Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

El Cuento de Willy

 

WILLY

Historia de un niño algo especial que de mayor lo siguió siendo… a su manera

Martín Valmaseda

Dibujos: Karla y Andrea Aguilar




CAPÍTULO 1

TIEMPOS DIFÍCILES

Guatemala,  finales  del  siglo  XX .   En el barrio  donde estamos,  ni  muy  rico  ni muy pobre, poca gente por la calle, caminando deprisa.  Los que van juntos sin hablar o  platicando en  voz baja  y  mirando a  todas  partes.

Es que de todas partes, por las esquinas, salen Jeeps militares cargados de metralletas.

Doña Paula, madre de familia,  con la bolsa de la compra y de la  mano  un  pequeñín, va a cruzar la calle y se  detiene para dejar pasar a  uno de  los vehículos,  pero el  chiquitín  de unos  5 años se suelta  de  la mano y  sale corriendo a la calzada.  El piloto frena brusco y el chirrido se funde con el grito de Doña Paula, ¡Willy!.  Un soldado salta del carro y agarra al pequeño. El pequeño emocionado echa mano al fusil del militar.  Este  sorprendido no sabe qué hacer. La mamá nerviosa sale a resolver la situación, pero  también el niño defiende sus “derechos”:  “¡mamá déjame jugar!”.  “Cuando seas  grande y te hagas soldado” -le dice el militar-  “¡Ni  grande ni, pequeño!”  corta furiosa Paula, arrastrando al  juguetón  hacia  la acera.

Estamos en tiempos de  golpe de estado, otro de los muchos que paralizan el país, que no encuentra la paz firme y duradera,  como mienten uniformados y  políticos.

Doña  Paula  sigue con  prisa a casa arrastrando a Willy  que camina mirando  hacia  el fusil perdido… 

Al  llegar a casa Paula, mientras  saca las cosas  de  la compra  le cuenta al  marido  la  hazaña  bélica de Willy. 

Ramón se  queda  mirando al  niño…. “Lo que nos faltaba. Desde  que  quitaron de en  medio a Arbenz  y no ha habido presidente normal, todo ha sido violencia en el  país.  El  hijo de la vecina  se ha ido con la  guerrilla de la  ORPA.

La mamá  se  asomó  a la  ventana  del patio y  comentó:

“A  este bicho, déjale crecer  - Al bicho se le escuchaba patear la pelota en el  pequeño  patio de la casita- ya  veremos lo que será de él.   El mes que viene empieza la  escuela…

Paula  y  Ramón vivían en un  barrio al norte  de la  capital.  Ramón  tenía  una pequeña  papelería y Paula  maestra sin trabajo, cuando en la  capital y  sobre todo en  los pueblos  había  tanta  falta  de maestros. Bromeando tristemente hablaban de poner un anuncio en las calles:<MAESTRA SIN  ALUMNOS  BUSCA ALUMNOS  SIN  MAESTRA > Sabían  que  no tendría  éxito  porque también faltaba dinero  en el gobierno e  interés en  bastantes familias. La  falta  de medios  de  vida  les obsesionaba,  no miraban  al futuro  ni se enfrentaban  al  presente.  


CAPÍTULO 2

EL  PRIMER  DÍA  DE  ESCUELA



Es bonito irse un  día de  comienzo  de  curso a  la puerta  de la escuela  infantil.  A unos pequeños y  pequeñas  los  llevan  papás y  sobre  todo  mamás,  jalando  de  ellos,  casi  arrastras. En otros  casos parece  que  es el  pequeñín  quien  arrastra  a  mamá.  Todo fue  cuestión  de publicidad: Los  mayores que supieron contar a sus  hijos  lo  bien que se pasaba  en la escuela, las  cosas que se  aprendía  y lo que  se  jugaba  en el  recreo, consiguieron  más éxito que quienes amenazaban a sus  hijos si  hacían travesuras: “cuando  vayas  a  la  escuela  ya te  meterán  en cintura”.  Esos  iban arrastras. Por cierto  que  Willy iba casi corriendo,  a cinco metros  de sus  papás: “¡niño  no  corras, que  no  se acaba  la escuela!”.


Cuando llegó a la puerta del centro escolar, el  estudiante pasó  como un rayo junto a la maestra.  Fueron los papás quienes hicieron la presentación: “Buenos  días maestra…”

-“Cristina Ruiz”   para servirles.

- “Pues,  doña Cristina, ese  bólido  que  ha  pasado  junto  a  usted  es  nuestro hijo  Willy.  Cuide de que no  le derrumbe  la  escuela”.  La maestra  se  rió:

- soy judoka y me defenderé  como  pueda.”

Pronto la calle quedó  vacía y dentro se  escuchaban  los  gritos de  las fierecillas.

Cristina entró a última, sin hacer judo, sino cantando una canción  infantil. Casi todos los  pequeños  la sabían y se  formó  el  coro  bastante  desafinado pero  alegre.

Cuando terminaron, la maestra,  mujer algo mayor, pero de  espíritu  joven, les  preguntó  los  nombres y los  fue escribiendo  en el  pizarrón. No sabemos si aposta o sin querer,  escribió  Guilly, en  vez de  Willy.  En seguida se  escuchó una voz: “maestra, maestra, no se escribe  así.”

Ella puso cara  de sorpresa.  “Ah  ¿no?  ¿entonces  cómo?”

Quien  había  hablado  no  era  el  Willy  de  nuestro  cuento  sino  otro  niño  con gafas gruesas  .

Pues… no  sé,  pero yo  también  me  llamo así y  la primera  letra  es como dos pinchitos  para  abajo (y  levantaba  dos  dedos    cada mano  como VV)

_ Sí, sí - dijo nuestro Willy- a mi nombre le  pasa  lo  mismo, y  dice  mi  mamá  que  sabe  mucho  que  eso  se llama   doble V.

La seño  Cristina  se puso  muy  contenta” estupendo chicos ustedes  me van  a  dar clase a mí.  Seguro  que saben  más  letras.  Díganme las que se saben  ya”

Un pecoso  levantó  la mano: “seño   a, e,i,o,u sabe el borriquito más  que  tú”

Y seño Cristina:  muy bien,  ¿las  sabes  escribir?

El alumno puso morrito:  noooo, eso  no sé

Los demás  corearon:”¡no  sabe, no  sabe!

La profe dio unas palmadas: ”bueno  pero si  cada uno sabe  un poco, todos aprenderemos  todas  las letras y  yo  las iré  escribiendo,  y  luego  ustedes.

Así siguió aquella  mañana  primera  de clase  como  un  juego movido por  la  simpática  seño Cristina.

Al  final  del día  los  estudiantes de  letras  salían  en  pequeños   grupitos.   Los  dos  Willys juntos  orgullosos con su W , otros  cantando;  a,e,i,o,u  sabe el borriquito  más  que  tú.

Y  al  salir  a la calle  se  echaron  en brazos de  sus  mamás  y papás  diciendo :¡Ya  sabemos  las  letras!

-Uuuh…   ¿todas? ¿también  la  doble W?.  Preguntaban ellos.

- Esa  la  que  más -contestaban los jóvenes  “universitarios”.


CAPITULO 3. 

- EL   SEGUNDO   DÍA   DE  ESCUELA



No vamos a contar todos los días de escuela de nuestro amigo Willy,  pero sí el segundo que fue muy  distinto del primero.

Dijimos que en el primer  día,  unos niños  iban  animosos  jalando de  sus  papás y  otros con miedo tenían que ser casi  arrastrados… Bueno  pues el  segundo  día, después de  la  novedad del comienzo,  todos iban más normales. Unos con cara de “no hay más  remedio” y  otros  con  gesto alegre.  A unos se les  había  pasado el  miedo, otros aun  no lo veían claro, aunque la  maestra Cristina  era  simpática  y les había  caído  bien.  Willy se había hecho amigo del que se llamaba como él,  pero para distinguirse los dos  se decían  uno uilly,  sin  la W  y el  otro con g: Guilly.  También se  hicieron  amigos  de un compañero pequeñito y con lentes que se llamaba Chepito y que casi no sabía  jugar.

