Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

16 de abril de 2025

PALABRAS A VOLEO: LA MESA

 MARTÍN VALMASEDA 

Nuestros templos católicos están llenos de imágenes (estatuas, pinturas) adornos, luces, retablos, pero lo más importante en el templo es LA MESA.

¿Querrás decir el altar? ¡no, digo la mesa!. El altar era un lugar de sacrificios de antiguas religiones del “antiguo testamento”; pero en las comunidades cristianas los seguidores de Jesús, se reunían en torno a una mesa para PARTIR-EL PAN. Después de los miles de años se nos habla de partir el pan, sino del santo sacrificio de la misa y lo vuelven a llamar sacrificio.

EVANGELIO DOMINGO 20 -Abril

MISTERIO DE ESPERANZA 

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo a quien quería

Jesús, y les dijo: 

-Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto. 

Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro. Vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte.

Entonces entro también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que el había de resucitar de entre los muertos ( Juan 20, 1-9) 

 ¿DÓNDE BUSCAR AL QUE VIVE? 

REFLEXIONES EN LA SEMANA DE PASIÓN DE MONSEÑOR ROMERO ( Homilías en la Semana Santa )

EL PUEBLO CRUCIFICADO

Sentimos en el Cristo de la semana santa, con su cruz a cuestas, que es el pueblo que va cargando también su cruz.

Sentimos en el Cristo de los brazos abiertos y crucificados al pueblo crucificado; pero un pueblo crucificado y humillado que desde Cristo encuentra su esperanza (Homilía de 19 de marzo de 1978, IV, p.80).

NO SABER AMAR

Esta es la gran enfermedad del mundo de hoy: no saber amar. Todo es egoísmo, todo es explotación del hombre por el hombre. Todo es crueldad, tortura. Todo es represión, violencia. Se queman las casas del hermano, se aprisiona al hermano y se le tortura. ¡Se hacen tantas groserías de hermanos contra hermanos! Jesús, ¡cómo sufrirás esta noche al ver el ambiente de nuestra patria de tantos crímenes y tantas crueldades! Me parece mirar a Cristo entristecido desde la mesa de su Pascua mirando a El Salvador y diciendo: <<Y yo les había dicho que se amaran como yo los amo>> (Homilía de 23 de marzo de 1978, IV, p. 97).

LA MEJOR HOMILÍA SIN DECIR UNA PALABRA

 ¡Que maravillosa sintonía tiene el papa Francisco con Jesús de Nazaret!


Jesús entró en Jerusalén, la ciudad fuerte y amurallada, sobre un borrico prestado contraponiéndose así a la fuerza solemne y guerrera de los briosos caballos que utilizaban los señores para hacer sus batallas y para engrandecer sus conquistas.

Y Francisco ha entrado en la gran basílica papal sin los signos ostentosos que se le han ido pegando a la Iglesia a lo largo de  los siglos...

Todo el mundo ha podido ver al papa en la gran basílica sin signos "sagrados", sin alba bordada de lino, sin estola ni capa pluvial, sin palio de armiño y sin casullas resplandecientes ni nubes de incienso.

Sin sotana, sin cruz pectoral, sin solideo... con pantalones oscuros y camiseta blanca y una pequeña manta de abrigo sobre sus pies cansados...

Ha entrado, sin avisar porque quería rezar como cualquiera, caminar como cualquiera y vivir en libertad, como cualquiera, sin permanecer sujeto a los sutiles protocolos y diplomacias del poder eclesiástico.

Y ha entrado en silla de ruedas y con mascarilla de oxígeno para poder respirar un poco de aire limpio y saludable como cualquier hombre frágil, sencillo y además, enfermo.

Ante este gesto de Francisco me pregunto qué pensarán los clérigos de la elegancia tridentina convencidos de que su ministerio  tiene algo que ver con el bordado de la estola o la pulcritud del alzacuello.

¿Alguien me puede decir qué vestiduras utilizó Jesús para distinguirse del resto de la gente?

¿Alguien me puede decir qué mitra utilizaba él para enseñar o de qué ornamentos se revestía para sanar?

Que yo sepa, el único ornamento litúrgico que tiene su origen en el evangelio es el delantal que Jesús se  ajustó a la cintura para lavarnos los pies.

Por eso digo, que este gesto ha sido la mejor homilía que ha podido pronunciar el Papa Francisco este Domingo de Ramos.

Gracias Francisco, por hablar tan claro, sin decir palabra.


Publicacion de Facebook de Manuel Velazquez Martín.

YO ME PARTO Y ME REPARTO, MI VIDA SE DERRAMA POR TODOS

JUEVES SANTO (C)

Jn 13,1-15

Repartir el pan y la copa de vino se hacía en todas las comidas importantes. Sabemos el sentido exacto que quiso dar Jesús a aquellos gestos y palabras. El mismo Jesús le dice a Pedro que no lo puede entender “por ahora”. Me mosquea que la Didaje, un escrito de finales del s. I no diga nada de la consagración. Dice: “después, los que entre nosotros se llaman diáconos reparten entres los asistentes el pan y el vino eucaristizados”. Y me mosquea aún más que Juan en el relato no diga nada de la institución de la eucaristía.

