WILLY
Historia de un niño algo especial que de mayor lo siguió
siendo… a su manera
Martín Valmaseda
Dibujos: Karla y Andrea Aguilar
CAPÍTULO 1
TIEMPOS DIFÍCILES
Guatemala, finales del siglo XX . En el barrio donde estamos, ni muy rico ni muy pobre, poca gente por la calle, caminando deprisa. Los que van juntos sin hablar o platicando en voz baja y mirando a todas partes.
Es que de todas partes, por las esquinas, salen Jeeps militares cargados de metralletas.
Doña Paula, madre de familia, con la bolsa de la compra y de la mano un pequeñín, va a cruzar la calle y se detiene para dejar pasar a uno de los vehículos, pero el chiquitín de unos 5 años se suelta de la mano y sale corriendo a la calzada. El piloto frena brusco y el chirrido se funde con el grito de Doña Paula, ¡Willy!. Un soldado salta del carro y agarra al pequeño. El pequeño emocionado echa mano al fusil del militar. Este sorprendido no sabe qué hacer. La mamá nerviosa sale a resolver la situación, pero también el niño defiende sus “derechos”: “¡mamá déjame jugar!”. “Cuando seas grande y te hagas soldado” -le dice el militar- “¡Ni grande ni, pequeño!” corta furiosa Paula, arrastrando al juguetón hacia la acera.
Estamos en tiempos de golpe de estado, otro de los muchos que paralizan el país, que no encuentra la paz firme y duradera, como mienten uniformados y políticos.
Doña Paula sigue con prisa a casa arrastrando a Willy que camina mirando hacia el fusil perdido…
Al llegar a casa Paula, mientras saca las cosas de la compra le cuenta al marido la hazaña bélica de Willy.
Ramón se queda mirando al niño…. “Lo que nos faltaba. Desde que quitaron de en medio a Arbenz y no ha habido presidente normal, todo ha sido violencia en el país. El hijo de la vecina se ha ido con la guerrilla de la ORPA.
La mamá se asomó a la ventana del patio y comentó:
“A este bicho, déjale crecer - Al bicho se le escuchaba patear la pelota en el pequeño patio de la casita- ya veremos lo que será de él. El mes que viene empieza la escuela…
Paula y Ramón vivían en un barrio al norte de la capital. Ramón tenía una pequeña papelería y Paula maestra sin trabajo, cuando en la capital y sobre todo en los pueblos había tanta falta de maestros. Bromeando tristemente hablaban de poner un anuncio en las calles:<MAESTRA SIN ALUMNOS BUSCA ALUMNOS SIN MAESTRA > Sabían que no tendría éxito porque también faltaba dinero en el gobierno e interés en bastantes familias. La falta de medios de vida les obsesionaba, no miraban al futuro ni se enfrentaban al presente.
CAPÍTULO 2
EL PRIMER DÍA DE ESCUELA
Es bonito irse un día de comienzo de curso a la puerta de la escuela infantil. A unos pequeños y pequeñas los llevan papás y sobre todo mamás, jalando de ellos, casi arrastras. En otros casos parece que es el pequeñín quien arrastra a mamá. Todo fue cuestión de publicidad: Los mayores que supieron contar a sus hijos lo bien que se pasaba en la escuela, las cosas que se aprendía y lo que se jugaba en el recreo, consiguieron más éxito que quienes amenazaban a sus hijos si hacían travesuras: “cuando vayas a la escuela ya te meterán en cintura”. Esos iban arrastras. Por cierto que Willy iba casi corriendo, a cinco metros de sus papás: “¡niño no corras, que no se acaba la escuela!”.
Cuando llegó a la puerta del centro escolar, el estudiante pasó como un rayo junto a la maestra. Fueron los papás quienes hicieron la presentación: “Buenos días maestra…”
- “Pues, doña Cristina, ese bólido que ha pasado junto a usted es nuestro hijo Willy. Cuide de que no le derrumbe la escuela”. La maestra se rió:
- soy judoka y me defenderé como pueda.”
Pronto la calle quedó vacía y dentro se escuchaban los gritos de las fierecillas.
Cristina entró a última, sin hacer judo, sino cantando una canción infantil. Casi todos los pequeños la sabían y se formó el coro bastante desafinado pero alegre.
Cuando terminaron, la maestra, mujer algo mayor, pero de espíritu joven, les preguntó los nombres y los fue escribiendo en el pizarrón. No sabemos si aposta o sin querer, escribió Guilly, en vez de Willy. En seguida se escuchó una voz: “maestra, maestra, no se escribe así.”
Ella puso cara de sorpresa. “Ah ¿no? ¿entonces cómo?”
Quien había hablado no era el Willy de nuestro cuento sino otro niño con gafas gruesas .
Pues… no sé, pero yo también me llamo así y la primera letra es como dos pinchitos para abajo (y levantaba dos dedos dé cada mano como VV)
_ Sí, sí - dijo nuestro Willy- a mi nombre le pasa lo mismo, y dice mi mamá que sabe mucho que eso se llama doble V.
La seño Cristina se puso muy contenta” estupendo chicos ustedes me van a dar clase a mí. Seguro que saben más letras. Díganme las que se saben ya”
Un pecoso levantó la mano: “seño a, e,i,o,u sabe el borriquito más que tú”
Y seño Cristina: muy bien, ¿las sabes escribir?
El alumno puso morrito: noooo, eso no sé
Los demás corearon:”¡no sabe, no sabe!
La profe dio unas palmadas: ”bueno pero si cada uno sabe un poco, todos aprenderemos todas las letras y yo las iré escribiendo, y luego ustedes.
Así siguió aquella mañana primera de clase como un juego movido por la simpática seño Cristina.
Al final del día los estudiantes de letras salían en pequeños grupitos. Los dos Willys juntos orgullosos con su W , otros cantando; a,e,i,o,u sabe el borriquito más que tú.
Y al salir a la calle se echaron en brazos de sus mamás y papás diciendo :¡Ya sabemos las letras!
-Uuuh… ¿todas? ¿también la doble W?. Preguntaban ellos.
- Esa la que más -contestaban los jóvenes “universitarios”.
CAPITULO 3.
- EL SEGUNDO DÍA DE ESCUELA
No vamos a contar todos los días de escuela de nuestro amigo Willy, pero sí el segundo que fue muy distinto del primero.
Dijimos que en el primer día, unos niños iban animosos jalando de sus papás y otros con miedo tenían que ser casi arrastrados… Bueno pues el segundo día, después de la novedad del comienzo, todos iban más normales. Unos con cara de “no hay más remedio” y otros con gesto alegre. A unos se les había pasado el miedo, otros aun no lo veían claro, aunque la maestra Cristina era simpática y les había caído bien. Willy se había hecho amigo del que se llamaba como él, pero para distinguirse los dos se decían uno uilly, sin la W y el otro con g: Guilly. También se hicieron amigos de un compañero pequeñito y con lentes que se llamaba Chepito y que casi no sabía jugar.
Seño Cristina llamó a los dos “uillys” y les dijo: “fíjense ustedes dos en ese pequeñín que no juega y está allí en un rincón”.
(Fíjense que antes de empezar la clase, había un rato de deporte en el patio de la escuela. Allí Chepito estaba viendo a los demás aunque sin jugar.)
Los dos amigos se acercaron a él:”Hola, compa, ¿por qué tú no juegas?
“El chepito les dijo:” es que estuve enfermo dos años y no he jugado casi…y además ese grandote no me dejó, me dijo que ese juego es para los fuertes”
Uilly le dijo: “Pero ese grandote no manda. Ven con nosotros.
Los dos, con Chepito en medio, se pusieron con el otro equipo. Hablaron con “el que mandaba allí ( todavía no sabían qué era eso de líder”) y dijo que bueno, que jugase de portero.. Chepito se quitó los lentes y se los dio a la profe que parecía distraída, pero seguía de reojo lo que sucedía en el terreno de juego entre los pequeños. Estos pateaban la pelota de plástico, sin mucha técnica amontonándose y apretujándose… De pronto entre el barullo uno se escabulló con la bola en los pies hacia la portería y disparó. Sucedió lo inesperado. Chepito salto como una rana y despejó la pelota. Todo el equipo aplaudió a la revelación. Willy le puso la mano en el hombro: “¿qué bárbaro y ¿decías que no sabías jugar?. Chepito parecía que de la satisfacción había crecido y engordado. Le explicó al compañero: “es que cuando me estaba curando, mi papá me tiraba caramelos para que saltase a agarrarlos y por eso…”
Pero en ese momento se acercó el que mandaba en el otro equipo. Venía enfadado. “¡Te dije que tú no podías jugar!”. Willy se puso en medio: ”pues ya ves qué sí puede”.
Y se complicó la cosa, porque las niñas de aquella clase, que estaban mirando el partido salieron gritando a favor de Chepito: “¡viva viva, muy bien la parada!”. Al protestón le aumento la rabia: : ¡Ustedes cállense, que son niñas y no entienden de deporte!”. Y aquí pasó otra sorpresa. Una niña que se llamaba Pili y se veía que también era la mandamás del grupo, se puso delante con los puños cerrados:”¿Qué no sabemos de fútbol?. Pues nosotras vamos a jugar también”. El mandón cada vez más furioso: “Si ustedes juegan yo me voy” – “Anda vete - gritaron las niñas,- puedes jugar a las cocinitas!”
