Partida (Si yo me voy antes que tú)
Martín Irure
Si me voy antes que tú,
no llores
por mi ausencia;
alégrate por todo
lo que hemos amado
juntos.
No me busques entre los
muertos,
en donde nunca
estuvimos.
Encuéntrame en todas
aquellas
cosas que no habrían
existido, si
tú y yo no nos
hubiésemos conocido.
Yo estaré a tu lado,
sin duda alguna,
en todo lo que hayamos
creado juntos:
en nuestros hijos por
supuesto. Pero
también en el sudor
compartido tanto
en el trabajo como en
el placer y en las
lágrimas que intercambiamos.
Y en todos aquellos que
pasaron
a nuestro lado y que,
irremediablemente,
recibieron algo de
nosotros y llevan
incorporado, sin ellos
ni nosotros notarlo
algo de ti y algo de
mí.
También nuestro
fracaso, nuestra indolencia
y nuestros pecados,
serán testigos permanentes
de que estuvimos vivos
y no fuimos ángeles
sino humanos.
No te ates a los
recuerdos ni a
los objetos, porque
dondequiera que mires
que hayamos estado, con
quienquiera que
hables que nos
conociese, allá habrá algo mío.
Aquello sería distinto,
indudablemente distinto,
si no hubiésemos
aceptado vivir juntos nuestro
amor durante tantos
años; el mundo estará
ya siempre salpicado de
nosotros.
No llores mi ausencia,
porque sólo te faltará
mi palabra nueva y mi calor de ese momento.
Llora si quieres,
porque el cuerpo se llena de
lágrimas ante todo
aquello que es más grande
que él, que no es capaz
de comprender, pero
que entiende como algo
grandioso, porque
cuando la lengua no es
capaz de expresar una
emoción, ya sólo pueden hablar los ojos.
Y vive. Vive creando
cada día y más que antes.
Porque yo no sé cómo,
pero estoy seguro de que
desde mi otra presencia
yo también estaré creando
junto a ti, y será
precisamente en ese acto de traer
algo que no estaba,
donde nos habremos encontrado.
Sin entenderlo muy
bien, pero así como los granos
de trigo que no
entienden que su compañero
muerto en el campo ha
dado vida a muchos
nuevos compañeros….
Así, con esa esperanza,
deberás continuar
dejando tu huella, para
que cuando tu muerte
nos vuelva a dar la
misma voz, cuando nuestro
próximo abrazo nos
incorpore ya sin ruptura a
la única creación, muchos puedan decir de nosotros:
Si no nos hubiesen
amado, el mundo estaría
más triste.
PALABRAS PARA EL
SILENCIO
Colaboración de Juan García de Paredes.