Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

7 de mayo de 2025

PINCELADAS DEL PONTIFICADO DE FRANCISCO

 A la espera del nuevo papa

La noticia nos impactó. El lunes santo, 21 de abril, a las 7:35 falleció en Santa Marta el papa Francisco, un papa que ha marcado un hito histórico, como también lo marcó en su tiempo Juan XXIII. No es mi intención hacer aquí una valoración pormenorizada y exhaustiva de todo su pontificado, lo que requeriría mucho mayor espacio que lo que pretende este sencillo artículo. Sólo pretendo subrayar grandes rasgos y algunas facetas importantes. 

Ya, desde que salió elegido y el cardenal Humes le dijo “No te olvides de los pobres”, el nuevo papa latinoamericano tomó el nombre de Francisco por san Francisco de Asís. Apareció en público por primera vez con una sencilla sotana blanca, uno sencillos zapatos y una cruz de madera, lejos de los ropajes lujosos que siempre habían utilizado los nuevos papas. No se quedó tampoco a vivir en las lujosas y frías estancias vaticanas, sino que se fue a la residencia Santa Marta a vivir en una sencilla habitación ya comer la comida que comen las demás personas allí alojadas.

Ha tenido especial predilección y sensibilidad por los pobres y marginados. A los sin techo de la plaza de San Pedro les atendió como nunca se les había atendido, llegando a crear hasta un hospital para ellos, entre otras muchas cosas. Acogió a varios refugiados en el Vaticano y su primera salida fue a Lampedusa, donde tantos y tantos inmigrantes han llegado vivos y muertos. Mostró su deseo de haber podido viajar también a Canarias para expresar su solidaridad con tantos inmigrantes como allí llegan. Sus viajes, muchos de ellos han sido a países, como él los llamaba, de la periferia: Sri Lanka, Albania, Palestina, Jordania, Bangladesh, Kenia, Uganda, Congo, Sudán del Sur, Tailandia, Birmania, etc.

La última entrevista que mantuvo con el vicepresidente de los EE.UU. Vance, le dejó muy claro que está en contra de las políticas migratorias de su país, que promueve el presidente Trump.

Nos ha dejado magníficos documentos como “Evangelii Gaudium”, “Laudato Si” o “Fratelli Tutti”, llenos de contenido social, ecológico y evangélico.

A nivel eclesial, aunque no ha desmontado la estructura clerical de la Iglesia, ni sus innumerables riquezas, sí ha ido poniendo cuñas en una estructura de siglos para ir acercándose a la realidad del mundo de hoy. Así su cercanía con los homosexuales: “Si alguien es gay, ¿quién soy yo para juzgarle?”

Ha tenido la valentía de convocar un Sínodo sobre la sinodalidad, que, aunque no ha cambiado aspectos importantes que son necesarios cambiar, bien por temor a las reacciones de sectores muy amplios e influyentes de los conservadores, bien porque él mismo no lo ha tenido claro, sí que ha facilitado el que la gente pueda participar y enviar su opinión. El mismo estilo de colocación de mesas para unas veinte personas en el Sínodo es otro aspecto a subrayar…

Aunque en el tema de la participación de la mujer sigue siendo un asunto importante que se debe cambiar para que haya plena igualdad con el hombre en todo, sí que ha ido poniendo mujeres en distintas responsabilidades, algunas importantes, de la Iglesia y por primera vez algunas mujeres pueden participar en el Sínodo incluso con derecho a voto…

Disolvió el Sodalicio, que ya sabemos todos el daño que ha hecho a tantas personas… Ha sido muy tajante y contundente en el tema de los abusos a menores dentro del clero: “tolerancia cero”, decía. Y consiguió que por fin los abusadores fueran llevados y juzgados por tribunales civiles.

Podríamos seguir... Seguramente son muchos más los aspectos positivos a valorar en estos doce años de su pontificado. Aquí sólo he comentado algunos porque, ya digo, necesitaría muchos folios para comentarlo.

Pero no todo es positivo. Hay también aspectos importantes que siguen intactos sin ser cambiados.

El papa no debe ser jefe de un estado, ni tener embajadores y nuncios para relacionarse con los demás jefes de estado, no debe tener una guardia suiza, ni monedas, ni tanísimas propiedades en todo el Mundo… No es fácil quitar de un plumazo toda esa estructura de poder, pero Jesús fue pobre, sus discípulos pobres y Él murió sin tener nada. No quiso que sus discípulos llevaran oro ni plata, ni calderilla, ni alforjas.

El clericalismo sigue intacto. Es toda una estructura clerical la que impera en le Iglesia. Muchos obispos son pequeños dictadores en sus diócesis y no tienen control de sus acciones porque las diócesis son como pequeños reinos de taifas . El obispo depende sólo del papa y es imposible que el papa pueda controlar lo que hacen millas de obispos en el mundo.

La mujer en la Iglesia no puede ser ni diaconisa , mucho menos presbítera , obispa o papá. Debe haber plena igualdad en la Iglesia entre hombres y mujeres. Esto no se ha tocado.

Tampoco el que el celibato pueda ser opcional. No pudo haber representación en el Sínodo del colectivo de curas casados, que supone un 25% aproximadamente del total.

Tampoco el papa Francisco estuvo fino en el tema de aceptar la diversidad familiar hoy existente en el mundo.

Seguramente hay otros muchos más aspectos que deberían haber podido ser abordados por Francisco y no se tocaron. No pocos piensan que el “temor a un cisma” por las reacciones de los sectores ultras al frente de los cuales no hay pocos cardenales importantes, ha podido influir en que el papa no tocara ciertas cuestiones. También es posible que él no tuviera claras otras.

En el cómputo general hay que valorar su pontificado como muy positivo. Es evidente el ejemplo que ha dado de austeridad evangélica y de su sensibilidad por los más pobres y vulnerables del mundo, denunciando las guerras, la economía que mata y tantas cosas.

Hasta para elegir cómo quería morir ha sido todo un ejemplo: nada de catafalcos, ni tres ataúdes, sólo uno de madera muy sencilla y una tumba en la basílica de Santa María la Mayor en Roma, no enterado en el Vaticano, con una tumba muy, muy austera que sólo lleva su nombre: “Franciscus”.

Por eso ha resultado una farsa ver a tantos enemigos de Francisco, totalmente opuestos a lo que él predijo, en el funeral. Ha sido de un cinismo atroz. Cuando Francisco ha estado contra la guerra en Gaza y ver allí a Trump… Él que se ha esforzado en ir dado responsabilidades a las mujeres y ver allí sólo a todos los cardenales y obispos, todos los hombres…

Ojalá el papa que salga pueda no sólo continuar la línea que él emprendió, sino cambiar también aquellos otros aspectos que no se tocaron y que son necesarios cambiarlos para que la Iglesia sea fiel al hombre de hoy y no se convierta en un objeto de museo que apenas interese a nadie.

Soy consciente de que quedan muchos aspectos por desarrollar, pero como decía no pretendo ser exhaustivo, sólo dar algunas pinceladas sobre su pontificado

JUAN CEJUDO, miembro de MOCEOP y de Comunidades Cristianas Populares, 

CÁDIZ

ECLESALIA