PALABRAS A VOLEO: EPIFANÍA
MARTÍN VALMASEDA
Para  las 
religiones  fundadas  en 
tiempos  antiguos   siempre 
lo  alto, el  cielo, era 
el  lugar  de 
los  dioses,  epi  en
griego  significa  sobre 
y  faino  mostrar. Allí 
arriba  se  mostraba 
Dios.   En  la 
cultura  cristiana, 
el  Dios  de 
Jesús  bajaba  desde 
arriba al  seno  de María.
"Padre  nuestro que 
estás en  el  cielo"... Jesús  hablaba 
con  el  lenguaje 
de  su  época. 
Hoy  el  cielo 
no  está  solo 
"arriba"  está  abajo, 
bajo  nuestros pies.  Nosotros 
estamos  en  el 
cielo,  lo  que 
hoy  llamamos  universo 
que  desde  un 
puntito ínfimo, tras la  gran  explosión, 
el  big  bang se 
dice en inglés,   fue  creciendo 
ese universo  que  es 
el  espacio  hacia 
el  infinito. Allí  crecen 
las  estrellas  formando 
galaxias.  Los  telescopios 
cada  vez  más perfectos 
no  llegan  a 
contemplar  todo  el 
espacio,  todas  las 
estrellas,  planetas,  satélites... 
Pero  nosotros 
seguimos  diciendo  padre 
nuestro, amor   eterno  del 
universo (cielo).  El  amor 
que  mueve  y crea 
todo.  Dios  es 
amor  como  dice 
San Juan  en  su 
primera  carta.
Seguimos celebrando la epi-fanía el Dios que se nos muestra.
Celebramos la navidad en unas fechas geográficas; pero nadie sabe qué día nació Jesús, y eso nos es igual. Algunos hablan que la "estrella de oriente" fue la conjunción de dos estrellas. Nosotros en esa pelotita que llamamos Tierra, vivimos en encuentro con ese campesino Galileo Jesús de Nazaret y lo importante es seguirle, en su amor universal a todos los seres de la Tierra en que nosotros habitamos. En esa misma tierra otros sabios, magos se decía entonces, vivían su religión de modo distinto y siguiendo las enseñanzas de Lao Tze, de Gautama Buda, de... del amor que es Dios que está encima, debajo, alrededor dentro, más dentro de nosotros que nosotros mismos como decía San Agustín´.
Estos  días 
de  Navidad  hemos 
celebrado  nosotros  los 
cristianos  la  fanía, 
la  manifestación  de 
Dios  entre  los 
hombres  y  esperamos 
que  los  magos, 
los sabios  de  todos 
los  continentes,  unidos 
a  los  santos, 
a  los místicos  del  mundo  entero 
nos  ayuden  a 
terminar   con  las 
guerras  de  religión 
que  asolaron  la  Navidad  y  ayudar 
a  que  todos 
seamos  uno  en 
Dios  amor infinito.