Seño Cristina llamó a los dos “uillys” y  les  dijo:  “fíjense ustedes dos en ese pequeñín que no juega y está allí en un rincón”. 


(Fíjense que antes de empezar la clase, había un rato de deporte en el patio de la  escuela.  Allí Chepito estaba viendo a los demás aunque sin jugar.)

Los dos amigos se acercaron a él:”Hola, compa, ¿por qué tú no juegas? 

El chepito les dijo:” es que estuve enfermo dos años y no he jugado casi…y además ese  grandote  no me dejó, me dijo que ese juego es para los fuertes”

Uilly  le dijo: “Pero ese grandote no manda. Ven con  nosotros.

Los dos, con  Chepito en medio,  se pusieron con  el otro  equipo. Hablaron con “el  que  mandaba allí ( todavía no  sabían  qué era eso de líder”) y dijo que bueno,  que jugase  de portero.. Chepito  se  quitó los lentes y se los dio a la profe  que  parecía  distraída,  pero  seguía de reojo lo que sucedía en el terreno de juego entre los pequeños.   Estos pateaban la  pelota  de plástico,  sin  mucha técnica  amontonándose y apretujándose… De pronto entre  el  barullo  uno se escabulló  con  la  bola en  los pies  hacia la  portería y disparó.  Sucedió  lo  inesperado.  Chepito  salto  como una  rana y  despejó  la pelota.  Todo  el equipo aplaudió a la revelación. Willy le  puso la  mano  en el  hombro: “¿qué  bárbaro y  ¿decías  que  no  sabías jugar?.  Chepito parecía que de  la  satisfacción  había  crecido y  engordado. Le  explicó al  compañero: “es  que cuando  me  estaba curando, mi papá me  tiraba  caramelos para  que  saltase a  agarrarlos y por eso…”



Pero  en  ese  momento se  acercó  el  que mandaba en el  otro   equipo.  Venía enfadado.  “¡Te dije  que tú no podías jugar!”. Willy se puso  en medio:  ”pues ya ves qué sí  puede”.

Y se complicó la  cosa, porque  las  niñas  de  aquella clase, que  estaban  mirando el partido   salieron  gritando a  favor  de  Chepito: “¡viva  viva,  muy  bien la  parada!”. Al protestón  le  aumento  la rabia: : ¡Ustedes  cállense, que son  niñas y no  entienden de deporte!”. Y aquí  pasó otra  sorpresa.  Una  niña  que  se  llamaba Pili y se  veía  que también era la  mandamás   del grupo,  se  puso  delante  con  los  puños cerrados:”¿Qué  no sabemos  de  fútbol?. Pues  nosotras  vamos a  jugar también”.  El  mandón cada  vez  más furioso: “Si ustedes  juegan yo  me  voy” – “Anda  vete - gritaron las  niñas,- puedes jugar a  las  cocinitas!”

En ese momento Seño Cristina que se había acercado sin ruido, tocó las palmas”. Niños, se terminó el recreo;  vamos  a  clase  y  me cuentan  lo  que  pasa  aquí.



Así  terminó  la  discusión  en el  patio.  Pero  siguió después. 

Si  quieren  saber cómo  acabó esa  historia  con  las  pequeñas  feministas,  esperen al  próximo capítulo  que se  lo  contaremos.


CAPITULO 4

 ¿QUIEN  PUEDE MÁS?

Seguimos la aventura de aquellos novatillos estudiantes. Después de que seño Cristina, dio las palmadas y los metió en la clase, todos discutiendo… Bueno,  todos no.  Todas  las  niñas unidas a  las órdenes de Pili,  entraban decididas a su primera conquista  feminista:  ellas querían  jugar  al  futbol, con  o  contra  los niños,  pero no  aparte…, o   sí  aparte,  pero  como  sólo  había  un terreno de  juego…Ya  verán   lo  que pasó.



Entraron y se sentaron los y las  pequeñas. Se quedaron calladas  y callados  porque la  profe  había  puesto  una  cara muy  seria. Y empezó a hablar Cristina:

-“Me  ha parecido  oír  que no le  dejaban  jugar a uno de  ustedes”.


El mandón se dio por aludido.:” Claro seño porque yo le dije que  no  podía  jugar  y…”

Le  cortó la  maestra: “¿que  tú  le dijiste?… y  ¿quién  eres tú  para decir  quién  puede o no  puede  jugar?  En  ese  momento  se dió  cuenta el  niño  mandón de  que  lo  habían pillado.  Encogió la  cabeza  entre  los  hombros -dijo  en  voz  baja:” Es  que  yo  quería ganar”.

Cristina aprovechó el momento: “Claro Rober  (el niño se llamaba Roberto) eso  es  lo que pasa en el  mundo, que  todos quieren  ganar  por  encima   de  los demás.? ¿ No  se  han  dado  ustedes cuenta  que en estos  días   hay  por las calles de Guatemala muchos militares con fusiles, carros,  metralletas,…?

El ingenuo  de  Willy saltó alegre:  ¡sí  seño Cristina,  yo el otro día  quise  agarrar  un fusil,  pero  mamá  no  me  dejó!

Y  la maestra:  ¿para  qué son  los  fusiles?

Willy:  para  disparar,  pam, pam, pam!

Ella.-y para matar  ¿a quién se  mata?

Dijo Rober: a “los malos.”

Allí  habló  una niña: “y a  los  buenos…A  mi  primo  que era muy bueno  y trabajaba ayudando  a  la gente  un  día…(la  pequeña  no  pudo  seguir, se le saltaron las  lágrimas)…

La  maestra cortó la  conversación:” No  hay  que  matar  a  nadie  ni a  buenos ni  a  malos. En este  mundo  tienen  que  desaparecer  los fusiles,  las  bombas,  los  cañones … y  tiene  que  llegar  la… (se quedó callada Cristina)  y  los niños primero uno  y luego  poco a poco todos  dijeron: “ la  paz…  la  paz…  la  paz  la  paz…”

Siguió   ella. “ Y no hay  paz  porque  muchos  quieren  mandar  y  quitar  a  los  otros  que  mandan…y a  los   menos  fuertes  les  dejan  fuera.

Se escuchó  una  voz  entre las   niñas: ¡como  a  Chepito!

Todos los  pequeños rieron, hasta Chepito  que   dijo :”¡pero  yo  sé saltar  y  agarrar la pelota y los  caramelos!

-¿eso  quería yo decirles niños   que cada uno de  nosotros y  nosotras  valemos  para una  cosa  y podemos  aprender  otras.  Por  ejemplo,  Chepito  salta,   las  niñas   pueden  jugar  muy bien al fútbol y  los  niños  pueden  jugar  a las  cocinas  y  hacer la comida en  casa.

“Sí seño  dijo  otro pequeño.  Mi  papá hace la  comida muy sabrosa.

“Bueno – terminó  la  maestra -pues  de todo lo  que ha pasado hoy  hemos  aprendido  una  lección  importante;  que todos  somos  iguales aunque  cada  uno  pueda  hacer  cosas  distintitas.  ¿Está claro?

¡Siii ¡-dijeron todas  y  todos.

Pues ahora seguimos  con las  letras  y  mañana  ¡partido  de  futbol  niñas contra  niños.

¡Bieeeen!


CAPITULO  5 

¿VAMOS A GANAR?

Salió aquel día de la escuela de Willy y con él los demás, gritando: ¡Vamos a ganar!, ¡vamos a ganar!

Pero detrás salían las niñas casi cantando: ¡Qué se lo han creído, que se lo han creídoooo.!