En ese momento Seño Cristina que se había acercado sin ruido, tocó las palmas”. Niños, se terminó el recreo; vamos a clase y me cuentan lo que pasa aquí.
Así terminó la discusión en el patio. Pero siguió después.
Si quieren saber cómo acabó esa historia con las pequeñas feministas, esperen al próximo capítulo que se lo contaremos.
CAPITULO 4
¿QUIEN PUEDE MÁS?
Seguimos la aventura de aquellos novatillos estudiantes. Después de que seño Cristina, dio las palmadas y los metió en la clase, todos discutiendo… Bueno, todos no. Todas las niñas unidas a las órdenes de Pili, entraban decididas a su primera conquista feminista: ellas querían jugar al futbol, con o contra los niños, pero no aparte…, o sí aparte, pero como sólo había un terreno de juego…Ya verán lo que pasó.
Entraron y se sentaron los y las pequeñas. Se quedaron calladas y callados porque la profe había puesto una cara muy seria. Y empezó a hablar Cristina:
-“Me ha parecido oír que no le dejaban jugar a uno de ustedes”.
El mandón se dio por aludido.:” Claro seño porque yo le dije que no podía jugar y…”
Le cortó la maestra: “¿que tú le dijiste?… y ¿quién eres tú para decir quién puede o no puede jugar? En ese momento se dió cuenta el niño mandón de que lo habían pillado. Encogió la cabeza entre los hombros -dijo en voz baja:” Es que yo quería ganar”.
Cristina aprovechó el momento: “Claro Rober (el niño se llamaba Roberto) eso es lo que pasa en el mundo, que todos quieren ganar por encima de los demás.? ¿ No se han dado ustedes cuenta que en estos días hay por las calles de Guatemala muchos militares con fusiles, carros, metralletas,…?
El ingenuo de Willy saltó alegre: ¡sí seño Cristina, yo el otro día quise agarrar un fusil, pero mamá no me dejó!
Y la maestra: ¿para qué son los fusiles?
Willy: para disparar, pam, pam, pam!
Ella.-y para matar ¿a quién se mata?
Dijo Rober: a “los malos.”
Allí habló una niña: “y a los buenos…A mi primo que era muy bueno y trabajaba ayudando a la gente un día…(la pequeña no pudo seguir, se le saltaron las lágrimas)…
La maestra cortó la conversación:” No hay que matar a nadie ni a buenos ni a malos. En este mundo tienen que desaparecer los fusiles, las bombas, los cañones … y tiene que llegar la… (se quedó callada Cristina) y los niños primero uno y luego poco a poco todos dijeron: “ la paz… la paz… la paz la paz…”
Siguió ella. “ Y no hay paz porque muchos quieren mandar y quitar a los otros que mandan…y a los menos fuertes les dejan fuera.
Se escuchó una voz entre las niñas: ¡como a Chepito!
Todos los pequeños rieron, hasta Chepito que dijo :”¡pero yo sé saltar y agarrar la pelota y los caramelos!
-¿eso quería yo decirles niños que cada uno de nosotros y nosotras valemos para una cosa y podemos aprender otras. Por ejemplo, Chepito salta, las niñas pueden jugar muy bien al fútbol y los niños pueden jugar a las cocinas y hacer la comida en casa.
“Sí seño dijo otro pequeño. Mi papá hace la comida muy sabrosa.
“Bueno – terminó la maestra -pues de todo lo que ha pasado hoy hemos aprendido una lección importante; que todos somos iguales aunque cada uno pueda hacer cosas distintitas. ¿Está claro?
¡Siii ¡-dijeron todas y todos.
Pues ahora seguimos con las letras y mañana ¡partido de futbol niñas contra niños.
¡Bieeeen!
CAPITULO 5
¿VAMOS A GANAR?
Salió aquel día de la escuela de Willy y con él los demás, gritando: ¡Vamos a ganar!, ¡vamos a ganar!
Pero detrás salían las niñas casi cantando: ¡Qué se lo han creído, que se lo han creídoooo.!
Cada uno y una, cuando llegaban a su papá o mamá, quien les esperaba, les contaban con muchos gestos lo que había sucedido ese día en la escuela. Cada diálogo era distinto. El papá de Willy, que es quien le esperaba aquel día le preguntó "¿y tú crees que van a ganar?".
-"Pues claro, le dijo Willy, los hombres somos más".
-"Pues yo-dijo el papá-no estoy tan seguro, las mujeres son muy listas y están muy unidas".
-Ellas no son mujeres, son niñas".
-"Y tú tampoco eres un patojillo pequeñajo".
-"Pero me falta poco para ser grande".
El papá se rió "Anda mocoso, te faltan 20 años"... Así, discutiendo y riendo llegaron a casa.
Willy se metió en su habitación y se acordó de que tenía que hacer la tarea, que era escribir una frase que les había puesto la maestra en el cuaderno. La frase era: ESE OSO SE ASA.
Willy se quedó pensativo ¿Y por qué?, ¿y por qué...?
Se levantó y fue a la cocina: "¿mamá, por qué se asan los osos?"
- "Ay hijo yo no sé... yo solo aso pollos...pero no osos. Supongo que es porque quiere doña Cristi que aprendan las letras: O, S, E y A...
- Willy volvía a su cuarto, cuando la mamá le dijo: " o a lo mejor es porque las osas les van a ganar el partido de fútbol a los osos. El niño se rió: "No, no, vamos a ganar los osos.
- Bueno Willy pero ven a comer que hoy tenemos oso asado.
Comieron todos el pollo, contando bromas de la escuela, de cómo eran los niños y las niñas.
Ya no les cuento más de ese día.
Al día siguiente le llamó la atención a Willy que, cuando el llegó, ya estaban todas las pequeñas en el patio, platicando con doña Cristina. También los niños llegaron pronto y empezó el partido...
- Pues lo siento, pero aquí termina el capítulo 5
- ¿Qué pasará en el 6? Tengan paciencia.
CAPITULO 7
Vamos a dejar pasar un montón de días desde aquel comienzo de la escuela y saltamos varios meses, a los tiempos en que Willy, Uilly, Pili, Rober, y todos los compañeritos y compañeritas ya sabían leer y escribir, más o menos bien o mal. Ya escribían hasta la W.
Seño Cristi estaba muy contenta con sus alumnos. Les decía que, aunque en esa clase eran veintiséis niños y niñas tenían que ser como si fueran todos juntos sólo uno, o uno—y-una. Eso es lo que decía la profe, pero costaba trabajo, porque había algunos algo egoístas y decían que ellos eran más que los demás.
Otros no lo decían, pero lo pensaban. Había un grupo donde estaba Rober y otros cuantos que se metían con los más débiles, uno de ellos Chepito, y le hacían la vida imposible. Parece mentira que tan pequeños y con tan mala idea. Pero Pili con unas amigas y con Willy, Uilly, y otros dijeron: “nosotros vamos a ser los defensores delos más débiles”. Cuando vieron que Rober se ponía a reírse de Chepito le rodearon y Pili le dijo: “oye Rober ¿no has oído a la seño que todos somos uno?. Rober apretó los puños, pero miró a su alrededor y se fijó que había 7 compañeritos y compañeritas que empezaron a gritarle:” ¡eso no se hace, eso no se hace!”. Ninguno se daba cuenta de que, asomada a la puerta de la clase, estaba la seño Cristi. Se dieron cuenta cuando oyeron sonar una música de flauta.
Todos se volvieron y se quedaron mirándola. Ella siguió tocando una música dulce mientras les hacía señas de que se acercaran. Se terminó la pelea que se amenazaba. Dicen que la música amansa a las fieras… La seño les hizo entrar a todos en clase. Cuando se sentaron(la maestra seguía tocando) vieron que en la pizarra había escritas unas palabras. Paró seño Cristi dejó de tocar música y les dijo: ”Eso que está ahí escrito es la canción que estoy tocando. Siguió con la música mientras niñas y niños iban leyendo con dificultad, como novatos lectores, esa letra que decía:
<<yo no soy como tú - no eres tú como yo
pero todos tenemos un igual corazón
yo no soy como tú - no eres tú como yo
pero juntos seremos uno sólo tú y yo
pero todos seremos un solo corazón>>
¿lo han leído? -dijo Cristi - Pues vamos a cantarla. La cantó ella y luego todos juntos con la música de la flauta.
Al final se pusieron a aplaudir todos y todas, menos uno que no aplaudió, sino que se tapó la cara y se puso a llorar ¿ Ya saben quién?, Sí ese, Rober avergonzado porque vio que había sido un bruto. Willy entonces le dio palmaditas suaves en la espalda para animarle.
Y así termina el capítulo 7, pero seguirán las aventuras de Willy, Rober, Uilly, Pili y todas las alumnas y alumnos de seño Cristi.
CAPITULO 8
Una visita al arca de Noé
Un día cualquiera en el libro de lectura que usaban los niños y niñas en la escuela de seño Cristina, tocaba leer ese párrafo que cuenta cómo la tierra se inundó y un tal Noé que se enteró de lo que iba a suceder, porque Dios se lo dijo, pensó en hacer como un gran barco, sin velas ni remos, -un arca - y se metió en él con su familia y con una pareja de todos los animales que había en la tierra entonces, hace muchos, muchos años… y así se salvaron todos los bichos de la tierra.
