PALABRAS A VOLEO
En estas palabras que revolotean  como pájaros cada semana  ahora vamos a enfrentarnos  con 
algo  que, como casi siempre,  hace contraste entre la vida que llamamos
espiritual y el trabajo nuestro de cada día. 
 
Se trata de la palabra  
RITO 
La palabra rito viene del latín
ritus, el cual se refería a las ceremonias religiosas. La idea del rito es que
se tiene que realizar en cierto orden. 
Seguramente que les suena mejor si tratamos de lo que”siempre se hace
así”,  especialmente en celebraciones
religiosas. 
La diferencia está  en que el rito   sólo se hace, como ceremonia,  como
signo,  como gesto  que 
aparte de celebrarlo no tiene mayor
eficacia.
En cambio, cuando realizamos  un trabajo 
concreto:  el mecánico que arregla
un carro, el  piloto  que conduce el  automóvil, 
el escritor que teclea en la computadora… 
lo importante no  son los gestos rituales  que hace sino la eficacia, las consecuencias prácticas  que tiene esa acción. 
izar la bandera, juramentación de un
cargo político, desfile militar o estudiantil.  
Ante esos ritos una
persona  crítica de tales ceremonias  puede  preguntar:”
¿Y
eso para qué sirve?”.
Hacer la comida, poner una
inyección,  construir una casa… 
No hace
falta dar muchas explicaciones sobre  su
utilidad.
Pero un rito o ceremonia cualquiera se presta a muchas preguntas
sobre sus consecuencias.  
Las personas  comprometidas 
con trabajos de transformación 
concreta: 
Los obreros, campesinos, técnicos de cualquier profesión…
tienen ante los ojos  el objetivo para el
cual desarrollan su trabajo.
Pero al mismo tiempo en la sociedad actual  se presentan 
organizaciones, sociedades en las que parece predominar actividades
ceremoniales, rituales… y ¿ para qué sirven?. Seguramente que alguien me dirá:”
esos ritos suelen tener un valor educativo, (o deseducativo).  Estan muy relacionados con la toma del
poder,  con el manejo de las masas”.
Pensemos cómo personalidades políticas 
asisten a ceremonias religiosas 
aunque todos  saben  que 
quien va a  esa  misa 
no  tiene ningún 
interés por la religión.  Pero allí está y hasta si le conviene comulga, aunque el día anterior había firmado unas sentencias de muerte.
Eso 
es lo triste del rito religioso, 
que  más que un acto de
espiritualidad  es una ceremonia, muchas
veces hipócrita,  porque a la autoridad
le  hace mejorar su relación  con el público o con la jerarquía de
alguna  iglesia.
Jugando con las palanras diríamos  que para muchos el rito  es, más bien, un “rato”, un espacio de
tiempo que se aguanta  porque atrae publicidad
de  la 
gente o de  las autoridades religiosas.
Hay qie ir a la ceremonia un rato  para
quedar bien.
(vuelvo a insistir, cuando hablo  de autoridades religiosas,  que también puede tratarse de ritos  civiles,  políticos,culturales…) homenajes  a personalidades que nos traen sin
cuidado,   entrega de diplomas o de
símboles que nos importan muy poco,  pero
que  conviene ir para relacionarse  con cualquer poresidente o asociación  si nos interesa   estrechar amistad o conseguir privilegios. 
A veces ese rito está unido con  una comida o “desayuno de trabajo”  que nos viene bien,  sobretodo  si tiene poco trabajo pero  es copioso e deayuno.
Pero es que de pronto la palabra
rito  empieza a desaparecer  y aparece por detrás pa lalabra fiesta.
El rito, necesita un ritual  que explica como  hay que celebrar  las ceremonias .  Pero la fiesta no necesita un ceremonial  (un reglamento de lo que siempre hay que hacer
así), porque la fiesta es espontánea  y
ya sabe cada uno lo que tiene que hacer y lo que le apetece.
Muchas veces  lo que empezó  como 
fiesta espontánea se va convirtiendo en rito. Aquella cena de pascua,
que empezó con la “última” el jueves santo en Jerusalén y luego  las demás cenas  cuando 
se   enteraron  los discípulos  de que el Maestro había rsucitado… ¡Ay!
 Poco a poco  aquellas 
comidas, fiestas donde se partía el pan y se comprtía la amistad  se fueron convirtiendo en  ritos que hoy  se llaman misas. En ellas se canta “la misa es
una fiesta muy alegre”  aunque los niños
(y los grndes) se aburren en ellas si no pueden corretear por el templo a su
gusto.  Pero hoy  las misas siguen siendo solemnes ceremonias,
que  ojalá el  cura 
hable cortito y  se pueda salir a
casa pronto.
Algunos intentan  conseguir que el rito se convierta en  fiesta, pero pocos lo consiguen  porque la gente es pasiva; se empeña en
cumplir el rito monótono y que los dejen en paz. 
Tal vez la diferencia entre  entre relgión y fe sea que lo religioso es
más bien rito ceremonioso y la fe pida mejor fiesta  dode  el pueblo  se exprese a  gusto, extienda sus 
manos,  comparta el pan y el vino, hable, ría o llore,  y salga de la fiesta a seguirse
queriendo  y  encontrando 
a los demás  para compartir con
ellos la vida.
Menos rito y más fiesta.
Eso nos lo canta  Juan Manuel Serrat. Lo pueden escuchar :