Cada uno y una, cuando llegaban a su papá o mamá, quien les esperaba, les contaban con muchos gestos lo que había sucedido ese día en la escuela. Cada diálogo era distinto. El papá de Willy, que es quien le esperaba aquel día le preguntó "¿y tú crees que van a ganar?".

-"Pues claro, le dijo Willy, los hombres somos más".

-"Pues yo-dijo el papá-no estoy tan seguro, las mujeres son muy listas y están muy unidas".

-Ellas no son mujeres, son niñas".

-"Y tú tampoco eres un patojillo pequeñajo".

-"Pero me falta poco para ser grande".

El papá se rió "Anda mocoso, te faltan 20 años"... Así, discutiendo y riendo llegaron a casa.

Willy se metió en su habitación y se acordó de que tenía que hacer la tarea, que era escribir una frase que les había puesto la maestra en el cuaderno. La frase era: ESE OSO SE ASA.

Willy se quedó pensativo ¿Y por qué?, ¿y por qué...?

Se levantó y fue a la cocina: "¿mamá, por qué se asan los osos?"


- "Ay hijo yo no sé... yo solo aso pollos...pero no osos. Supongo que es porque quiere doña Cristi que aprendan las letras: O, S, E y  A...

- Willy volvía a su cuarto, cuando la mamá le dijo: " o a lo mejor es porque las osas les van a ganar el partido de fútbol a los osos. El niño se rió: "No, no, vamos a ganar los osos.

- Bueno Willy pero ven a comer que hoy tenemos oso asado.

Comieron todos el pollo, contando bromas de la escuela, de cómo eran los niños y las niñas.

Ya no les cuento más de ese día.

Al día siguiente le llamó la atención a Willy que, cuando el llegó, ya estaban todas las pequeñas en el patio, platicando con doña Cristina. También los niños llegaron pronto y empezó el partido...

- Pues lo siento, pero aquí termina el capítulo 5

- ¿Qué pasará en el 6? Tengan paciencia.




CAPITULO  7


Vamos a dejar pasar un   montón de  días desde  aquel  comienzo  de la  escuela  y  saltamos  varios meses,  a  los tiempos  en  que Willy, Uilly, Pili, Rober,  y   todos  los  compañeritos  y  compañeritas  ya   sabían   leer y  escribir,  más  o  menos  bien  o  mal. Ya escribían hasta la W.

Seño Cristi estaba muy contenta con   sus alumnos. Les decía que, aunque en esa clase eran veintiséis niños y niñas tenían que ser como si fueran todos juntos sólo uno, o uno—y-una.  Eso es lo que decía la profe, pero costaba trabajo, porque había algunos algo egoístas y decían que ellos eran más que los demás.

  Otros no lo decían, pero lo pensaban. Había  un  grupo  donde  estaba Rober  y  otros  cuantos  que se  metían  con  los  más  débiles,  uno  de  ellos   Chepito, y le  hacían la  vida  imposible. Parece  mentira que tan pequeños y con tan mala idea.  Pero Pili con  unas  amigas  y  con Willy, Uilly, y otros dijeron: “nosotros vamos  a  ser  los  defensores  delos  más débiles”. Cuando vieron que Rober  se ponía  a reírse de   Chepito  le rodearon y Pili le dijo:  “oye  Rober ¿no  has  oído a  la  seño  que  todos somos uno?.  Rober apretó  los  puños,  pero miró  a  su  alrededor y  se  fijó  que había 7  compañeritos y compañeritas  que  empezaron  a  gritarle:” ¡eso no  se  hace,  eso  no  se  hace!”.  Ninguno se  daba cuenta de que,  asomada a la  puerta  de la  clase,  estaba   la seño  Cristi.  Se  dieron cuenta cuando  oyeron  sonar  una  música  de  flauta. 


Todos se  volvieron  y se  quedaron  mirándola. Ella siguió  tocando  una  música  dulce  mientras les  hacía  señas  de  que se acercaran.  Se terminó la pelea   que se  amenazaba. Dicen  que la música amansa  a  las  fieras…  La  seño  les  hizo  entrar a  todos en clase.  Cuando  se  sentaron(la maestra seguía  tocando)  vieron  que  en  la  pizarra  había  escritas unas  palabras.  Paró seño  Cristi dejó  de  tocar música  y  les  dijo: ”Eso  que  está  ahí  escrito  es  la  canción  que  estoy  tocando. Siguió con  la  música  mientras niñas y  niños iban  leyendo  con  dificultad,  como  novatos  lectores, esa  letra  que  decía:

<<yo  no  soy  como tú  - no  eres    como yo

pero todos tenemos  un  igual corazón

yo  no  soy  como tú  - no  eres    como yo

pero juntos seremos uno sólo tú y yo

pero todos seremos un solo corazón>>

¿lo han leído? -dijo Cristi - Pues vamos a cantarla.  La cantó ella y luego todos juntos con la música de la flauta.

Al final  se  pusieron a  aplaudir  todos y  todas,  menos  uno que no aplaudió,  sino  que   se  tapó la  cara y  se  puso a  llorar  ¿ Ya  saben  quién?,    ese,  Rober avergonzado  porque  vio  que  había  sido  un  bruto.  Willy entonces le dio palmaditas suaves en la espalda para animarle.

Y así termina  el capítulo 7, pero  seguirán  las  aventuras de Willy, Rober, Uilly, Pili y todas   las   alumnas y alumnos  de seño Cristi.


CAPITULO  8

Una visita al arca de Noé

Un  día cualquiera en  el libro  de  lectura  que usaban los  niños  y  niñas en  la  escuela de seño  Cristina, tocaba leer ese  párrafo  que cuenta  cómo la tierra  se inundó  y  un  tal Noé  que se enteró  de lo que  iba a suceder,  porque  Dios  se lo  dijo, pensó  en  hacer como un  gran  barco,  sin velas ni remos, -un  arca - y se  metió  en  él  con  su  familia y  con  una  pareja  de  todos  los  animales que había  en la  tierra entonces,  hace muchos,  muchos  años… y  así se salvaron  todos  los  bichos de  la tierra.


Cuando terminó la lectura dijo Willy: “¡qué bárbaro seño!, ese barco sería enorme” …

Bueno-  les dijo seño Cristi-  esto es como un  cuento,  para  ver  el  amor que debemos   tener a  los  animales  que Dios ha creado…    tienen que saber que no todo   lo   que   dice   la biblia ha pasado de verdad, la  biblia  cuenta  cosas  que  son  consejos o  son  oraciones, otros son poesías  y otros son cuentos  como  este  que  sirve  para  aconsejar  el  amor a  los animales.

¿Entonces esto no es verdad? - preguntó Elenita, una niña muy interesada en la biblia que le leían  sus  papás. 

Es verdad pero  no como historia sino como  consejo de  cuidar las cosas  del mundo, de toda  la  creación.

Pero  hoy -dijo  Willy - hay gente  muy  bruta  que mata o  hace daño  a los  animales.

La maestra  aprovechó   la ocasión: ”sí  es muy  triste  y  hoy  hay  que hacer lugares  para  cuidar  a  los animales.  Si me  prometen portarse bien  podemos  ir  un  día a  Escuintla  donde están  los  animales  pero  no  en  jaulas  sino  sueltos  aunque   no  se  pueden  escapar.

 Niñas y niños  saltaron  como  si   les hubieran tirado una bomba:”¡¡Sí sí  seño,  seremos buenos  si  nos  lleva!!”  No sabían  ellos que  la  maestra  había   hablado con   los  papás y  se  había puesto  de acuerdo  para   aquella   excursión.



Una semana   antes   les  hizo   leer   y  dibujar   animales de  países lejanos y  también   habló  con  ellos de los tepescuintles,  los corzos, los monos,  los  cochemontes  los tucanes y  quetzales que   pocos  habían  visto aunque  estaban en Guatemala.