Cuando terminó la lectura dijo Willy: “¡qué bárbaro seño!, ese barco sería enorme” …
Bueno- les dijo seño Cristi- esto es como un cuento, para ver el amor que debemos tener a los animales que Dios ha creado… tienen que saber que no todo lo que dice la biblia ha pasado de verdad, la biblia cuenta cosas que son consejos o son oraciones, otros son poesías y otros son cuentos como este que sirve para aconsejar el amor a los animales.
¿Entonces esto no es verdad? - preguntó Elenita, una niña muy interesada en la biblia que le leían sus papás.
Es verdad pero no como historia sino como consejo de cuidar las cosas del mundo, de toda la creación.
Pero hoy -dijo Willy - hay gente muy bruta que mata o hace daño a los animales.
La maestra aprovechó la ocasión: ”sí es muy triste y hoy hay que hacer lugares para cuidar a los animales. Si me prometen portarse bien podemos ir un día a Escuintla donde están los animales pero no en jaulas sino sueltos aunque no se pueden escapar.
Una semana antes les hizo leer y dibujar animales de países lejanos y también habló con ellos de los tepescuintles, los corzos, los monos, los cochemontes los tucanes y quetzales que pocos habían visto aunque estaban en Guatemala.
No les cuento más. Se hizo la excursión los niños volvían emocionados y ella, seño Cristina siguió aprovechando la ocasión para abrirles más los ojos y el corazón.: “
Y ustedes, dijo, ¿qué bichitos tienen en su casa?
Jaimito, hijo de campesinos dijo que él, bueno, sus papás, tenían un caballo y dos vacas. ¡Se escuchó en los demás un hoooooooo!! de admiración! Todos los demás tenían perros, gatos, pajaritos…
- Y ¿los tratan bien?
- Sí claro seño
-Willy dijo. “Pero un día mí perro me mordió porque le retorcí una pata
- “Ah claro, tienen derecho a defenderse”
La maestra les encargo que al día siguiente le trajeran escrito (en frases cortitas, porque aún no sabían escribir bien) cómo eran sus animales mascota.
Y así terminó el día tan divertido de Willy y sus amiguitos y amiguitas…
Capítulo 9
RINOCERONTES Y FLORES
Martín Valmaseda
Al llegar el día siguiente a la escuela, después del partido de fútbol. doña Cristi decía que a los papás que empezaba el día con fútbol porque así los tenía un poco cansados a los peques y estaban menos nerviosos. Pues después de jugar entraron en clase cada uno con su papelito donde habían puesto que les había gustado más. No se lo copio aquí porque sería largo. Solo les cuento lo que decía el papel de Willy: a mí lo que más me gustó fue el rinoceronte porque tiene un cuerno para defenderse y que no lo mareen.
Seño Cristi no iba a decirle que sí que hay gente que los mata pero Willy siguió diciendo: Y por qué les habrá salido ese cuerno en la nariz?. Entonces ella con palabras que le entendieran les dijo: es que todas las cosas del mundo no se han hecho de golpe todas a la vez, primero fueron animales pequeñitos en el agua y luego otros más grandes, poco a poco fueron saliendo a la tierra y otros fueron cambiando, pero todo pasó en millones y millones de años.
Entonces una niña levantó la mano y preguntó: ¿seño, pero qué son millones? Cristi se dio cuenta de que no podía correr mucho, que los pequeños que iban llegando a contar hasta cien. Claro es que a ustedes todavía no van...
CAPITULO 10
EL CAMBIO
Los días siguientes a cuando hablaron del rinoceronte y de las cosas que se crearon y evolucionaron la inteligente profesora les enseñó una canción. Explicándoles que esa evolución que han tenido todas las cosas quería decir que todas las cosas van cambiando y para explicarlo les puso una canción. Explicándoles que esa evolución que han tenido todas las cosas quería decir que todas las cosas van cambiando y para explicarlo les puso una canción de una cantante muy conocida y querida Mercedes Sosa.
Esa fue la letra de la canción que siguieron los niños y niñas atentamente en una pantalla:
***
Cambia lo superficial cambia también lo profundo
Cambia el modo de pensar
Cambia todo en este mundo
Cambia el clima con los años,
cambia el pastor su rebaño
y así como todo cambia
que yo cambie no es extraño.
Y el más fino brillante
de mano en mano su brillo
cambia el nido el pajarillo
Cambia el sentir un amante
Cambia el rumbo el caminante,
aunque esto le cause daño
y así como todo cambia
Que yo cambie, no es extraño
Cambia, todo cambia,
cambia, todo cambia (cambia, todo cambia)
(Cambia todo cambia)
Cambia el sol en su carrera
Cuando la noche subsiste
Cambia la planta y se viste
De verde en la primavera
Cambia el pelaje la fiera,
Cambia el cabello el anciano .
Y así como todo cambia
Que yo cambie, no es extraño
Pero no cambia mi amor
Por más lejos que me encuentre
Por mi pueblo y por mi gente
***
Los niños entendieron muy bien lo principal, el cambia todo cambia. La maestra se los fue explicando, una niña dijo: "Seño Cristi esa señora que canta se parece a usted"
La profe se rió:"pero yo no canto como ella"
"No pero usted quiere que todo cambie"
"Tiene razón seño Cristi, que todo cambia-dijo Pili- antes no veníamos a la escuela y ahora ya somos mayores y venimos"
"Y en la escuela cambiamos más-dijo Willy- antes yo quería jugar con fusiles y pistolas y ahora veo que eso es malo, porque son cosas de matar".
"Y...y yo ahora veo que no tengo que ser el que más manda- ahora hablaba Rober,- que todos somos iguales".
Varios de los niños y niñas fueron diciendo en lo que ellos habían cambiado... hasta que habló la maestra: "pues fíjense que han hablado de lo bueno pero también se puede cambiar a lo malo.
"Si es verdad -dijo un chavalín- yo tenía un amigo que empezó a juntarse con chicos peleones y lo tuve que dejar porque siempre se estaba peleando".
"Y yo- dijo otra niña- tenía una amiga muy alegre que se reía mucho y cantaba muy bien, pero dejó de reir se la veía triste y ya no cantaba"...
"¿Y no sabes por qué?"
"No seño y ella me dijo que tampoco lo sabe".
Pues no la dejes... teneis que conseguir sus amigas que encuentre otra vez la alegría que se le había perdido; y vosotros vais a cambiar cuando seais más mayores, y teneis que cambiar para bien y aprender lo más importante que es querer a los demás y no preocuparse solo cada uno de lo suyo, porque como decíamos ayer todos somos uno y tenemos que preocuparnos todos por todos, para hacer un mundo en paz, sin guerras... para que el mundo cambie.
Y todos los pequeños cantaron con seño Cristi el estribillo, lo que se repetía de la canción: cambia todo caambiaaaaa... y Willy con la misma música cantó: toodos somos uuunoooo.
Bueno, terminó la profesora, pero ahora saquen los cuadernos que vamos a la clase de escritura, para que cambie a mejor escritura.
CAPITULO 11
SALTO DE 9 AÑOS
Ahora saltamos un capítulo de la historia de Willy, pero saltamos un montón de años y nos vamos a cuando nuestro amigo ya tenía 15... Había dejado la escuela de Doña Cristi y había pasado a la enseñanza media. Ya sabía leer y escribir muy bien y le gustaba mucho. Ya sabía lo que era un millón, también estaba aprendiendo a tocar guitarra.
Cuando iba de excursión siempre llevaba una bolsa con el instrumento y se apuntó al coro parroquial. Pero de su tiempo con la maestra seño Cristi no ha olvidado dos cosas: una el amor a los animales y otra el saber que todo el mundo está cambiando continuamente y que todas las cosas que hay en el universo; las rocas y la tierra, las estrellas lejanísimas y la hierba que estaba bajo sus pies, los mosquitos, los peces, los quetzales y los rinocerontes y las plantas: los árboles, el maíz, las flores...todo lo que existe en la creación desde hace esos millones y millones de años empezó a existir todo cuando, como doña Cristi dijo para que los niños entendieran con solo un ¡pum!, pero que ya sabía como les dijo D. Felipe que se llamaba el "bing bang" la gran explosión han salido él y los chinos, y los morenos de África, y los españoles y los esquimales, todos, todo, todo y por eso todos somos uno.
Los compañeros de Willy no lo querían entender cuando se lo decía Don Felipe en clase de ciencias. Cuando Willy se lo afirmaban le decían: que no que todos veníamos de Adán y Eva. Willy decía: "no hombre eso de Adán, Eva la serpiente y el paraíso es una leyenda simbólica que también tiene la Biblia"; Willy lo sabía bien porque se lo explicó doña Cristi, y también lo decía Don Felipe con palabras más para patojos mayores.
Entonces en esa clase se creó otra discusión que les contaremos en el capítulo 12. Tengan paciencia.
CAPITULO 12
CONCIENCIAS
Recuerdan? Ya no estamos contando la vida de ese Willy, que iba a la escuela de Seño Cristi, sino del mismo cuando había cumplido 15 años y estaba en otras peleas... amistosas, en torno a esa canción que aprendió de pequeño, cantada por la popular cantautora latinoamericana Mercedes Sosa.
