me siguen?  Pues yo me pregunto  cuál de estas tres  “patas” de las asociaciones religiosas se les
suele quedar muy corta o muy larga y 
tienen  una religión  desequilibrada.
Me parece,  por los
ambientes que he conocido, que  muchas
veces  esos grupos    presentan unos aspectos de su religión
mucho más desarrollados   que otros.  De este modo 
tenemos una religión coja  y  nos caemos por un lado o por  otro. 
Esto puede suceder en cualquiera de las religiones que
existen en el mundo. Ahora me voy a 
limitar a   la iglesia católica
(pero si usted pertenece a otra  religión
puede aplicarlo a la suya)
1.- Pienso que de las tres “patas” de  una asociación religiosa, la más “larga”
suele ser la de las CELEBRACIONES.   
 Muchos de los
fieles que conozco  se preocupan sobre
todo de  las ceremonias  religiosas: misas,  rosarios, adoraciones al santísimo, cuidado
de los templos, actividades en torno a la parroquia…¡todo eso les parece lo más
importante de su religión!
2.-Le sigue en 
interés  el conocimiento de la
enseñanza religiosa; pero un conocimiento muchas veces retrasado y
limitado.  Muchos aprendieron  el catecismo de la infancia en su primera
comunión.  Tal vez  algunos leen la biblia, sin meditarla mucho y
sin fijarse  en lo esencial para un
seguidor de Jesús: el evangelio.
Ponen menos interés en las enseñanzas de la Iglesia  que van aclarándose con los años. No  saben 
en la actualidad que hubo un concilio importante  para iluminar   las conciencias  de quienes se enteraron. No conocen
apenas    los documentos del Papa
Francisco.    A mucha  gente religiosa   todo eso les pasa un poco por encima y lo
que es peor, les falla el punto 3.
3.-  Les
cuesta  trabajo  convertir en ACCION todo eso que   conoce o  
debe conoce  un creyente.  Para ellos es un paso más difícil de dar. La
acción  es la pata cortita de  su banquita. 
El actuar  según el evangelio en
la caridad, la justicia, la defensa del prójimo, de sus derechos humanos, la
protección de la naturaleza, la lucha contra el hambre y la desnutrición, el procurar la
mejora  de la educación y la sanidad, la
lucha contra la corrupción, el conseguir dirigentes justos  y capaces…Todo  eso muchos lo llaman política, y también lo
es, pero   dejan que quien se ocupen de
ella sean  otros: muchas veces los que se
aprovechan del pueblo para su propia ventaja, los “hijos de las tinieblas”
-como dice el evangelio- son más astutos que los  “hijos de la luz”.  Son los que actúan a su aire.

Como única acción, 
alguna gente piadosa  se ocupa de
dar alguna limosna de vez en cuando, (lo que no está mal si no se quedasen sólo
en eso),   o  se preocupan 
de realizar   muchas “actividades”
que no tiene nada que ver con las acciones eficaces por el  bien del 
prójimo.
Déjenme que les explique la diferencia entre  ACTIVIDADES y ACCIÓN.
ACTIVIDADES son aquellas iniciativas con mucho movimiento
y ruido, atractivas muchas veces, pero que, si las analizamos,  vemos que no sirven mucho   para   
cambiar la vida  de  este mundo 
hacia el mundo nuevo: el REINO DE DIOS 
que Jesús predicaba. 
ACCIÓN: es lo  que
una comunidad se plantea con el clásico esquema: VER (analizar lo que hoy y
aquí está  sucediendo) JUZGAR (pensar si
eso que sucede está de acuerdo con la palabra y la vida de Jesús) y ACTUAR  (plantearse lo que  nosotros 
podemos hacer para  ser  eficaces 
y cambiar la realidad según el evangelio. Todo eso  planteárselo para actuar en consecuencia)
¿Se dan cuenta pues 
de la diferencia entre actividades 
y acción?
***   ***   ***
Pienso que en toda asociación religiosa sus miembros deberían analizar cómo asientan 
su fe: Si  tienen la banqueta
desequilibrada. Si dan más importancia a temas secundarios; se mueven mucho
pero no realizan acciones eficaces.
Pensemos que si algún “desequilibrio” debe haber en el
banquito de las 3 patas, si debe ser alguna de ellas mayor, es el  mismo desequilibrio que propuso  Jesús bien claro.  Nos  lo
cuenta San Mateo  (en el capítulo 25,30…)
cuando dijo: 
“Vengan benditos de mi 
padre porque tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed…”. etc.  
Y allí no se acordó Jesús 
de preguntarles  si fueron a
misa  todos los días  ni si organizaron muchas procesiones o pusieron
muchos santos en el templo. 
La “pata” de la ACCIÓN al servicio de la gente  que más lo necesita, es la que, si no es más
larga, sí debe ser más gruesa y más fuerte.
  Un tal Karl Marx
dijo  una frase que nos asusta: “La
religión es el opio de pueblo”.  Nos
asusta, pero el susto nos debe despertar. 
La religión a mucha gente  les
deja dormidos porque, encerrados en el
templo, no se asoman a lo que dice el Concilio Vaticano II:
Los gozos y las
esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo,
sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas,
tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente
humano que no encuentre eco en su corazón. La comunidad cristiana está integrada
por hombres que, reunidos en Cristo, son guiados por el Espíritu Santo en su
peregrinar hacia el reino del Padre y han recibido la buena nueva de la
salvación para comunicarla a todos. La Iglesia por ello se siente íntima y
realmente solidaria del género humano y de su historia. (Documento
Gaudium et Spes)
Pues ya ven. 
Ustedes, nosotros, que intentamos vivir una vida buena - seamos
creyentes en alguna religión  o no, -
podríamos procurar revisar las tres patas donde 
apoyamos nuestra vida. Y si se nos va la mano en alguna de ellas que sea
la de:    Los gozos y las esperanzas, las
tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los
pobres y de cuantos sufren,..