No les cuento más.  Se hizo la excursión   los niños   volvían emocionados y  ella, seño Cristina siguió  aprovechando  la  ocasión  para abrirles  más los  ojos  y  el corazón.: “

Y ustedes, dijo, ¿qué bichitos tienen  en su casa?

Jaimito, hijo de campesinos dijo que él, bueno, sus papás, tenían un caballo y dos vacas.  ¡Se escuchó en los demás un   hoooooooo!! de admiración!  Todos los demás tenían perros, gatos, pajaritos…

- Y ¿los tratan bien?

- Sí claro seño

-Willy dijo.  “Pero un día mí perro me mordió porque le retorcí una pata

- “Ah claro, tienen derecho a defenderse” 

La maestra les encargo que al día  siguiente  le  trajeran escrito (en  frases  cortitas, porque  aún  no  sabían  escribir  bien)  cómo eran  sus  animales  mascota.

 Y así terminó el día   tan divertido de Willy y sus amiguitos y amiguitas…


Capítulo 9 

RINOCERONTES Y FLORES

Martín Valmaseda

Al llegar el día siguiente a la escuela, después del partido de fútbol. doña Cristi decía que a los papás que empezaba el día con fútbol porque así los tenía un poco cansados a los peques y estaban menos nerviosos. Pues después de jugar entraron en clase cada uno con su papelito donde habían puesto que les había gustado más. No se lo copio aquí porque sería largo. Solo les cuento lo que decía el papel de Willy: a mí lo que más me gustó fue el rinoceronte porque tiene un cuerno para defenderse y que no lo mareen.

Seño Cristi no iba a decirle que sí que hay gente que los mata pero Willy siguió diciendo: Y por qué les habrá salido ese cuerno en la nariz?. Entonces ella con palabras que le entendieran les dijo: es que todas las cosas del mundo no se han hecho de golpe todas a la vez, primero fueron animales pequeñitos en el agua y luego otros más grandes, poco a poco fueron saliendo a la tierra y otros fueron cambiando, pero todo pasó en millones y millones de años.


Entonces una niña levantó la mano y preguntó: ¿seño, pero qué son millones? Cristi se dio cuenta de que no podía correr mucho, que los  pequeños que iban llegando a contar hasta cien. Claro es que a ustedes todavía no van...


CAPITULO 10

EL CAMBIO

Los días siguientes a cuando hablaron del rinoceronte y de las cosas que se crearon y evolucionaron la inteligente profesora les enseñó una canción. Explicándoles que esa evolución que han tenido todas las cosas quería decir que todas las cosas van cambiando y para explicarlo les puso una canción. Explicándoles que esa evolución que han tenido todas las cosas quería decir que todas las cosas van cambiando y para explicarlo les puso una canción de una cantante muy conocida y querida Mercedes Sosa.

 


Esa fue la letra de la canción que siguieron los niños y niñas atentamente en una pantalla:

***

Cambia lo superficial cambia también lo profundo 

Cambia el modo de pensar

Cambia todo en este mundo

Cambia el clima con los años, 

cambia el pastor su rebaño 

y así como todo cambia

 que yo cambie no es extraño.

 

Y el más fino brillante 

de mano en mano su brillo 

cambia el nido el pajarillo

Cambia el sentir un amante

Cambia el rumbo el caminante, 

aunque esto le cause daño 

y así como todo cambia

Que yo cambie, no es extraño

 

Cambia, todo cambia, 

cambia, todo cambia (cambia, todo cambia)

(Cambia todo cambia)

 

Cambia el sol en su carrera

Cuando la noche subsiste

Cambia la planta y se viste

De verde en la primavera

Cambia el pelaje la fiera,

Cambia el cabello el anciano .

Y así como todo cambia

Que yo cambie, no es extraño

 

Pero no cambia mi amor

Por más lejos que me encuentre

Por mi pueblo y por mi gente

 

***

 

Los niños entendieron muy bien lo principal, el cambia todo cambia. La maestra se los fue explicando, una niña dijo: "Seño Cristi esa señora que canta se parece a usted"

 

La profe se rió:"pero yo no canto como ella"

 

"No pero usted quiere que todo cambie"

 

"Tiene razón seño Cristi, que todo cambia-dijo Pili- antes no veníamos a la escuela y ahora ya somos mayores y venimos"

 

"Y en la escuela cambiamos más-dijo Willy- antes yo quería jugar con fusiles y pistolas y ahora veo que eso es malo, porque son cosas de matar".

 

"Y...y yo ahora veo que no tengo que ser el que más manda- ahora hablaba Rober,- que todos somos iguales".

 

Varios de los niños y niñas fueron diciendo en lo que ellos habían cambiado... hasta que habló la maestra: "pues fíjense que han hablado de lo bueno pero también se puede cambiar a lo malo.

 

"Si es verdad -dijo un chavalín- yo tenía un amigo que empezó a juntarse con chicos peleones y lo tuve que dejar porque siempre se estaba peleando".

 

"Y yo- dijo otra niña- tenía una amiga muy alegre que se reía mucho y cantaba muy bien, pero dejó de reir se la veía triste y ya no cantaba"...

 

"¿Y no sabes por qué?"

 

"No seño y ella me dijo que tampoco lo sabe".

 

Pues no la dejes... teneis que conseguir sus amigas que encuentre otra vez la alegría que se le había perdido; y vosotros vais a cambiar cuando seais más mayores, y teneis que cambiar para bien y aprender lo más importante que es querer a los demás y no preocuparse solo cada uno de lo suyo, porque como decíamos ayer todos somos uno y tenemos que preocuparnos todos por todos, para hacer un mundo en paz, sin guerras... para que el mundo cambie.

 

Y todos los pequeños cantaron con seño Cristi el estribillo, lo que se repetía de la canción: cambia todo caambiaaaaa... y Willy con la misma música cantó: toodos somos uuunoooo.

Bueno, terminó la profesora, pero ahora saquen los cuadernos que vamos a la clase de escritura, para que cambie a mejor escritura.




CAPITULO 11 

SALTO DE 9 AÑOS

Ahora saltamos un capítulo de la historia de Willy, pero saltamos un montón de años y nos vamos a cuando nuestro amigo ya tenía 15... Había dejado la escuela de Doña Cristi y había pasado a la enseñanza media. Ya sabía leer y escribir muy bien y le gustaba mucho. Ya sabía lo que era un millón, también estaba aprendiendo a tocar guitarra.


Cuando iba de excursión siempre llevaba una bolsa con el instrumento y se apuntó al coro parroquial. Pero de su tiempo con la maestra seño Cristi no ha olvidado dos cosas: una el amor a los animales y otra el saber que todo el mundo está cambiando continuamente y que todas las cosas que hay en el universo; las rocas y la tierra, las estrellas lejanísimas y la hierba que estaba bajo sus pies, los mosquitos, los peces, los quetzales y los rinocerontes y las plantas: los árboles, el maíz, las flores...todo lo que existe en la creación desde hace esos millones y millones de años empezó a existir todo cuando, como doña Cristi dijo para que los niños entendieran con solo un ¡pum!, pero que ya sabía como les dijo D. Felipe que se llamaba el "bing bang" la gran explosión han salido él y los chinos, y los morenos de África, y los españoles y los esquimales, todos, todo, todo y por eso todos somos uno.



Los compañeros de Willy no lo querían entender cuando se lo decía Don Felipe en clase de ciencias. Cuando Willy se lo afirmaban le decían: que no que todos veníamos de Adán y Eva. Willy decía: "no hombre eso de Adán, Eva la serpiente y el paraíso es una leyenda simbólica que también  tiene la Biblia"; Willy lo sabía bien porque se lo explicó doña Cristi, y también lo decía Don Felipe con palabras más para patojos mayores.

Entonces en esa clase se creó otra discusión que les contaremos en el capítulo 12. Tengan paciencia.