Bueno, más bien al tema de que "todo cambia" y al revuelo que se levantó en la clase de ciencias, cuando se planteó la idea de que el mundo no se hizo en 7 días, sino que, de algo más pequeño que una puntita de alfiler, se produjo un ¡pum! (contó Cristi a los pequeños) y un big bang (le dijeron a Willy ya de adolescente) habían ido surgiendo en millones y millones de años todo lo que hoy existe: galaxias, el sol, la tierra, los vegetales, todos los seres vivos, el ser humano... Ahí se levantó la gran discusión de muchos compañeros que le decían: nosotros creemos más a la biblia y lo que dice de cómo creó Dios el mundo en 6 días.
Don Felipe el profe de ciencias, como estaba empezando el curso, aunque se daba cuenta de lo que discutían los alumnos, no intervenía a favor de nadie, ni de Willy ni de los demás, que decían que ese Willy no hacía caso de la biblia... y los alumnos se lo contaron a sus papás.
Una mañana, antes de que empezasen las clases, llegaron al instituto un matrimonio y otro señor, padres de alumnos del instituto. "Buenos días Don Felipe, venimos a decirle que tenga cuidado con ese compañero que se llama, creemos que Willy y que no tiene fe en la palabra de Dios".
Don Felipe puso cara de susto: "AH, SI? Bueno, aquí en este instituto tenemos alumnos de varias religiones. Lo que queremos es que sean respetuosos con lo que piensa cada uno, ¿y qué es lo que dice Willy, para hablar yo con el?
"Pues que el mundo no se hizo en seis días...Y el séptimo Dios descansó.
Don Felpe sonrió." Pues fíjense: yo tampoco creo que estuviera muy cansado"
La señora se puso nerviosa:" ¿Y es usted cristiano?"
- "Procuro serlo, y católico. Pero leo la biblia con conciencia de cómo se escribió".
Los tres señores se miraron unos a otros y dijo uno: "pues cómo va a ser?, de verdad, con conciencia.
Entonces D. Felipe: " Pero es que hay varios tipos de conciencia. Una que es la mítica. Que cuenta leyendas como lo de la creación, y muchos otros cuentos, simbólicos, las parábolas que Jesús contaba, la historia de Job... no son historias sino cuantos ejemplares ¡Hay una conciencia de los sabios de hace unos siglos, que pensaban, por ejemplo, que el sol daba vueltas al rededor de la tierra. Pero ustedes y yo sabemos que no, que quien da vueltas es la tierra. Pero ustedes y yo sabemos que no, que quien da vueltas es la tierra alrededor del sol ustedes creen eso¿verdad?
Los dos papás y la mamá dijeron que sí claro; pero como si acabasen de darse cuenta hacía un rato,...
Pues muchas cosas de la biblia-siguió diciendo el profesor- se escribieron con esa conciencia mítica y así las creía Jesús que pensaba como la gente de su época, de hace mas de 2000 años...(ellos tres que venían a protestas de Willy se quedaba poco a poco con la boca abierta, sin saber qué pensar, no sólo de Willy, sino de ese profesor que no sabían en qué creía. D. Felipe terminó: "perdonen, que falta poco para empezar la clase, pero hoy por la tarde pregunten a sus hijos lo que voy a hablar con ellos.
Se despidieron, y mientras los tres papás salen, yo les pregunto a ustedes, los lectores grandes y menos grandes de este cuento: ¿y cual es su conciencia, compañero, compañera, a principios del año 2021? Es mítica, es medieval, o como la de los años 1500, es la científica del siglo XIX o la que está asomando ahora, en el XXI ¿eh, cuál?
En el capítulo 13 veremos la que se arma en el instituto, con casi todos los contra Willy los alumnos, que les parecía hereje. (Aun no sabían lo que pensaba el profesor).
CAPITULO 13
¿NOS VAMOS DANDO CUENTA?
El día siguiente entraban en clase los alumnos del instituto, en pequeños grupos, hablando animadamente. Ya había corrido la voz de que algunos padres habían ido a protestar contra ese Willy, que parecía no creer en el mensaje de la Biblia. Además se empezaba a ver que unos pocos compañeros, se convencían de las teorías de Willy y se juntaban con él.
Había otros muchachos que ni conocían la Biblia ni tenían ningún interés religioso; pero se metían en la discusión para "armar lío" como había dicho el papa, en otro sentido.
Don Felipe se daba cuenta del ambiente pero disimuló y empezó la clase como si nada:_"A ver, teníamos la Lección 14, la ley de Lavoisier...
-"Ustedes tenían la lección 14.
-"Sí, pero Willy..."
-"¿Les dijo Willy que era otra la lección?"
-"No señor - se levantaron varias voces- pero como él dice que Dios no creó el mundo en seis días..."
-"¿Tú Willy dices eso?
-"En seis días no lo creó, pero no niego que Dios sí lo creó"
-"¿Y cómo lo hizo?
-"Ah, eso no sé. Lo creó en un instante, como una explosión, yo llamo a Dios a quién lo creó, otros lo pueden llamar como quieran."
Don Felipe vio que no tenía marcha atrás en esa discusión y siguió. Los alumnos respiraban, ya no les preguntaría sobre Lavoisier.
-"¿Y cómo se llamaba quien dijo eso de la explosión?."
Uno se pasó de listo y dijo: "sería algún ateo, lo mismo fue Lavoisier"
-"Pues no señor, fue un tal Lemaitre"
- "Otro ateo sería" -dijo otro alumno, de esos empeñados en el Dios creador en 6 días.
Don Felipe dijo que no y explicó: "Lemaitre era un sacerdote jesuita y lo siguió siendo cuando defendió esa teoría del big bang, la gran explosión (los muchachitos pusieron cara de explosión, con la boca abierta) y después de esa explosión, ya estaba todo creado, todo, todito, pero no como está hoy. Todo después en millones de años ha seguido cambiando y seguirá...¿Y saben qué? (los alumnos ya estaban atentos e interesados) que también nosotros tenemos que cambiar, como cambiaron las plantas, los animales y los seres humanos desde hace muchos siglos y tenemos que cambiar, tener más conciencia de cómo podemos ser hoy distintos de cómo éramos de pequeños porque ¡cambia todo cambia!
Para sorpresa de Don Felipe, con Willy tres o cuatro chicos y chicas cantaron juntos la famosa canción de Mercedes Sosa.
Tras el aplauso final, terminó Don Felipe: "Y ahora vamos a cambiar y pasamos a lo que decía Lavoisier... nada se crea ni se destruye; todo...y todos los estudiantes dijeron a coro; ¡todo cambia!
Veremos cómo cambia el próximo capítulo.
CAPITULO 14
LOS CAMBIOS A LOS QUINCE
No es que pasemos al capítulo 15, no estamos en el 14, al día siguiente en que terminó la clase en el instituto, después de cantar esa canción "cambia todo cambia" y que después Don Felipe intentó preguntar la lección sobre la ley de Lavoisier. Se dio cuenta el pobre, que solo tres alumnas y dos muchachos habían estudiado algo. Decía el profesor: "Pero bueno les estuve hablando, hace 4 días que Lavoisier, la vuasier se pronuncia, ¿recuerdan? Ese químico francés que decía que... esperaba respuesta, pero solo unos pocos alumnos dijeron: "la materia ni se crea ni se destruye, solo se transforma, cambia...
Bueno- terminó el maestro- pues el próximo día seguiremos, que hoy tienen esa ley muy verde y ya veremos lo que saben el próximo día.
El próximo día es hoy, el capítulo 14.
Pues es que al día siguiente, les estaba esperando el profesor para ver si habían estudiado y ¡claro! Se dieron cuenta los patojos y patojas, que aquello era importante. Se les había pasado el enfado contra Willy. Se habían convencido de que la biblia también contaba cuentos, leyendas (mitos les dijo don Felipe), para que se entendiera mejor... y entonces les siguió hablando de que ellos los y las jóvenes también estaban cambiando.
"Cambia nuestro pensamiento y nuestro corazón" - dijo Willy.
¿Sí?- le preguntó el profe - y ¿cómo cambia?
Pero quién contestó fue Pili, la que en la escuela organizó a las niñas para ganarles en el fútbol a los niños, que ahora ya eran jovencitos. Y Pili dijo: "Pues porque yo de pequeña me peleaba con los compañeritos y les quería ganar al fútbol y ahora, ahora ... (y se puso un poco colorada) pues... unos... unos compañeros me parecen brutos y otros me caen mejor y ya voy a celebrar mis quince años"... Se oyeron muchas voces." yo", " y yo", " y yo" ... Las jovencitas, que tenían unas 14, otras 15, algunas 16 estaban en esa edad de cumplir años en que se celebra una fiesta en algunos países, en otros no.
Don Felipe aprovechó la ocasión para darles alguna idea: "Claro, ya verán que van a seguir cambiando y no solo porque chicas y chicos, se gustan sino en otras cosas que les van a hacer mucha falta en la vida, ¿saben qué?. Se hizo silencio en la clase.
El profesor les hizo una pregunta más: "¿Qué pasa si ustedes agarran un carro, y sin tener el permiso, ni saber manejarlo, le ponen en marcha y se quieren ir por ahí de paseo?"...
