LA FLOTILLA QUE DESAFÍA EL BLOQUEO
En el corazón del Mediterráneo,
una flotilla de barcos civiles se convierte en el símbolo de un pulso desigual:
el de la solidaridad internacional frente a un bloqueo militar que ha sumido a
Gaza en una catástrofe humanitaria.
El término “Armagedón” (Ap. 16,16), aquella batalla
bíblica final entre el bien y el mal ha trascendido su sentido religioso para
explicitar la realidad diaria de un territorio sitiado, donde el fin del mundo
no es una profecía, sino una experiencia tangible de destrucción, hambre y
desplazamiento forzoso.
Esta reflexión trata de desglosa las claves de este
conflicto, los actores implicados y las implicaciones globales de una crisis
que desafía la conciencia internacional.
La Respuesta Civil: Solidaridad en Alta Mar
La iniciativa de la Global Sumud Flotilla, que zarpó desde Barcelona el pasado 1 de septiembre con más de 30 embarcaciones y aspira a reunir 60 barcos y 500 activistas, representa un capítulo más de una larga tradición de resistencia civil pacífica. Su objetivo es doble: abrir un corredor humanitario hacia Gaza y denunciar lo que organismos internacionales como la ONU, Amnistía Internacional y la Corte Internacional de Justicia (CIJ) califican benignamente como un “riesgo plausible de genocidio”.
Esta acción no es aislada. Es heredera de flotillas
precedentes, como la del Mavi Marmara (2010), asaltada con resultado de
muertos, o la del Conscience (mayo 2025), atacada con drones en aguas
internacionales. Figuras como Greta Thunberg, Ada Colau o el diputado brasileño
Thiago Ávila han sumado su voz a esta campaña, recordando las palabras del
filósofo Zygmunt Bauman: “La verdadera medida de la humanidad es cómo tratamos
a los más vulnerables”. No se trata solo de desafiar una marina de guerra, sino
de visibilizar una catástrofe que el poder inhumano quiere ignorar y exigir el
cumplimiento del derecho internacional.
La Realidad en Gaza: Cifras de una Tragedia
Las estadísticas oficiales pintan un panorama
dantesco. Según la OCHA (Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos
Humanitarios), más de 62.800 palestinos han muerto en Gaza desde 2023; el 92%
de las viviendas han sido dañadas o destruidas; 640.000 personas sufren hambre
catastrófica. La ONU documenta más de 21.000 niños discapacitados y la
destrucción sistemática de hospitales, universidades y escuelas.
Ante esto, la CIJ ha emitido medidas provisionales
contra Israel para acabar con el genocidio, especialmente en Rafah, aunque sin
lograr detener la ofensiva. Paralelamente, la Corte Penal Internacional
mantiene órdenes de arresto contra el primer ministro Benjamin Netanyahu y su
ministro de Defensa, Yoav Gallant, por presuntos crímenes de guerra y de lesa
humanidad. Israel justifica el bloqueo por motivos de seguridad frente a Hamás,
pero críticos como el intelectual palestino Edward Said alertan: “Cuando el
poder militar se convierte en argumento, la posibilidad del diálogo se
desvanece”.
Evaristo Villar
ECLESALIA