CAPITULO 12

CONCIENCIAS

Recuerdan? Ya no estamos contando la vida de ese Willy, que iba a la escuela de Seño Cristi, sino del mismo cuando había cumplido 15 años y estaba en otras peleas... amistosas, en torno a esa canción que aprendió de pequeño, cantada por la popular cantautora latinoamericana Mercedes Sosa. 

Bueno, más bien al tema de que "todo cambia" y al revuelo que se levantó en la clase de ciencias, cuando se planteó la idea de que el mundo no se hizo en 7 días, sino que, de algo más pequeño que una puntita de alfiler, se produjo un ¡pum! (contó Cristi a los pequeños) y un big bang (le dijeron a Willy ya de adolescente) habían ido surgiendo en millones y millones de años todo lo que hoy existe: galaxias, el sol, la tierra, los vegetales, todos los seres vivos, el ser humano... Ahí se levantó la gran discusión de muchos compañeros que le decían: nosotros creemos más a la biblia y lo que dice de cómo creó Dios el mundo en 6 días.

Don Felipe el profe de ciencias, como estaba empezando el curso, aunque se daba cuenta de lo que discutían los alumnos, no intervenía a favor de nadie, ni de Willy ni de los demás, que decían que ese Willy no hacía caso de la biblia... y los alumnos se lo contaron a sus papás.



Una mañana, antes de que empezasen las clases, llegaron al instituto un matrimonio y otro señor, padres de alumnos del instituto. "Buenos días Don Felipe, venimos a decirle que tenga cuidado con ese compañero que se llama, creemos que Willy y que no tiene fe en la palabra de Dios".


Don Felipe puso cara de susto: "AH, SI? Bueno, aquí en este instituto tenemos alumnos de varias  religiones. Lo que queremos es que sean respetuosos con lo que piensa cada uno, ¿y qué es lo que dice Willy, para hablar yo con el?

"Pues que el mundo no se hizo en seis días...Y el séptimo Dios descansó.

Don Felpe sonrió." Pues fíjense: yo tampoco creo que estuviera muy cansado"

La señora se puso nerviosa:" ¿Y es usted cristiano?"

  - "Procuro serlo, y católico. Pero leo la biblia con conciencia de cómo se escribió".

Los tres señores se miraron unos a otros y dijo uno: "pues cómo va a ser?, de verdad, con conciencia.

Entonces D. Felipe: " Pero es que hay varios tipos de conciencia. Una que es la mítica. Que cuenta leyendas como lo de la creación, y muchos otros cuentos, simbólicos, las parábolas que Jesús contaba, la historia de Job... no son historias sino cuantos ejemplares ¡Hay una conciencia de los sabios de hace unos siglos, que pensaban, por ejemplo, que el sol daba vueltas al rededor de la tierra. Pero ustedes y yo sabemos que no, que quien da vueltas es la tierra. Pero ustedes y yo sabemos que no, que quien da vueltas es la tierra alrededor del sol ustedes creen eso¿verdad?

Los dos papás y la mamá dijeron que sí claro; pero como si acabasen de darse cuenta hacía un rato,...

Pues muchas cosas de la biblia-siguió diciendo el profesor- se escribieron con esa conciencia mítica y así las creía Jesús que pensaba como la gente de su época, de hace mas de 2000 años...(ellos tres que venían a protestas de Willy se quedaba poco a poco con la boca abierta, sin saber qué pensar, no sólo de Willy, sino de ese profesor que no sabían en qué creía. D. Felipe terminó: "perdonen, que falta poco para empezar la clase, pero hoy por la tarde pregunten a sus hijos lo que voy a hablar con ellos.

Se despidieron, y mientras los tres papás salen, yo les pregunto a ustedes, los lectores grandes y menos grandes de este cuento: ¿y  cual es su conciencia, compañero, compañera, a principios del año 2021? Es mítica, es medieval, o como la de los años 1500, es la científica del siglo XIX o la que está asomando ahora, en el XXI ¿eh, cuál?

En el capítulo 13 veremos la que se arma en el instituto, con casi todos los contra Willy los alumnos, que les parecía hereje. (Aun no sabían lo que pensaba el profesor).


CAPITULO 13

¿NOS VAMOS DANDO CUENTA?

El día siguiente entraban en clase los alumnos del instituto, en pequeños grupos, hablando animadamente. Ya había corrido la voz de que algunos padres habían ido a protestar contra ese Willy, que parecía no creer en el mensaje de la Biblia. Además se empezaba a ver que unos pocos compañeros, se convencían de las teorías de Willy y se juntaban con él.

Había otros muchachos que ni conocían la Biblia ni tenían ningún interés religioso; pero se metían en la discusión para "armar lío" como había dicho el papa, en otro sentido.

Don Felipe se daba cuenta del ambiente pero disimuló y empezó la clase como si nada:_"A ver, teníamos la Lección 14, la ley de Lavoisier...


Los patojos se miraron unos a otros. Casi nadie había estudiado. Esperaban discusión. Uno, el mas perezoso levantó la mano: "Profe, es que nosotros..."

-"Ustedes tenían la lección 14. 

-"Sí, pero Willy..."

-"¿Les dijo Willy que era otra la lección?"

-"No señor  - se levantaron varias voces- pero como él dice que Dios no creó el mundo en seis días..."

-"¿Tú Willy dices eso?

-"En seis días no lo creó, pero no niego que Dios sí lo creó"

-"¿Y cómo lo hizo?

-"Ah, eso no sé. Lo creó en un instante, como una explosión, yo llamo a Dios a quién lo creó, otros lo pueden llamar como quieran."

Don Felipe vio que no tenía marcha atrás en esa discusión y siguió. Los alumnos respiraban, ya no les preguntaría sobre Lavoisier.

-"¿Y cómo se llamaba quien dijo eso de la explosión?."

Uno se pasó de listo y dijo: "sería algún ateo, lo mismo fue Lavoisier"

-"Pues no señor, fue un tal Lemaitre"

   - "Otro ateo sería" -dijo otro alumno, de esos empeñados en el               Dios creador en 6 días.

Don Felipe dijo que no y explicó: "Lemaitre era un sacerdote jesuita y lo siguió siendo cuando defendió esa teoría del big bang, la gran explosión (los muchachitos pusieron cara de explosión, con la boca abierta) y después de esa explosión, ya estaba todo creado, todo, todito, pero no como está hoy. Todo después en millones de años ha seguido cambiando y seguirá...¿Y saben qué? (los alumnos  ya estaban atentos e interesados) que también nosotros tenemos que cambiar, como cambiaron las plantas, los animales y los seres humanos desde hace muchos siglos y tenemos que cambiar, tener más conciencia de cómo podemos ser hoy distintos de cómo éramos de pequeños porque ¡cambia todo cambia!

Para sorpresa de Don Felipe, con Willy tres o cuatro chicos y chicas cantaron juntos la famosa canción de Mercedes Sosa.

Tras el aplauso final, terminó Don Felipe: "Y ahora vamos a cambiar y pasamos a lo que decía Lavoisier... nada se crea ni se destruye; todo...y todos los estudiantes dijeron a coro; ¡todo cambia!

Veremos cómo cambia el próximo capítulo.



CAPITULO 14

LOS CAMBIOS A LOS QUINCE

No es que pasemos al capítulo 15, no estamos en el 14, al día siguiente en que terminó la clase en el instituto, después de cantar esa canción "cambia todo cambia" y que después Don Felipe intentó preguntar la lección sobre la ley de Lavoisier.  Se dio cuenta el pobre, que solo tres alumnas y dos muchachos habían estudiado algo. Decía el profesor: "Pero bueno les estuve hablando, hace 4 días que Lavoisier, la vuasier se pronuncia, ¿recuerdan? Ese químico francés que decía que... esperaba respuesta, pero solo unos pocos alumnos dijeron: "la materia ni se crea ni se destruye, solo se transforma, cambia...