"Claro- comentó Don Felipe, -todo cambia... pero no debe cambiar de prisa. También las mujeres y los hombres deben cambiar poco a poco para no romperse la pierna, o el corazón, ¿saben lo que debemos hacer, según lo que sabemos y la edad que tenemos. También tenemos que manejar no solo los carros, sino nosotros y nosotras, nuestro cuerpo, nuestra cabeza, nuestro corazón... .
CAPITULO 15
LOS CAMBIOS TODOS Y LOS DE CADA UNO
Desde que Willy, empezó a estudiar se fue dando cuenta de que iba teniendo suerte con los profesores y maestras que estaba encontrando. Hay maestros que sólo son enseñantes memoristas. Desde que aparecen en clase su preocupación es conseguir que los alumnos se sepan la lección, y se la sepan de memoria para aprobar los exámenes. Pero Willy se iba dando cuenta que tanto seño Cristi como Don Felipe no eran de ese estilo. Pensaban que aquellos niños, niñas, jovencitos y señoritas que estaban ante ellos eran ciudadanos de un país, en ese caso Guatemala, con algo más de 17 millones de habitantes, y con situaciones de pobreza, injusticia muy fuertes.
Los maestros que le iban picando a Willy y compañeros eran gente crítica, con conciencia de que allí estaban no solo para enseñar y poner notas, sino para hacer pensar y mover el corazón de los alumnos que al ir creciendo fueran encontrando y haciendo un país mejor.
Unos días después tuvieron ocasión de experimentar una situación algo desagradable que removió los sentimientos de la clase.
Llegó una alumna nueva una muchachita con los libros metidos en una bonita bolsa típica y también ella vestida con falda y huipil queqchí, el estilo de la zona de Alta Verapaz. En el instituto si había alumnos hombres y mujeres, indígenas pero casi todos iban vestidos con traje ladino y en la clase de Willy aquel era el primer caso...
No hubo ninguna reacción aparente entre los compañeros, casi ninguna, porque cuando la muchacha se fue a sentar justo cerca de una compañera, una tal Vilma Walcelly esta hizo un gesto como de molestia. Los alumnos cercanos se dieron cuenta.
Sabían que la tal Vilma era hija de un diputado que aparecía con frecuencia en televisión y prensa. que era muy influyente en el gobierno. Mientras la nueva alumna colocaba sus libros y cuadernos, Vilma se levantó y se acercó a Don Felipe hablándole en voz baja. Don Felipe no debió de entender. "¿Cómo dices?"- la preguntó, ella se acercó más y haciendo señales hacia el lugar donde esta en la clase, le dijo aun en voz baja algo que ya comprendió el profe. Pero este dijo mirando a todos los alumnos: "Estamos muy contentos de recibir a la nueva compañera que aun no sé cómo se llama... dinos tu nombre por favor.
Ella dejó de sacar los libros de la bolsa: "Buenos días. Soy Telma María Caal Pacay, y vengo de San Pedro Carchá en la Alta Verapaz. A mi papá le han pedido un trabajo en la capital y... El profesor la cortó empezando un aplauso de bienvenida que todos los alumnos siguieron. Casi todos. Vilma enrojeció y volvió a su sitio mirando para otro lado, con los brazos cruzados.
Willy y otros que estaban en primera fila se dieron cuenta de lo que sucedía. La hija del diputado no estaba contenta con tener cerca aquella "india". Le había intentado decir a Don Felipe que la pusiera en otro sitio. Pero el auténtico educador la contestó con el aplauso de bienvenida.
"La que se va a armar"- dijo en voz bala Willy a sus compañeros cercanos. Sabían que la Vilma tenía creída su categoría de hija de mandamás y no iba a aguantar ese que ella consideraba desprecio.
Pues dejamos a Vilma, volviendo a su sitio y hablando aun en voz baja con algunas compañeras y compañeros que se veía era de "su cuerda". Al mismo tiempo Telma saludaba a compañeros antes que continuase la clase y... ¿que fue "la que se armó?
Eso le dejamos para el capítulo próximo. En este ya se ha ido armando bastante.
CAPITULO 16
LA QUE SE ARMÓ
Pues sí, se armó al día siguiente de la llegada de Telma y la extraña reacción de Vilma.
Y se empezó a complicar cuando hubo clase de historia...Elvira la profesora una de las más jóvenes de los educadores se informó de lo que sucedía en aquella clase. Claro que lo supo porque un tal Willy, (sí, nuestro amigo y otros compañeros le contaron lo que había sucedido en la clase de ciencias.
En historia estaban comenzando con seño Elvira por la historia primitiva de Guatemala. "Como les dije, -comenzó Elvira- el ser humano, el "homo sapiens" prehistórico empezó a existir en África y de ahí se fueron extendiendo sus descendientes hacia Europa, Asia y ...
"¿Y de África vinieron aquí, a América?"- preguntó una alumna.
"La mayor parte de los historiadores- explicó Elvira-, miren ustedes en la página 27 del libro, es que entraron en lo que es hoy América del norte, desde el norte de Asia. Entraron por Alaska.
"Pero ¿cómo?--preguntó un alumno- si Asia está al este y América al oeste".
La profesora se rió. Sí fíjense qué curioso, vinieron por el este y aparecieron en el oeste americano. ¿No se dan cuenta que la tierra es una bola? Iban cazando animales como búfalos... cruzaron el estrecho de Bering, cuando estaba helado... y aparecieron en el norte helado de América. Faltaban entonces unos 40.000 años para que estuvieran por ahí, en Estados Unidos ese tal Búfalo Bill... (la profesora agarró una esfera terrestre y la fue enseñando) Desde hace unos 40 mil años hasta ahora se fueron extendiendo hacia abajo, de norte a sur y formando poco a poco, los que se quedaban en cada tierra, las distintas razas de América, norte, centro y sur. Lo más seguro es que los que llaman indios venimos de Mongolia, de China...¿no ven como muchos aquí tenemos ojos como los chinos... yo por ejemplo... (los alumnos rieron) sí ya se que me llaman la chinita muchos de ustedes. Los alumnos se miraban unos a otros riéndose y señalando a los que tenían ojos achinados.
Pero Vilma levantó la mano. "Yo no Seño, yo tengo los ojos normales".
"¿Qué dices Vilma? Todos los ojos son normales, y son normales todas las pieles, las de la gente morena, rubia, cobriza... todos los seres humanos en cualquier continente son normales cada uno con su piel, sus ojos, su tamaño, su traje, su lengua... ¡todos iguales!. Ninguno más, ninguno menos". La lengua se mordió Vilma. Había metido las patas.
La profesora siguió explicando: Por eso aquí en Guatemala tenemos un defecto muy grave...
Willy y otros compañeros saltaron a la la vez: ¡el racismo!.
Claro, porque llegaron españoles, portugueses, ingleses, alemanes... y vinieron creyéndose muchos los amos del mundo. Quitando sus tierras y sus derechos a los de aquí... Tenemos 22 pueblos mayas, quiqchés, queqchís, qaqchiqueles... y también garífunas morenitos, y xincas, y muchos mestizos o ladinos, mezcla de varias razas. Y criollos que se sienten europeos porque sus abuelos vinieron de Europa... pero ¿cuántos políticos indígenas hay en el congreso...?
Vilma se puso colorada. Un alumno que estaba cerca de la profesora la dijo en voz baja: "Seño que el papá de Vilma es diputado" La seño siguió en voz alta.: "Perdona Vilma, pero no puedo negar la verdad, En este país y en todos, todos los ciudadanos tienen iguales derechos. Los derechos humanos son para todos y los bienes de la tierra son para todos."
La Vilma agachó la cabeza sobre la mesa y se la tapó con las manos para que no la vieran llorar. A Telma la indita se la saltaron también las lágrimas y acarició los hombros de la joven racista que aquel día esta recibiendo una buena lección.
Seño Elvira, un poco emocionada siguió la clase.
Y nosotros seguiremos en el próximo capítulo. Sólo les cuento que al día siguiente varios de los alumnos Mayas o Xincas aparecieron en clase con sus trajes típicos que antes no se atrevían a llevar y algunos con un regalito para Vilma.
CAPITULO 17
TAMBIÉN LA CLASE CAMBIA
En el instituto, mejor en la clase de nuestros amigos, estaban cambiando las cosas, Gracias a patojos como Willy y otros y a profesores como D. Felipe y seño Elvira. Aunque no todos eran así, por ejemplo la profesora de literatura de la que ya tendremos ocasión de hablar.
Siguiendo con los sucesos del anterior capítulo, se vio al día siguiente que se estaba removiendo el ambiente de los alumnos. Unos, como Willy y sus amigos marcaban el ritmo de la clase, otros se iban convenciendo de que estaban allí no sólo para “aprender” las lecciones y sacar buenas notas sino para ir aumentando su reflexión y conciencia: dándose cuenta de lo que sucedía en su país, en América Latina y el mundo entero, intentar que hubiera más justicia y paz. Había otros alumnos que seguían con la cabeza cerrada. Eran muchachos y señoritas que seguían con los pensamientos de siempre aunque, viendo los aires que corrían, se hacían los avanzados, sobre todo en las clases de ciencias e historia. Finalmente existía un grupo de jóvenes, sobre todo hombres, gente por lo general de clase social elevada y mentalidad clasista. Esto se reflejó cuando dos semanas más tarde corrió por la ciudad la convocatoria de una marcha de campesinos que venían de las aldeas a exigir del gobierno una serie de mejoras: escuelas, salarios, hospitales…
La marcha llegaría al parque central un sábado a media mañana. El viernes, cuando terminaba la clase, Telma levantó la mano y lo dijo. Se vieron las distintas reacciones. Un tal Jimmy Carlos, reaccionó rápido: “Eso es una cuestión política y no hay que tratarla aquí en el instituto” .
