PALABRAS A VOLEO: DESORDEN
MARTÍN VALMASEDA
He  puesto  
como  palabra  a 
voleo DESORDEN. No  he  querido 
decir  más  para 
no  escandalizarles;  pero 
verán  cuando  sigan 
leyendo:  Vámonos pues al  bosque; a 
un  bosque, o  selva 
de  verdad, al  Amazonas o 
sin  ir  tan 
lejos,  a  cualquier 
zona  del  Petén 
Nos metemos entre árboles grandes y pequeños, matorrales que nos cortan el paso, rocas, barrancos, madrigueras de distintos bichos, arroyos o ríos caudalosos... Nos acompaña en la excursión un amigo de familia acomodada, que vive en un chalet con jardines con árboles, parterres floridos, paseitos entre medias... En un momento en que tropezó el amigo, metió los pies en un charco, se dió con la cabeza en un tronco y se pinchó con unos cardos, soltó una exclamación, medio blasfema, medio piadosa todo a la vez. Dijo: "Si yo fuera Dios no habría estas selvas tan desordenadas.
Habría  hecho todos los   árboles 
iguales  de  tamaño, puestos 
en  fila  entre 
caminitos  con  arroyos 
bien  canalizados, con
puentes  prefabricados, el  suelo 
sin  zarzas  que 
pinchan"... - " o  sea-
le  dije 
yo, - ¿las  selvas  iguales 
que  el jardín  de 
tu  chalet?" -
"claro"  dijo  él. -"Tienes  razón, 
es  que Dios,  el 
creador  es  un 
poco  desordenado
""-  "Sí  un 
poco  mucho",  " claro,-  dije 
yo  en  voz 
baja    -  por 
eso  dicen  que él, Dios como  dicen escribe 
derecho  con  renglones 
torcidos"-"¿cómo 
dices?"- preguntó el 
compañero  que  no 
oyó  bien -  "sí 
sí  que  tienes 
razón,  que  Dios 
es  bastante desordenado,  todo 
lo  ha  hecho en la 
creación con  ese  big 
bang  del  que 
hablamos  a  veces. 
Pero  qué horrible  si 
todo  le  hubiera 
salido  como  a 
Hitler.  Todo  ordenado, 
cuadriculado, firmes, vuelta a la 
derecha, vuelta a  ala  izquierda..."
Al volver a casa me quedé pensando en ese DESORDEN del creador, árboles y plantas, distintos y revueltos; hombres, mujeres, géneros intermedios, con razas distintas, idiomas diferentes, gustos que hasta chocan cuando los turistas, o los migrantes se encuentran en tierras distintas con comidas y religiones distintas porque la nuestra es mejor, la verdadera, y el que no lo crea, fuera o a la hoguera".
Así  nos 
luce el  pelo. Los   hijos 
de  un  Dios 
desordenado,  queremos  ordenarlo 
todo  a nuestro  gusto. 
Por  eso  nos 
conquistamos  y  nos 
matamos  unos   a 
otros,  y  queremos ser nosotros  dioses 
ordenados,  cuando  nuestro padre-madre  creador 
es bastante desordenado. Solo 
nos  pide  que 
dialoguemos  unos  con 
otros  para  juntos 
construir  este  puzzle 
que es  el  mundo 
con  todas  las 
piezas  distintas. Así
nuestras  sociedades  y comunidades 
se  ordenarían  con 
el  diálogo   y 
el  cariño, que  nos 
ayude  a  atravesar 
esta  selva, comunidad  de 
comunidades  donde,  aunque 
distintos  todos  seamos 
uno  con un padre  eterno 
tan  desordenado pero con amor.