Bueno- terminó el maestro- pues el próximo día seguiremos, que hoy tienen esa ley muy verde y ya veremos lo que saben el próximo día.

El próximo día es hoy, el capítulo 14.

Pues es que al día siguiente, les estaba esperando el profesor para ver si habían estudiado y ¡claro! Se dieron cuenta los patojos y patojas, que aquello era importante. Se les había pasado el enfado contra Willy. Se habían convencido de que la biblia también contaba cuentos, leyendas (mitos les dijo don Felipe), para que se entendiera mejor... y entonces les siguió hablando de que ellos los y las jóvenes también estaban cambiando.

"Cambia nuestro pensamiento y nuestro corazón" - dijo Willy.

¿Sí?-  le preguntó el profe - y ¿cómo cambia?

Pero quién contestó fue Pili, la que en la escuela organizó a las niñas para ganarles en el fútbol a los niños, que ahora ya eran jovencitos. Y Pili dijo: "Pues porque yo de pequeña me peleaba con los compañeritos y les quería ganar al fútbol y ahora, ahora ... (y  se puso un poco colorada) pues... unos... unos compañeros me parecen brutos y otros me caen mejor y ya voy a celebrar mis quince años"... Se oyeron muchas voces." yo", " y yo", " y yo" ... Las jovencitas, que tenían unas 14, otras 15, algunas 16 estaban en esa edad de cumplir años en que se celebra una fiesta en algunos países, en otros no.

Don Felipe aprovechó la ocasión para darles alguna idea: "Claro, ya verán que van a seguir cambiando y no solo porque chicas y chicos, se gustan sino en otras cosas que les van a hacer mucha falta en la vida, ¿saben qué?. Se hizo silencio en la clase.

El profesor les hizo una pregunta más: "¿Qué pasa si ustedes agarran un carro, y sin tener el permiso, ni saber manejarlo, le ponen en marcha y se quieren ir por ahí de paseo?"...


"¡Anda!- dijo uno de los alumnos pues nos pegamos golpe con una pared, con un árbol con otro carro. Se rompe el carro"... Dijo otro alumno:" o nos rompemos nosotros. Eso le pasó a mi primo cuando tenía ocho años. Mi tío dejó su carro con las llaves puestas, mi primo se metió dentro dio la llave y ¡zas! se estrelló, con la puerta se pinchó la rueda y el se rompió una pierna".

"Claro- comentó Don Felipe, -todo cambia... pero no debe cambiar de prisa. También las mujeres y los hombres deben cambiar poco a poco para no romperse la pierna, o el corazón, ¿saben lo que debemos hacer, según lo que sabemos y la edad que tenemos. También tenemos que manejar no solo los carros, sino nosotros y nosotras, nuestro cuerpo, nuestra cabeza, nuestro corazón... .


No terminó allí la conversación. tanto Don Felipe, como las alumnas y los alumnos fueron diciendo lo que tendrían que aprender para manejar, no un carro sino toda su vida, su cuerpo, su espíritu... y contaban ejemplos de gente que se había estrellado y había roto cosas importantes de su vida, por manejarse a lo loco.

Y cuando esa tarde volvieron a casa, buen chaparrón de preguntas cayeron sobre la mamá y el papá.

Aquí les dejamos que piensen sobre los cambios en la vida, porque cambia, también... pero cuidado no se rompa o nos rompamos.

Pero tampoco hay que tener miedo en la vida. Vamos creciendo y ¡adelante!

Hasta el próximo capítulo.


CAPITULO 15

LOS CAMBIOS TODOS Y LOS DE CADA UNO

Desde que Willy, empezó a estudiar se fue dando cuenta de que iba teniendo suerte con los profesores y maestras que estaba encontrando. Hay maestros que sólo son enseñantes memoristas. Desde que aparecen en clase su preocupación es conseguir que los alumnos se sepan la lección, y se la sepan de memoria para aprobar los exámenes. Pero Willy se iba dando cuenta que tanto seño Cristi como Don Felipe no eran de ese estilo. Pensaban que aquellos niños, niñas, jovencitos y señoritas que estaban ante ellos eran ciudadanos de un país, en ese caso Guatemala, con algo más de 17 millones de habitantes, y con situaciones de pobreza, injusticia muy fuertes.



Los maestros que le iban picando a Willy y compañeros eran gente crítica, con conciencia de que allí estaban no solo para enseñar y poner notas, sino para hacer pensar y mover el corazón de los alumnos que al ir creciendo fueran encontrando y haciendo un país mejor.

Unos días después tuvieron ocasión de experimentar una situación algo desagradable que removió los sentimientos de la clase.

Llegó una alumna nueva una muchachita con los libros metidos en una bonita bolsa típica y también ella vestida con falda y huipil queqchí, el estilo de la zona de Alta Verapaz. En el instituto si había alumnos hombres y mujeres, indígenas pero casi todos iban vestidos con traje ladino y en la clase de Willy aquel era el primer caso...

No hubo ninguna reacción aparente entre los compañeros, casi ninguna, porque cuando la muchacha se fue a sentar justo cerca de una compañera, una tal Vilma Walcelly esta hizo un gesto como de molestia. Los alumnos cercanos se dieron cuenta.

Sabían que la tal Vilma era hija de un diputado que aparecía con frecuencia en televisión y prensa. que era muy influyente en el gobierno. Mientras la nueva alumna colocaba sus libros y cuadernos, Vilma se levantó y se acercó a Don Felipe hablándole en voz baja. Don Felipe no debió de entender. "¿Cómo dices?"- la preguntó, ella se acercó más y haciendo señales hacia el lugar donde esta en la clase, le dijo aun en voz baja algo que ya comprendió el profe. Pero este dijo mirando a todos los alumnos: "Estamos muy contentos de recibir a la nueva compañera que aun no sé cómo se llama... dinos tu nombre por favor.

Ella dejó de sacar los libros de la bolsa: "Buenos días. Soy Telma María Caal Pacay, y vengo de San Pedro Carchá en la Alta Verapaz. A mi papá le han pedido un trabajo en la capital y...  El profesor la cortó empezando un aplauso de bienvenida que todos los alumnos siguieron. Casi todos. Vilma enrojeció y volvió a su sitio mirando para otro lado, con los brazos cruzados.



Willy y otros que estaban en primera fila se dieron cuenta de lo que sucedía. La hija del diputado no estaba contenta con tener cerca aquella "india". Le había intentado decir a Don Felipe que la pusiera en otro sitio. Pero el auténtico educador la contestó con el aplauso de bienvenida.

"La que se va a armar"- dijo en voz bala Willy a sus compañeros cercanos. Sabían que la Vilma tenía creída su categoría de hija de mandamás y no iba a aguantar ese que ella consideraba desprecio.

Pues dejamos a Vilma, volviendo a su sitio y hablando aun en voz baja con algunas compañeras y compañeros que se veía era de "su cuerda". Al mismo tiempo Telma saludaba a compañeros antes que continuase la clase y... ¿que fue "la que se armó?

Eso le dejamos para el capítulo próximo. En este ya se ha ido armando bastante.


CAPITULO 16

LA QUE SE ARMÓ

Pues sí, se armó al día siguiente de la llegada de Telma y la extraña reacción de Vilma.



Y se empezó a complicar cuando hubo clase de historia...Elvira la profesora una de las más jóvenes de los educadores se informó de lo que sucedía en aquella clase. Claro que lo supo porque un tal Willy, (sí, nuestro amigo y otros compañeros le contaron lo que había sucedido en la clase de ciencias.

En historia estaban comenzando con seño Elvira por la historia primitiva de Guatemala. "Como les dije, -comenzó Elvira- el ser humano, el "homo sapiens" prehistórico empezó a existir en África y de ahí se fueron extendiendo sus descendientes hacia Europa, Asia y ...