-“¿Tú comes todos los días Jimmy??”
-“Claro ¿Y eso qué tiene que ver?”
Saltó Telma: “Pues que el que tú puedas comer y mucha gente en Guatemala no, también es una cuestión política.”
No les dije que esa tarde estaban en clase de literatura. La profesora Doña Edith, en ese momento se levantó- “Les dejo aquí que dialoguen. Este es un tema aparte del estudio. Buena tarde”. Agarró su maletín y salió.
Volvió a tomar la palabra Jimmy Carlos: “Esos campesinos que trabajen y así tendrán comida.
“Claro – respondió Telma - porque trabajan, te llegan a la mesa los frijoles y el maíz a ti, pero a ellos no les pagarán para tener bastante alimento, ni medicinas, ni…
Jimmy Carlos:”Eso es la campaña que hacen algunos políticos de izquierdas”
Allí se escuchó una voz inesperada , la de Vilma, la hija del diputado:
- “Pues a mi me gustaría que me llevasen a una aldea donde suceden cosas de esas. Hablar sin haber visto no es justo.”
-“Ah pues si quieren algunos,- propuso Vilma - mañana hablamos con algunos compañeros de los que vienen en la marcha desde Verapaz…y quedamos en visitar alguna aldea de por allá.”
Willy respondió entusiasmado: “¡Estupendo! Telma yo voy mañana contigo y con los que quieran a la llegada de los manifestantes… el personal de la clase se removío. Un grupo se juntó con Vilma, Willy y otros compañeros, para hacer planes. Jimmy Carlos y un grupo mayor de alumnos se encogieron de hombros, agarraron sus mochilas y salieron.
Otros se quedaron sentados. Unos se fueron acercando poco a poco a los de la marcha, y otros, poco a poco también, intentando no llamar la atención, se fueron escabullendo a sus casas. Ya había terminado la clase.
Aquí, en esta historia de Willy y sus compañeros, les iremos contando lo que pasó cuando la llegada de la marcha y los días sucesivos.
CAPITULO 18
LOS ESTUDIANTES SOLIDARIOS
La marcha campesina de aquel sábado fue relativamente normal. Del instituto ciudadano no fueron muchos: Telma, la alumna q´eqchí, les guiaba, Willy nuestro amigo, 3 alumnos más y 5 alumnas, entre ellas…, ¡sorpresa! La hija del diputado. Por el camino fue Vilma contando a sus compañeros lo que la había costado que la dieran permiso en casa. Lo consiguió gracias a su mamá que era nieta de españoles. Sus abuelos habían llegado a Guatemala cuando Franco en su país había ganado la guerra. El abuelo era republicano y temió la represión que hubo.
La mamá de Vilma convenció al esposo de la importancia de que la hija conociera todas las realidades de la sociedad chapina.
En el parque central de Guatemala esperaron un poco los jóvenes hasta que se fueron escuchando gritos , cantos y aparecieron hombres y mujeres. Muchas de ellas vestidas con trajes típicos de sus pueblos: quiché, q´eqchí, achí, pocomam, caqchiquel…
Telma corrió a unirse con la gente de su aldea. Willy y los demás se acercaron tímidamente…
En la puerta de la casa presidencial y del congreso había ya otra “manifestación”, esa de policías antidisturbios. No se movieron cuando se acercaban los campesinos ni hicieron gestos agresivos. Willy le dijo a Vilma.: “seguro que tu papá sabiendo que estás tú, ha hablado con el ministro para pedirle…”.- “Pues no me dijo nada – comentó Vilma -pero no me extrañaría”
Las autoridades no se asomaron a escuchar las protestas. Solo algunos diputados relacionados con los movimientos populares. Hubo discursos de los líderes y “lideresas”…
Telma se acercó con los compañeros, algunos, novatos en esas movidas, algo asustados, mirando de reojo a la policía, sus bastones y escudos…
Entre los discursos y gritos y las mantas agitadas (trabajamos la tierra ¿dónde están sus beneficios?// la milpa es nuestra ¿Quien la acapara?// nuestro niños tienen hambre//…) Pues entre todo ese jaleo, Telma presentó a sus compañeros ante jóvenes de su aldea y juntos decidieron unos días fines de semana que pudieran irles a visitar los estudiantes.
CAPITULO 19
VÁMONOS AL MONTE
Pues al fin el grupo formado por Willy, Telma, Vilma, y unos 9 alumnos más, después de hablar con los amigos verapacenses fijaron la fecha de un sábado para su aventura por las aldeas cercanas (no muy cercanas) a Cobán. Solamente dos habían salido alguna vez a zonas rurales de Guatemala, además de Telma, natural de aquellas tierras.
Ella les dijo que deberían llevar botas de hule, porque si llovía verían lo que habría de lodo. Todos la hicieron caso menos una tal Rosi bastante presumidilla que apareció en la terminal de buses con tacones de aguja, como si fuera a pasear por la sexta avenida. Telma no dijo nada, pero hizo una señal Willy que estaba dispuesto a mandarla a casa con tacones y todos agarraron el bus muy tempranito y salieron entusiasmados como si fueran a la selva del Amazonas.
Hasta Cobán todo fue normal salvo que las orillas de la carretera iban aumentando en arboles y barrancos…
Pero en Cobán pasaron a la terminal de buses que ya no era como la de “Monja Blanca” a la capital. -allí les esperaban unos microbuses un tanto destartalados donde en el espacio de 10 personas cupieron 17.
No cabían pero “cabieron”, perdón, cupieron junto con 3 sacos de maíz y dos gallinas. Hay que decir en honor de Telma que entonces sacó de su bolsa un par de botas de hule para la de zapatos de aguja. Esa Rosi, que se iba poniendo pálida mientras iban por la carretera encharcada a la terminal, al ver las botas, dio un abrazo a Telma y se cambió de calzado rápidamente. Allí empezó la movida. Arrancó la camioneta y después de un rato de carretera con baches fueron siguiendo los baches sin carretera y unos caminos de terracería que no se imaginaba los estudiantes de la zona 2 de la capital. El busito empezó a trepar por cuestas hasta que llegó a una aldeita de unas 6 casas ‘¡Aquí termina el trayecto!- gritó el piloto. Telma bajó la primera y les demás fueron saliendo mirando dónde ponían los pies. Salvo el pequeño espacio de la aldea todo alrededor eran árboles, había unas pequeñas milpas y en una cuesta arriba unas plantaciones desconocidas para los jóvenes, “Eso es cardamomo” dijo Telma,- y señalo a la plantación - Por ahí está el canino que vamos a a seguir para ir a mi aldea. Sujeten bien sus mochilas y síganme”. Con gesto decidido, del que conoce la ruta toda la vida, se metió en aquel camino casi invisible. Yo voy detrás dijo Willy- para empujar a los retrasados. -se formó una fila de pies que tropezaban por aquel sendero . Telma paró un momento. Tengan cuidado a la derecha hay un barranco, agárrense a las ramas de la izquierda. Y así subiendo, tropezando, mirando a lo lejos a ver si aparecía el pueblo de su compañera… Uno de los muchachos la gritó; “¿falta mucho Telma?.” Ella contestó sin parar de caminar: “Cuando subo con mi familia, 20 minutos… con ustedes supongo que tres cuartos de hora”. Uno de los que iba detrás se quejó en voz baja : “nos podían haber avisado”- “El que algo quiere algo le cuesta “-le contestó Willy que le escuchó…
A la media hora , allá arriba se divisó una columna de humo y gritos de niños… Astutamente, Telma había exagerado el tiempo de camino para sorprenderles cuando llegasen. Varios patojillo saltando por las piedras y las ramas se acercaron a ellos y les quisieron llevar sus mochilas… Déjenselas- les dijo Telma- ellos están acostumbrados… y empezó a decirles a los patojos algo que no entendían los estudiantes. Algunos delos pequeños aun no hablaban castilla (español) sólo q´eqchí.
El grupo se fue acercando al lugar donde la mayor parte de los vecinos esperaban la llegada de aquellos compañeros de Telma. Empezaron los saludos y las explicaciones que la compañera les daba. Pero , sintiéndolo mucho, se me termina el tiempo de este capítulo. Quien quiera saber más que tenga paciencia y espere al capítulo 20.
El cuento de WILLY
Historia de un niño algo especial que de mayor lo siguió siendo… a su manera
Martín Valmaseda
CAPITULO 20
CONTRASTES
Verán que ese fue un día de muchos contrastes, reflejo de lo que es Guatemala. No me refiero sólo al contraste entre campesinos indígenas y alumnos ladinos unos mestizos, otros indígenas de distintas etnias , con idiomas que no todos entendían, costumbres diferentes y también distintas religiones. Muchos católicos, otros de la iglesia del Nazareno, algunos testigos de Jehová, y alguna otra confesión evangélica.
