Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

10 de septiembre de 2025

UN TAL JESUS

Jesús va al Jordán a escuchar a Juan el Bautizador. Allí conoce a Pedro, a Juan, a Andrés....La noticia del encarcelamiento del Bautizador se une a los deseos de hacer algo por su pueblo. Y allí salta la chispa: él debe

tomar el relevo, y con un grupo de compañeros, seguir abriendo los ojos adormecidos de los pobres, anunciándoles que Dios está de parte de los de abajo, luchando hombro con hombro a su lado.

En Cafarnaum comienza a formar ese grupo y a mostrar, con palabras y con signos, cuál es el Proyecto de Dios para la historia. Poco a poco, Jesús se pondrá a la cabeza de un pueblo hambriento y sediento de justicia, que va aprendiendo a ver en Dios al Padre, al Liberador, al Compañero.

La actividad de Jesús y de su grupo en Cafarnaum y en los pueblos de Galilea; los viajes de los trece a Jerusalén, donde la gente les conoce y les busca, confirman a Jesús como un auténtico líder popular, un gran profeta. Su palabra es cada vez más firme en la denuncia de la ambición y el  egoísmo de los de arriba y en el anuncio a los pobres de su liberación. Una liberación que se concretará en una sociedad nueva, comunitaria y fraterna, sin amos ni esclavos, donde a nadie le sobre ni a nadie le falte. Los conflictos con las clases dirigentes — sacerdotes, terratenientes y autoridades-- se acentúan día a día. Y Jesús y sus amigos conocen de cerca la calumnia, las amenazas, la persecución y la clandestinidad.

El último viaje de Jesús a Jerusalén termina con su apresamiento u su asesinato. El poder romano y las autoridades religiosas de la capital se alían para acallar la voz molesta del profeta. Jesús fue un prisionero, un torturado, y en su muerte en el fracaso, experimentó la impotencia y la debilidad que han sentido todos los que luchan por la justicia ante el poder, aparentemente invencible, de los grandes de este mundo. Pero el Dios de la vida, que no quiere que los injustos tengan la última palabra, levantó a Jesús del sepulcro: ésta es la experiencia de los amigos de Jesús, la que ellos nos transmiten. Sobre esta fe se construye la primera comunidad cristiana.

José Ignacio y María López Vigil

Colaboración de Juan García de Paredes.