"¿Y de África vinieron aquí, a América?"- preguntó una alumna.

"La mayor parte de los historiadores- explicó Elvira-, miren ustedes en la página 27 del libro, es que entraron en lo que es hoy América del norte, desde el norte de Asia. Entraron por Alaska.

"Pero ¿cómo?--preguntó un alumno- si Asia está al este y América al oeste".

La profesora se rió. Sí fíjense qué curioso, vinieron por el este y aparecieron en el oeste americano. ¿No se dan cuenta que la tierra es una bola? Iban cazando animales como búfalos... cruzaron el estrecho de Bering, cuando estaba helado... y aparecieron en el norte helado de América. Faltaban entonces unos 40.000 años para que estuvieran por ahí, en Estados Unidos ese tal Búfalo Bill... (la profesora agarró una esfera terrestre y la fue enseñando) Desde hace unos 40 mil años hasta ahora se fueron extendiendo hacia abajo, de norte a sur y formando poco a poco, los que se quedaban en cada tierra, las distintas razas de América, norte, centro y sur. Lo más seguro es que los que llaman indios venimos de Mongolia, de China...¿no ven como muchos aquí tenemos ojos como los chinos... yo por ejemplo... (los alumnos rieron) sí ya se que me llaman la chinita muchos de ustedes. Los alumnos se miraban unos a otros riéndose y señalando a los que tenían ojos achinados.

Pero Vilma levantó la mano. "Yo no Seño, yo tengo los ojos normales".

"¿Qué dices Vilma? Todos los ojos son normales, y son normales todas las pieles, las de la gente morena, rubia, cobriza... todos los seres humanos en cualquier continente son normales cada uno con su piel, sus ojos, su tamaño, su traje, su lengua... ¡todos iguales!. Ninguno más, ninguno menos". La lengua se mordió Vilma. Había metido las patas.

La profesora siguió explicando: Por eso aquí en Guatemala tenemos un defecto muy grave...

Willy y otros compañeros saltaron a la la vez: ¡el racismo!.

Claro, porque llegaron españoles, portugueses, ingleses, alemanes... y vinieron creyéndose muchos los amos del mundo. Quitando sus tierras y sus derechos a los de aquí... Tenemos 22 pueblos mayas, quiqchés, queqchís, qaqchiqueles... y también garífunas morenitos, y xincas, y muchos mestizos o ladinos, mezcla de varias razas. Y criollos que se sienten europeos porque sus abuelos vinieron de Europa... pero ¿cuántos políticos indígenas hay en el congreso...?

Vilma se puso colorada. Un alumno que estaba cerca de la profesora la dijo en voz baja: "Seño que el papá de Vilma es diputado" La seño siguió en voz alta.: "Perdona Vilma, pero no puedo negar la verdad, En este país y en todos, todos los ciudadanos tienen iguales derechos. Los derechos humanos son para todos y los bienes de la tierra son para todos."


La Vilma agachó la cabeza sobre la mesa y se la tapó con las manos para que no la vieran llorar. A Telma la indita se la saltaron también las lágrimas y acarició los hombros de la joven racista que aquel día esta recibiendo una buena lección.

Seño Elvira, un poco emocionada siguió la clase.

Y nosotros seguiremos en el próximo capítulo. Sólo les cuento que al día siguiente varios de los alumnos Mayas o Xincas aparecieron en clase con sus trajes típicos que antes no se atrevían a llevar y algunos con un regalito para Vilma.


CAPITULO 17

TAMBIÉN LA CLASE CAMBIA

En  el  instituto,  mejor en la  clase  de nuestros  amigos,  estaban cambiando  las  cosas,  Gracias  a patojos  como Willy  y otros  y a profesores  como   D.  Felipe  y  seño Elvira.  Aunque  no  todos  eran  así,  por ejemplo  la profesora  de literatura  de la que ya  tendremos  ocasión  de hablar.


Siguiendo  con  los sucesos  del anterior  capítulo, se  vio  al  día siguiente  que se estaba  removiendo  el  ambiente  de los  alumnos.  Unos,   como  Willy y sus amigos  marcaban  el ritmo de  la  clase,  otros  se  iban  convenciendo  de que  estaban  allí  no sólo  para “aprender”  las lecciones y  sacar  buenas  notas  sino  para ir aumentando su  reflexión  y  conciencia:  dándose  cuenta de lo  que  sucedía en su país,  en  América Latina  y  el mundo  entero,  intentar  que  hubiera más  justicia y paz.  Había  otros  alumnos  que  seguían con la  cabeza  cerrada. Eran  muchachos y  señoritas  que  seguían  con  los pensamientos  de  siempre   aunque, viendo los aires  que corrían, se  hacían  los avanzados,  sobre  todo   en  las clases  de ciencias e historia.  Finalmente existía   un  grupo  de  jóvenes,  sobre  todo hombres, gente  por  lo  general de  clase  social   elevada y  mentalidad    clasista.  Esto  se  reflejó  cuando dos semanas  más tarde  corrió por la ciudad la  convocatoria  de una  marcha de campesinos que  venían  de las aldeas  a  exigir  del gobierno  una serie de  mejoras:  escuelas,  salarios,  hospitales…



La marcha llegaría al  parque  central un  sábado  a media mañana.   El  viernes,  cuando terminaba la  clase, Telma  levantó  la  mano y  lo  dijo. Se vieron las  distintas  reacciones. Un  tal  Jimmy Carlos,  reaccionó  rápido:  “Eso  es  una  cuestión política y no  hay que tratarla aquí  en  el instituto” .

-“¿Tú  comes todos los días Jimmy??”

-“Claro  ¿Y eso  qué tiene  que ver?”

Saltó  Telma:  “Pues  que  el  que tú puedas  comer y  mucha gente  en  Guatemala no, también es una cuestión  política.” 

No les  dije  que  esa tarde estaban  en clase  de literatura.  La profesora  Doña Edith, en ese momento se levantó- “Les dejo aquí  que  dialoguen.  Este es un tema  aparte  del estudio.  Buena tarde”.  Agarró  su  maletín  y  salió.

Volvió  a tomar la  palabra  Jimmy Carlos: “Esos campesinos que trabajen  y así tendrán  comida.

“Claro – respondió  Telma -  porque  trabajan,  te  llegan a la mesa los frijoles y el maíz a ti, pero  a ellos   no  les  pagarán para  tener bastante alimento, ni medicinas, ni…

Jimmy Carlos:”Eso es la campaña  que  hacen  algunos políticos de izquierdas”

Allí  se escuchó  una  voz  inesperada , la  de Vilma,  la hija  del  diputado:

-        “Pues a mi  me  gustaría  que  me llevasen  a una aldea  donde suceden cosas de esas.  Hablar sin   haber visto no  es justo.”

-“Ah  pues   si  quieren  algunos,- propuso Vilma -  mañana  hablamos con  algunos  compañeros  de los que vienen en la marcha desde Verapaz…y  quedamos  en visitar alguna aldea  de por  allá.”

Willy  respondió entusiasmado:  “¡Estupendo! Telma yo voy mañana  contigo y  con  los  que  quieran  a la llegada  de  los manifestantes… el personal  de la  clase se removío.  Un grupo se juntó con  Vilma, Willy y  otros compañeros,  para  hacer planes.  Jimmy Carlos  y  un  grupo mayor de alumnos  se encogieron de  hombros,  agarraron sus mochilas  y  salieron.

Otros se quedaron  sentados.  Unos se fueron acercando poco a poco  a  los de  la marcha,  y  otros, poco a poco también,  intentando no llamar  la atención, se fueron escabullendo  a sus casas. Ya había  terminado la clase.


Aquí, en  esta historia de Willy y sus compañeros, les iremos  contando  lo que pasó  cuando la  llegada de la marcha  y los  días sucesivos.  