Precisamente aquel día llegaba el P. Eulogio a la capilla de esa aldea: un barraconcito de madera con suelo de tierra y asientos de tablas sobre bloques de cemento. Todas las aldeas de esa zona pertenecían a la parroquia del Calvario. Un templo grande que tenía a su cargo 125 aldeitas por los montes de Alta Verapaz. Podían pasar los sacerdotes a celebrar sacramentos 3 ó 4 veces al año. Entonces se celebraban en esa aldea, además de misas, primeras comuniones, bautizos, confesiones… y se comentaba el evangelio de ese domingo. Los catequistas durante el año celebraban “la palabra” como decían: Eran especie de misas sin consagrar la eucaristía, donde se daba la comunión guardada en el sagrario que se había dejado lleno de hostias consagradas la última vez que pasó el “padre” del Calvario. Esta vez, poco después que llegasen los muchachos del instituto apareció el padre Eulogio, uno que había llegado a Guatemala hacía pocos días, acompañado de dos catequistas que fueron sus guías para llegar allí. Fueron sus guías y también sus traductores. Muchos de los feligreses no sabían o hablaban poco el “castilla” y necesitaban intérprete en la misa .
A todo esto hay que decir que también los estudiantes se repartieron. Los que eran de iglesias “evangélicas” subieron, media hora de camino, a una aldea cercana donde había una iglesia del Nazareno .
La misa, acompañada por la música de marimba duró dos horas y media, sin que nadie hiciera gesto de impaciencia… bueno alguien sí, los estudiantes que estaban acostumbrados a misas de hora y cuarto… (si hubieran sido de ciudades europeas, a la media hora ya estarían mirando al reloj y de reojo a la puerta) .
Al terminar la celebración el P. Eulogio se quedó hablando un rato con la gente y desayunado un tazón de caldo de arroz con pollo, hasta que los catequistas, jalaron de él : Padre perdone, dentro de una hora tenemos la misa en la aldea de San Pedro… que está ¡a tres cuartos de hora y cuesta arriba!… el P. Eulogio dejó la pata de pollo sin terminar agarro el bastón (la mochila, la llevaba ya una catequista que le acompañaba) y salieron a buen paso por el camino empinado. Ese día todavía le quedaban dos aldeas más donde celebrar sacramentos.
Pero antes de salir pasó algo inesperado. Willy se acercó al P. Eulogio. “Perdone Padre ¿me deja que le acompañe?”. El sacerdote se asombró “Ya vas a aguantar?”. - “Sí Yo he caminado bastante con mis papás. Les gustaba bastante las excursiones…” - miró a Telma – “ Tú ya les acompañas a los compañeros?” – “sí no te preocupes…”
El sacerdote, Willy, la catequista y tres acompañantes más se perdieron por el camino del bosque. Nosotros nos quedamos sorprendidos por el atrevimiento de Willy y nos sentamos, esperando al capítulo 21.
El cuento de WILLY
Historia de un niño algo especial que de mayor lo siguió siendo… a su manera
Martín Valmaseda
Dibujos: Karla y Andrea Aguilar
CAPÍTULO 21
SE APUNTA A TODO
A todos les sorprendió bastante la decisión de Willy de seguir acompañando, cuesta arriba y por un camino de bosque cerrado al P. Eulogio. Los compañeros de aquella excursión se sentían cansados y se quedaron desayunando el caldo con pata de pollo, comida selecta allí.
Aquella subida era ya pleno bosque y se echaron hacia arriba el P. Eulogio, Francisco y Carmen, (dos catequistas de la aldea a donde iban)-.. y el atrevido Willy, al principio este iba un poco a remolque de los demás, pero se vio pronto que no le faltaban fuerzas y entusiasmo. Con la ayuda de un palo como bastón se abría camino entre los árboles, las rocas, y las las plantas de malanga con hojas grandes (orejas de elefante las llamaban) que cerraban el camino.
Hora y media tardaron en llegar a la aldea de San Vicente. Como en la anterior les esperaban los vecinos formando una pequeña procesión, agitando incensarios de barro y levantando candelas la cruz de metal. Así entraron todos en el pequeño templo, como el anterior, de madera sobre bloques de cemento, con algunas imágenes y, dominando el interior por su tamaño, la marimba, el violón, la batería, orquesta que acompañaba los cantos en idioma q´eqchí cantados con voces agudas por un coro de cinco jovencitas.
-“¿Y estos instrumentos están aquí todo el año?”.- Preguntó Willy a Francisco.
Él sonrió - “No te lo creerás pero la traen las tres veces al año que hay aquí misa. La traen desde San Pedro Carchá.
Se imaginó Willy lo que sería subir trepando entre cuestas con milpas, cardamomo, bosques, esos voluminosos instrumentos. Los que tienen ese entusiasmo por alabar a Dios y animar a los cristianos, tienen fuerza para eso y más.
No les he dicho que Willy y su familia no eran muy religiosos aunque eran gente muy honrada y servicial.
Willy lo comentó con el P. Eulogio. Este le dijo. “Es que no es lo mismo ser religioso que vivir la fe en Jesús”
- “No entiendo. Yo no he leído la Biblia y no sé mucho cómo era ese tal Jesús.
El cura la mano en su mochila y sacó un librito que dio al patojo: Toma lo mismo te interesa leerlo. La buena noticia de Jesús. Mientras hablan el padre se iba vistiendo las ropas para la misa, la gente se acomodaba y los músicos iban ensayando los cantos….
Willy escuchaba la canción: “vos sos el Dios de los pobres, el Dios humano y sencillo, el Dios que suda en la calle, el Dios de rostro curtido…”
“Esa es una canción de Nicaragua - le dijo Carmen - que ojalá se cantase más en vez de esas cachurecas que se cantan en nuestras parroquias”
Willy se quedó en un rincón detrás de la marimba, durante la misa , que le pareció distinta a la que iba , no todos los domingos, con sus papás.
La misa duró bastante porque hubo dos bodas, primeras comuniones… Se ve que aquella visita del P. Eulogio. Después de dos meses sin aparecer un sacerdote por allí, era un acontecimiento más que las misas de todos los domingos y entre semana en la capital .
La impresión que le produjo esa visita y esa celebración a Willy fue grande. Se la contaremos en el próximo capítulo. Porque aquello estaba haciendo pensar bastante a nuestro amigo.
El cuento de WILLY
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Martín Valmaseda
Dibujos: Karla y Andrea Aguilar
CAPÍTULO 22
QUIERE MÁS
Recuerdan que en el primer capítulo, cuando Willy tenía 6 años, ya era un pequeño aventurero y echaba mano al fusil de un soldado con susto de su mamá.
Luego fue cambiando, por influencia de doña Cristi, la maestra, se ponía siempre en defensa de los más débiles y de parte de las niñas que en aquella escuela con 6 años ya empezaban a ser feministas, a jugar a la pelota contra los niños (y a ganarles)…
Y ya recuerdan cuando, al llegar a los 15 años en el instituto asustaba a los compañeros porque tenía ideas más avanzadas que muchos. Encontró la comprensión de profesores que no solo enseñaban lecciones de memoria sino también a pensar y a conocer el mundo en que vivían. Willy tenía gran capacidad de asombro ante lo que encontraba en torno suyo…
Precisamente estábamos hablando de su encuentro en esa aldea por los montes de Guatemala, y de la vida y religión en aquellas casas de madera con suelo de tierra y vida humilde.
Después de terminar la misa, con cantos en marimba (con vos sos el Dios de los pobres…) mientras tomaban otro tazón de caldo con pata de pollo, Willy empezó a soltar al P. Eulogio un montón de preguntas que le bailaban en la cabeza.
- “Padre, me gustó esa canción que cantaron al principio, pero me extrañó. ¿Porqué dicen que dios es de los pobres?; si yo veo en la capital que muchas iglesias tienen más gente con dinero y son quienes dan limosna para el templo y los padres,…?
- -“Tienes razón-respondió el sacerdote-pero es que nosotros pensamos no en ese Dios de catedrales, sino en el Dios de Jesús que era un campesino de un pueblo pequeño, Nazaret, y su mamá una mujer que seguramente no sabía ni leer como la mayor parte de las mujeres de su tiempo, aunque ahora visten a la imagen de la Virgen con ropa lujosa y coronas de oro”.
- “¿Y siempre ha sido así?
- -“No, los primeros cristianos eran gente humilde la mayor parte. También había gente más rica que daban su dinero a los necesitados. Lo ponían todo en común …Eso lo cuenta un libro de la biblia que se llama los hechos de los apóstoles.
- “Pero es que en el instituto donde yo voy no tenemos clase de religión…Además hay gente que son de otras religiones, hasta hay dos chinos…”
Entonces habló Carmen, la catequista:” Pero para eso está la parroquia, hemos aprendido la biblia, sobre todo el evangelio, y cómo explicarlo bien…y una pregunta padre.
¿
Usted es de una congregación que se llama me han dicho?...
Completó el padre Eulogio la pregunta:” nuestra congregación se llama <hermanos de Santa María pobre, H.S.M.P.>…pero no te creas, que seamos tan pobres también a veces fallamos y nos subimos a las ramas”.
Se rió Willy. “¿Cómo Tarzán de los monos?”
