MARTÍN VALMASEDA
Supongo que todos lo saben en teoría, pero no están tan seguros en la práctica. Llamamos extranjero al que no es de nuestro país; pero muchos de nosotros tenemos amigos que sin haber nacido en nuestra tierra, los sentimos tan nuestros como si toda la vida hubieran vivido aquí.
Un servidor de ustedes solo estuvo en un país de América latina 25 años, pero se siente de ahí "de toda la vida". Tal vez lo entiendan mejor con un ejemplo contrario: En Nicaragua los dictadorcitos actuales, han montado en un avión a un grupo de buenos compatriotas nicas, que pedían respeto a sus derechos humanos y los han enviado a los Estados Unidos de América; porque dicen ellos, los dictadores, no son de la tierra de Sandino, ¿Cómo se les ocurre pedir sus derechos, en ese país donde no existen derechos?
Es  como 
si  a  un 
español  lo  expulsaran 
de  España,  porque 
no  le  gusta 
el  baile  por 
sevillanas  o  echase de Guatemala  a 
un  chapín,  porque 
le  sienta  mal  
el  arroz  con frijoles.
Sin embargo hay gente de mente y corazón tan ancho que hace afiches por las calles, diciendo que el día en que aparezcan de verdad los alienígenas, esos de las películas. Podremos discutir si dicen señalando a la tierra que "esta también es mi casssaaa"
Muchos estamos de acuerdo en que no hay extranjeros. Solamente los que se creen los amos del mundo, los que piensan que América es para los americanos, porque la América del centro y del sur son su patio trasero, su finca particular.
Tampoco  nos 
gusta  a  muchos, 
que  algunos  que 
llegan a  nuestra nación  como 
extranjeros,  pero  llegan 
con muchos  dólares, euros o chequeras   bien 
repletas,  enseguida  son aquí bien 
recibidos,  pero  cuando  llegan 
con  el  estómago 
vacío en  barcazas por  el 
mar  o    saltando 
alambradas,  entonces  sí 
que  patrióticamente  se les 
echa  fuera.
A  Todos 
nos  emocionó  cuando 
en  el  Sudán un   
niño le  dió    unas 
monedas  para  que 
se  comprase algo... al  extranjero 
que  llegaba vestido de  blanco. 
Supongo  que Francisco se  compraría 
unos  caramelos,  que le 
sabrían a  gloria bendita
universal,  que  es 
lo  contrario  a la 
palabra  EXTRANJERO
 Rafael Amor. No me llames extranjero



