Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

23 de enero de 2016

Alberto Iniesta



Sobre ALBERTO  INIESTA  que fue obispo auxiliar de Madrid:

Quien esto escribe  estuvo cerca de él durante su  servicio a la vicaría de Vallecas.  Después,  en su ausencia,  en el ambiente distinto de la iglesia de Madrid en retroceso “ya no había sitio para él”  le fuimos a visitar  unos cuantos de sus amigos al monasterio benedictino de Poblet y más tarde a su retiro en el seminario de Albacete. 

Ya se han escrito cosas y espero que se escriban más sobre él. Solo alguna pincelada.

Poco antes de que se le cayera “esa iglesia” encima, nos decía:  En los tiempos que vienen vamos a tener que refugiarnos en los campamentos de invierno hasta que pasen  las épocas  difíciles.

La asamblea de Vallecas, montada lógicamente sobre el esquema  “ver – juzgar – actuar” fue una  explosión de participación   entre  comunidades laicas, - religiosas y sacerdotes  sacando a la luz la situación del barrio y de España e iluminándola con la luz y la acción del evangelio. Esto no gustó a  personas y  asociaciones con una visión bloqueada  de  la iglesia. El disgusto llego a las altas esferas del gobierno. El día en que  se iban a poner en común  los trabajos preparados durante meses,  antes de que llegasen  los participantes  llegó la policía y cercó  el salón de  los Asuncionistas donde se iba a celebrar la asamblea. Alberto  ya estaba dentro  con los que hacían los últimos preparativos.   Al ver la situación salió a la puerta. Los que iban llegando, desde la acera de enfrente le saludaban entristecidos.  ¡Alberto  estamos contigo! Seguimos adelante!.. Hasta que los grises (la policía)  cerraron las calles  para que nadie se pudiera acercar.


El trabajo principal ya estaba hecho. Todos los documentos  trabajados están editados. Tal  vez si los pueden  revisar encontraran un reflejo del trabajo evangelizador, liberador, comunitario de Alberto Iniesta con las  comunidades de  Vallecas.

Como un  último detalle: Alberto Iniesta fue el único obispo de España que asistió al entierro de Monseñor Romero.  No tenía dinero para el viaje pero los cristianos de Vallecas  lo ayudaron.

Quería haber escrito menos. Aquí abajo tienen  algo más detallado escrito por Luis Angel Aguilar. En el blog   “amigos de Fe adulta” pueden conocer más de  este obispo también amigo que tal vez nadie intente canonizar. No hará falta.

Deseo que amigos de  otros países que lean este documento lo relacionen con los problemas de la sociedad y la iglesia en que ellos viven.

ALBERTO  INIESTA EL “OBISPO ROJO”  QUE DESCANSARÁ A LA DERECHA DEL PADRE Y A LA IZQUIERDA DE TARANCÓN
Escrito por Luis Ángel Aguilar

Ayer tuve la oportunidad de despedir los restos mortales de un paisano encomiable, así como de dejar un breve mensaje en el libro de firmas reservado a ello. Fue en la madrileña colegiata de San Isidro a dónde se le condujo desde Albacete esa misma mañana, ciudad en la que nació, ejerció su ministerio, se retiró y murió.

Por decir cosas como “No me convence que haya obispos en las Cortes” o que “Los mecanismos de la Iglesia deberían ser mucho más democráticos”, Alberto se ganó el apelativo de “OBISPO ROJO” aunque las opiniones de “uno de los pocos testimonios episcopales de los que evangélicamente había que salvar del naufragio del nacional catolicismo” solían molestar más al Vaticano que al mismo Estado.

Alberto Iniesta Jiménez, tuve la ocasión de leer, seguir, reconocer, admirar y entrevistar siendo ya Obispo de la Vicaría IV de Madrid-Alcalá cuando estaba a las órdenes de otro trascendental epíscopo, Monseñor Tarancón, a quien tanto desesperó y al que también entrevisté por cierto, para VIDA NUEVA, la revista en la que siempre colaboró D. Alberto.

Casualidades de la vida (o no tanto, porque me decía el párroco de San Isidro que fue el propio Alberto quien pidió ser enterrado allí) ha sido sepultado en la misma Iglesia en la que reposa Tarancón, eso sí a su izquierda, como no podía ser menos, exactamente en la capilla de Nuestra Señora del Buen Consejo de la misma Colegiata.

Las crónicas, exégesis y memorándums de su vida sólo destacan y destacarán la parte última y más pía de su vida, esa donde se refugió cuando tras su retiro al Monasterio de Poblet con una gran depresión. Por eso me animo a escribir unas palabras de su otra época, aquella en la que fuera obispo durante los últimos años del franquismo y primeros de la Transición. Precisamente la vida del Iniesta más sano y auténtico, no la del enfermo que ya nunca fue el mismo. Y eso, aunque les pese a muchos, que ni hablan de ésa época, ni entre sus obras más destacadas citan (ni siquiera la Wikipedia), los célebres “Papeles Prohibidos” (Sedmay ediciones 1977) que él mismo me dedicó.

Entre dichos papeles – a los que habría que recurrir para contar correctamente la historia de la España de esos años- se encuentran homilías de corte sociopolítico y otras más pastorales. Como la predicada el 4 de octubre de 1975, a raíz de la aplicación de la pena de muerte a cinco españoles y que le supuso aquella apresurada hacia Roma ante el temor de que se cumplieran las amenazas de muerte que grupos de extrema derecha profirieron contra él.  O también aquella otra del 24 de septiembre del 76 sobre la Asamblea de Vallecas que con un nacional-catolicismo en auge, demostró que el espíritu renovador del Vaticano II ya soplaba en otra dirección. Lástima que hayamos retrocedido de nuevo.

Estas son algunas de las frases de la primera homilía que no debieron gustar a tanto nacional-católico que proliferaba por la Iglesia y por el Estado: “… estimo que lo antes posible se debe suprimir la pena de muerte de las leyes españolas y que mientras tanto se debe hacer uso del indulto de gracia con todos los condenados a muerte. Y lamento la reciente ejecución de los 5 condenados”, junto con el Papa Pablo VI”, “…como cristiano, repruebo el uso de los malos tratos para conseguir declaraciones de los reos, lo cual ha ocurrido recientemente en nuestro país”.

Gracias Alberto porque el recuerdo de tu servicio y disponibilidad episcopal tan alejado de las sillas gestatorias, los báculos, solideos y mitras, solo es comparable al de tu valor y compromiso por los pobres y por la democracia, tanto en la iglesia como en la sociedad. Descansa en Paz.

Luis Ángel AguilarMontero, @luigiaguilar (https://twitter.com/luigiaguilar),
es miembro de CCP, de Redes Cristianas y de la dirección estatal de Podemos. Su blog personal es LA TERCA UTOPIA