Es como un hombre que,
al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a
uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, según sus capacidades; luego se marchó.
El que recibió cinco
talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco; el que recibió
dos hizo lo mismo y ganó otros dos; en cambio, el que recibió uno hizo un hoyo
en la tierra y escondió el dinero de su señor.
Al cabo de mucho tiempo
volvió el señor de aquellos empleados y se puso a saldar cuentas con ellos. Se
acercó al que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco,
diciendo:
- Señor, cinco talentos
me dejaste; mira, he ganado otros cinco.
Su señor le respondió:
- ¡Muy bien, empleado
diligente y fiel! Has sido fiel en lo poco, te pondré al frente de mucho; pasa
a la fiesta de tu señor.
Se acercó luego el que
había recibido dos talentos, y dijo:
- Señor, dos talentos
me dejaste; mira, he ganado otros dos.
Su señor le respondió:
- ¡Muy bien, empleado
diligente y fiel! Has sido fiel en lo poco, te pondré al frente de mucho; pasa
a la fiesta de tu señor.
Finalmente se acercó el
que había recibido un talento y dijo:
- Señor, supe que eres
hombre duro, que siegas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido;
me asusté y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo.
El señor le replicó:
- ¡Empleado malvado y
holgazán! ¿Sabías que siego donde no he sembrado y recojo donde no he
esparcido? Pues entonces debías haber puesto mi dinero en el banco, para que al
volver yo pudiera recobrar lo mío con los intereses. Quitadle el talento de plata y dádselo al que
tiene diez; porque al que produce se le
dará hasta que le sobre, mientras al que no produce se le quitará hasta lo que
había recibido. Y a ese empleado inútil,
echadlo fuera, a las tinieblas: allí será el llanto y el rechinar de dientes. (Mateo 25, 14-30)
PASA A LA FIESTA
IMMA CALVO
LAS ROZAS (MADRID).
Amigas y amigos:
Despedimos con inmenso cariño y agradecimiento al gran teólogo, José María
Castillo. Su figura, ya grande, irá creciendo a medida que pase el tiempo. Me
llama la atención su cercanía con infinidad de personas: ¡Cómo sacaba tiempo
para mantener la amistad con tantísima gente! También era especial su gran
talla intelectual, que le hacía capaz de lo más difícil: darse a entender a los
sencillos. Le echaremos de menos, sin duda, pero su legado teológico continuará
enseñándonos a seguir a Jesús.
Leyendo el evangelio de
este domingo, el de los talentos, parece que podemos oír algo así: Descansa en
paz, Pepe Castillo, pasa a la fiesta de tu señor.
Para los de Madrid y
alrededores, tendremos la suerte de escuchar a José Arregi en la presentación
del libro Dios más allá del teísmo que hará en el Colegio Mayor Chaminade, el
viernes 24 de noviembre. Todos los detalles en el Tablón de anuncios.
Evangelio y comentarios
al Evangelio
Mateo 25, 14-30. El
empresario se va de viaje y deja a cargo de sus bienes –los talentos- a tres
empleados.
Eclesalia