Ahí terminó la conversación con risas y comentarios mitad serios, mitad en broma, pero recogieron sus mochilas porque vieron que aun les quedaba otra aldea más arriba y había que trepar como Tarzán. Ya estaba sembrada la inquietud en el corazón y la cabeza de Willy. En el próximo capítulo se lo contamos.
El cuento de WILLY
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Martín Valmaseda
Dibujos: Karla y Andrea Aguilar
CAPÍTULO 23
MIRA AL FUTURO
Mientras subían a la aldea de más arriba, siempre más arriba, Willy se puso a caminar junto al P. Eulogio; los demás acompañantes iban más rápido. El muchacho siguió dando vueltas al tema que le traía inquieto.
- “Padre Eulogio, es que estoy preocupado con esas cosas de la religión. Mis papás no van mucho a misas y ceremonias de iglesia, pero yo veo que ayudan a la gente más que otros muy metidos en el templo”
- “No me extraña – respondió el sacerdote - estamos en momentos de crisis, en que ni son todos los que están ni están todos los que son.”
- “No entiendo lo que me quiere decir”
- - “que muchas veces hay religión de ceremonias pero no hay espíritu. Se hacen las cosas por cumplir y ya sabes: cumplimiento… cumplo y miento”
- - “Y ¿ustedes también los padres?…”
- “Nosotros queremos formar comunidades... poner las cosas en común,” preocuparnos de la gente que lo pasa peor”
- “Pues a mí me gustaría estar en una comunidad como esas, pero ¿sabe? Es que también me gusta esa Telmita, la compañera queq´chi` que nos ha traído aquí. Y ustedes solo tienen comunidades de hombres solteros.
- Ah, pero también hay comunidades de laicos, de matrimonios que se comprometen siguiendo a Jesús pero con familia, con hijos…con distintas profesiones… Lo importante como te dije , es seguir la vida de Jesús que es quien a nosotros nos inspira.”
- “Le prometo que voy a leer entero ese libro que me ha prestado.”
- “Si lo vas a leer de verdad te lo regalo”
Siguieron subiendo y platicando hasta la siguiente aldea… Allí se fue haciendo de noche cuando tuvieron las siguientes celebraciones… Pero Willy estaba tan interesado por la conversación que se quedó fuera del pequeño templo de madera, bajo un árbol , leyendo el librito de los evangelios regalo del P. Eulogio.
Cuando, después de cenar la última pata de pollo del día, se fueron a dormir sobre cobijas en el suelo, todavía Willy siguió leyendo cosas de ese tal Jesús que le empezaba a convencer y entusiasmar.
A la mañana, antes de salir el sol, la pequeña expedición empezó a descender después de desayunar: después de desayunar… Pues no señores, no fue la patita de pollo sino un pescado de la laguna cercana…
Bajaron recogiendo en el pueblo de abajo, a los estudiantes, antes de llegar a la llamada “carretera” de terracería y baches y esperar hora y media a que pasase una camioneta bien cargada de cardamomo. Se sentaron sobre los sacos, apoyados en las barandas de madera.
Esta vez Willy se quedó en una esquina, platicando con Telma una conversación, por lo que se veía animada. Al bajar en Cobán, para ir al bus de la “Monja Blanca” a la capital, si ustedes hubieran estado atentos habrían escuchado a Willy decir con voz resignada: “bueno, pues amigos fuertes”
Qué querrá eso decir? Tendremos que esperar a otro capítulo, la cosa se está poniendo compleja.
El cuento de WILLY
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Dibujos: Karla y Andrea Aguilar
CAPÍTULO 24
EL FUTURO EN EQUIPO
Aquel niño de 6 años, había pasado ya a los 15, había cambiado de la escuela al instituto, había empezado a conocer Guatemala real, que no era sólo la capital ni las ciudades, sino los bosques, los campos, las aldeas con su gente “nativa”, “indígena”, aproximadamente la mitad de los habitantes de aquel país. El espíritu inquieto de Willy le ayudaba a descubrir esa Guatemala y los problemas que hervían por dentro del país: la pobreza y el hambre de mucha gente, la falta de escuelas de niños y jóvenes que no tenían los centros y profesores que él había encontrado. El choque con aquella Vilma, hija de político, junto al encuentro con Telma, la campesina estudiante la hicieron ver como los dos extremos del país.
Terminamos el capítulo pasado con la conversación de Willy y Telma que terminó cuando dijo Willy:”Bueno pues amigos fuertes”.
Seguramente se lo habrán imaginado ustedes. Es que Willy le estaba proponiendo a Telma que si quería ser su novia y Telma le dio, un poco colorada: “hombre Willy yo te conozco poco, me caes bien pero yo conozco entre mis amigas varias a quienes han engañado… Aún tenemos tiempo para irlo pensando. Además yo colaboro en grupos, donde nos juntamos para analizar nuestra vida y lo que sucede en el país…
- ¡Anda!- saltó Willy - eso andaba yo buscando. Me ha convencido lo que hablé hoy con el P. Eulogio, y lo que he visto en las aldeas que hemos recorrido. Podría yo entrar en esos grupos?
Pero no porque estoy yo… estos grupos se llaman comunidades de base
Willy, sentía como que caía de las nubes a una vida distinta de la que le habían enseñado cuando hizo la primera comunión. Tenía mal recuerdo de unas catequistas que les hablaban del pecado y del demonio más que de Jesús amigo…
Ya llegaron a Cobán. Telma le dijo. Bueno Willy dime tu teléfono. Si quieres seremos amigos fuertes pero nada más… y nos encontraremos en nuestra comunidad de base. Cada dos semanas… nos juntamos en nuestras casas.
- Bueno, pues amigos fuertes dijo Willy. Y así termina este capítulo, igual que el anterior, pero ya saben lo que va pasando en ese grupo de patojos, los que además de ir a clase del instituto mostraron mayor inquietud subiendo a los montes de esas tierra olvidadas pero inolvidables de Guatemala
El cuento de WILLY
Historia de un niño algo especial que de mayor lo siguió siendo… a su manera
Martín Valmaseda
Dibujos: Karla y Andrea Aguilar
CAPÍTULO 25
DESCUBRIMIENTOS DE WILLY
Ya ven cómo nuestro amigo Willy iba cambiando muchos aspectos de su vida. Podemos decir que era un caminante hacia el horizonte. Es que, aunque no se lo imaginen, hay personas, también jóvenes, que caminan hacia atrás. Hacia las costumbres y la vida que aprendieron de pequeños, sin pensar que tenemos en la vida gente que nos ayuda a tomar conciencia del futuro.
Personas que viven hoy o personajes de la historia pasada que son luces para el futuro, como Jesús, su palabra, su vida… (hay otros: Ghandy, Buda, San Juan de la Cruz… Lo malo es cuando la historia que se estudia en la escuela, son sólo guerreros, políticos, manipuladores del pueblo (¿y el pueblo no cuenta? Willy se iba dando cuenta de que entre gente humilde campesinos, obreros, o más cultos como los maestros que tuvo la suerte de encontrar, tenía personas con el horizonte claro y que no andaban aislados en la vida.
Telma, aquella campesina queqchí y el P. Eulogio, le abrieron Las puertas a la comunidad. Precisamente el primer día que hubo esa reunión de lo que llamaban CEB (comunidad de base). Como no sabía Willy donde era la reunión quedó en una esquina ir junto con Telma. En el camino Willy preguntón quería saber más sobre las comunidades esas, y si tenía eso que ver con la comunión que el hizo de pequeño. Telma le dijo: “Yo no creo en lo que llaman primera comunión aunque yo también la hice” Willy puso cara de interrogante(¿?)
-Yo creo en la comunión- siguió la muchacha- estar unidos las personas, formando comunidades que se unan también con otras comunidades y que todo el mundo sea una comunidad de comunidades…
Aquí saltó Willy: “Pero yo conozco grupos que están muy unidos entre ellos… pero que chocan con los demás…”
- “Eso no son comunidades, son sectas, grupos que van a lo suyo contra los que no son ellos…”
- ¿Cómo los partidos políticos?
- Como esos cuando lo que buscan es el tener el poder a costa de lo que sea: sobornos, mentiras..
Lo dice la palabra: están partidos, pero no comparten ni reparten, todo para ellos.”
- “Pero esa comunidad que dices es un sueño”
- “Claro, hay que empezar soñando y luego ver cómo se puede hacer realidad”
- Willy escuchaba y no sabía que decir… Ese sueño le parecía que tenía un despertar muy lejano.
- “Claro que es lejano – seguía Telma - y algunos cuando quieren correr mucho y hacerlo violentamente, pues lo parten. Hacen partidos … y los que quieren todo para ellos hacen otro partidos y se arma el enfrentamiento”
- “O sea que sí hay que hacer partidos?”
- “Sí pero partidos que no partan la sociedad… que no peleen sino que eduquen de buenas maneras a las personas”
- “Muchacha con todo esto me da vueltas la cabeza.”
- “Pues ya estamos llegando a casa de Mercedes que es donde tenemos hoy la reunión.”
- Con el diálogo no se había dado cuenta Willy que donde llegaban era una barranca de las afueras de Guatemala, llena de casitas pequeñas, algunas puras champas. Iban a descender por un camino enlodado. Willy se detuvo. “ ¿Por aquí?”
- Pues nosotros nos detenemos también y esperamos al próximo capítulo para escucharla respuesta de Telma y lo que encontraron por “aquí”.