Creo firmemente que en la aparición de la eucaristía en la primera comunidad ha tenido mucha más influencia el recuerdo de las comidas de Jesús que la última cena. La eucaristía fue, en un principio, un hacer presente a Jesús en el compartir con los demás lo que cada uno tiene y es. En aquella sociedad lo más perentorio era la comida.

El relato de Juan muestra la importancia del lavado de los pies. “¿Entendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis el “Maestro” y el “Señor”; y decís bien, porque lo soy. Si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, sabed que también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros”. Aquí está la clave de la celebración de hoy.

PÁRRAFO PARA INTERIORIZAR

Jesús lava los pies, toca la realidad de la existencia humana. A esos pies manchados por el polvo del camino cotidiano, y heridos por causas tan diversas, se acerca Jesús. Somos llamados por Él, a recorrer el camino del servicio, a ser prolongación suya en esta tarea de acoger, curar, aliviar y fortalecer.



REFLEXIÓN: SI LA ULTIMA CENA HUBIERA SIDO HOY

  

Si la Santa Cena hubiera sido en estos tiempos y los discípulos fueran como la Iglesia del siglo XXI.
Pedro - Perdon señor es que tuve que atender unos negocios.
Juan - Es que me vinieron a ver mis amigos.
Santiago -Ayer me dormí tarde viendo una serie.
Andrés- Es que hacia mucho frio.
Felipe- Señor jugó mi equipo favorito.
Bartolomé - Es que si me queda un poco lejos.
Tomas - Fíjate que ya no me he sentido muy cómodo en esa iglesia.
Mateo - Me dolía un poco la cabeza.
Santiago el menor - Es que la última vez un hermano no me saludó.
Simón - El próximo domingo ahí estaré verdad que si.
Judas Tadeo - puros hipócritas, ahí, allá por eso no voy.
Judas Iscariote - Me ofrecieron una oportunidad que no podía rechazar.
Nuestra relación con Jesús está llena de excusas.

Tomado de la página de Facebook Reflexiones para padres e hijos

FRASE PARA REFLEXIONAR

 

IMAGEN PARA REFLEXIONAR

 

Agustín de la Torre

OTROS MUNDOS DEL MUNDO: SEMANA SANTA EN ANTIGUA GUATEMALA


 Nunca imaginé que una tradición religiosa pudiera tocarme tan profundamente. Vine a Antigua Guatemala esperando grabar una procesión… pero terminé con los ojos llenos de lágrimas. En este video, vas a acompañarme en una de las celebraciones más grandes, emocionantes y espirituales del mundo: la Semana Santa en Antigua Guatemala.

9 de abril de 2025

PALABRAS A VOLEO: CON CUIDADO

 MARTÍN VALMASEDA 

CAMINAR CON PIES DE  PLOMO


Que no  rompan  esta tierra que pisamos

y  no  suenen  con estruendo

las  palabras que  decimos

y  que no restallen  en  los  tímpanos 

y cuidar que  nuestra  lengua 

no  sea  un  látigo  de  domador 

que  golpee  los  oídos

y se  encoja  la  cabeza  entre los  hombros

ni  las  frases que decimos sean  agujas

que  se clavan  en  el  alma

inyectando  sentimientos  de  venganza  de odio, burla

o menosprecio.

EVANGELIO DEL DOMINGO DE RAMOS, Reflexión de Antonio Pagola

CON LOS CRUCIFICADOS

Domingo de Ramos – C

(Lucas 19,28-40 / Lucas 22,14-25,36)

13 de abril

El mundo está lleno de iglesias cristianas presididas por la imagen del Crucificado, y está lleno también de personas que sufren, crucificadas por la desgracia, las injusticias y el olvido: enfermos privados de cuidado, mujeres maltratadas, ancianos ignorados, niños y niñas violados, emigrantes sin papeles ni futuro. Y gente, mucha gente hundida en el hambre y la miseria en el mundo entero.

Es difícil imaginar un símbolo más cargado de esperanza que esa cruz plantada por los cristianos en todas partes: «memoria» conmovedora de un Dios crucificado y recuerdo permanente de su identificación con todos los inocentes que sufren de manera injusta en nuestro mundo.

Esa cruz, levantada entre nuestras cruces, nos recuerda que Dios sufre con nosotros. A Dios le duele el hambre de los niños de Calcuta, sufre con los asesinados y torturados de Iraq, llora con las mujeres maltratadas día a día en su hogar. No sabemos explicarnos la raíz última de tanto mal. Y, aunque lo supiéramos, no nos serviría de mucho. Solo sabemos que Dios sufre con nosotros. No estamos solos.