CAPITULO 18

LOS ESTUDIANTES SOLIDARIOS


La  marcha campesina  de aquel  sábado  fue  relativamente normal.  Del instituto ciudadano  no fueron  muchos: Telma, la alumna q´eqchí,  les guiaba,  Willy nuestro amigo, 3 alumnos  más  y 5 alumnas, entre ellas…, ¡sorpresa! La  hija  del diputado.   Por el camino  fue  Vilma  contando a sus compañeros lo que la  había  costado que la dieran permiso en casa. Lo consiguió gracias a su mamá que era nieta de españoles. Sus  abuelos habían llegado a Guatemala cuando Franco en su país había  ganado la guerra.  El abuelo era republicano y temió la represión que hubo.

La mamá de Vilma convenció al  esposo de la importancia de que la hija conociera  todas  las realidades  de  la sociedad chapina.

En el parque  central de Guatemala esperaron  un poco los jóvenes  hasta  que se fueron  escuchando  gritos , cantos y  aparecieron  hombres y mujeres. Muchas  de ellas  vestidas  con trajes típicos de  sus pueblos: quiché, q´eqchí,  achí, pocomam, caqchiquel…

Telma corrió a unirse  con la gente de su aldea.  Willy y los demás se acercaron  tímidamente…

En la  puerta de la  casa presidencial y del congreso había ya otra “manifestación”,  esa de policías antidisturbios.  No se movieron  cuando se acercaban los  campesinos ni  hicieron gestos agresivos.  Willy le  dijo a Vilma.: “seguro  que tu papá sabiendo  que estás tú,  ha hablado  con  el ministro para pedirle…”.- “Pues no me dijo  nada – comentó Vilma -pero no me extrañaría” 

Las autoridades no se  asomaron a  escuchar las protestas. Solo algunos diputados  relacionados  con  los movimientos populares.  Hubo discursos de los líderes y “lideresas”…

Telma  se acercó  con los compañeros, algunos, novatos  en  esas movidas,  algo asustados, mirando   de reojo a la policía, sus bastones y  escudos… 


Entre  los  discursos y  gritos  y  las mantas agitadas (trabajamos la tierra  ¿dónde están sus beneficios?// la milpa  es nuestra  ¿Quien la acapara?//  nuestro niños tienen hambre//…Pues  entre  todo ese  jaleo, Telma  presentó a sus  compañeros ante  jóvenes  de   su aldea  y  juntos decidieron  unos  días fines de semana que pudieran  irles a visitar  los estudiantes.

 Cuando se  fue disolviendo la manifestación y  volvieron  cada  cual a su casa, a su ambiente… los  estudiantes en  la  camioneta iban comentado  sus sentimientos frente a esa oleada  de guatemaltecos  como  ellos,  que reflejaban  una vida,  unas preocupaciones y necesidades distintas a las que ellos   tenían en la capital. Y  aún  les  faltaba   no escuchar sino  ver y  vivir la realidad  de los montes,  bosques y  aldeitas de  esa tierra, esa Guatemala desconocida.  En el  próximo  capítulo la conocerán Willy,  sus amigos… y ustedes  un  poco  también  si siguen  leyendo  esta historia.


CAPITULO 19

VÁMONOS AL MONTE





Pues  al  fin  el  grupo  formado por Willy, Telma, Vilma, y unos  9  alumnos más, después  de hablar  con los  amigos verapacenses fijaron la  fecha  de un sábado  para  su aventura por las aldeas cercanas (no muy cercanas)  a Cobán.  Solamente  dos  habían  salido alguna  vez a  zonas  rurales  de  Guatemala, además  de Telma, natural  de aquellas tierras.


Ella les  dijo que deberían llevar  botas de hule,  porque si  llovía  verían lo  que habría  de lodo. Todos la  hicieron  caso menos  una tal  Rosi bastante presumidilla  que apareció en la terminal  de buses  con tacones  de aguja,  como si fuera a pasear por la sexta avenida. Telma  no  dijo nada, pero hizo una  señal Willy que estaba  dispuesto  a mandarla a casa con tacones y  todos agarraron el bus muy tempranito y  salieron  entusiasmados  como si  fueran a  la  selva  del Amazonas.

Hasta  Cobán todo fue normal  salvo que las orillas  de la carretera  iban aumentando  en  arboles y barrancos…

 


Pero   en Cobán  pasaron a  la terminal  de buses  que ya no era  como la  de “Monja Blanca” a la capital. -allí  les esperaban  unos  microbuses  un tanto destartalados  donde en el  espacio  de 10 personas  cupieron 17.

 

No  cabían pero  “cabieron”, perdón,  cupieron  junto con  3  sacos de maíz  y  dos  gallinas.  Hay que decir en honor de Telma  que entonces  sacó de  su bolsa  un par de botas de hule   para la de zapatos de aguja.  Esa Rosi,  que se iba  poniendo pálida    mientras iban por la  carretera  encharcada a la terminal,  al ver las botas,    dio  un  abrazo a Telma  y  se cambió de calzado rápidamente.  Allí  empezó la  movida. Arrancó  la  camioneta y  después  de un  rato de carretera con  baches   fueron siguiendo los  baches sin carretera y unos  caminos  de terracería   que  no  se imaginaba  los  estudiantes  de la  zona  2 de la capital. El busito empezó a trepar  por cuestas hasta  que llegó  a una aldeita de  unas 6  casas ‘¡Aquí termina  el  trayecto!-  gritó  el piloto.  Telma  bajó la primera  y  les demás  fueron saliendo   mirando  dónde ponían  los  pies. Salvo el  pequeño  espacio  de la aldea  todo alrededor  eran  árboles,  había unas pequeñas milpas y  en  una cuesta arriba   unas plantaciones desconocidas  para los jóvenes, “Eso es cardamomo”  dijo Telma,- y señalo a la plantación - Por  ahí  está el  canino  que  vamos a a seguir  para ir a  mi  aldea.  Sujeten bien  sus  mochilas  y  síganme”.  Con gesto decidido, del que  conoce la ruta toda  la  vida,  se metió  en aquel camino casi invisible.  Yo  voy  detrás dijo Willy- para empujar  a  los retrasados. -se  formó una fila de pies que tropezaban  por aquel  sendero .  Telma  paró un  momento. Tengan  cuidado  a la  derecha  hay un barranco, agárrense a las  ramas de la  izquierda.  Y así subiendo, tropezando, mirando a lo lejos a  ver si  aparecía  el  pueblo  de su  compañera… Uno de los muchachos  la  gritó;  “¿falta  mucho  Telma?.”  Ella contestó sin  parar de caminar: “Cuando  subo con  mi familia, 20 minutos…  con ustedes supongo que tres cuartos  de hora”.    Uno de los  que  iba detrás  se  quejó  en  voz  baja : “nos podían  haber avisado”- “El  que algo  quiere  algo le  cuesta “-le contestó  Willy que  le  escuchó…

 


         A la   media hora ,  allá  arriba   se divisó una columna  de humo  y  gritos de niños…  Astutamente, Telma había  exagerado el  tiempo  de camino  para  sorprenderles cuando  llegasen.  Varios  patojillo saltando  por las piedras y las ramas  se  acercaron a ellos y les  quisieron  llevar sus mochilas… Déjenselas- les dijo Telma- ellos  están  acostumbrados…  y  empezó a decirles  a los patojos  algo  que  no  entendían  los  estudiantes.  Algunos delos pequeños aun no  hablaban  castilla (español) sólo q´eqchí.


         El grupo se fue acercando al  lugar  donde la mayor  parte de  los  vecinos  esperaban la  llegada  de aquellos  compañeros  de Telma.  Empezaron los  saludos y  las explicaciones  que la compañera  les daba. Pero , sintiéndolo  mucho, se  me  termina  el  tiempo  de  este  capítulo.  Quien  quiera  saber más  que tenga paciencia  y  espere  al  capítulo 20.

 El cuento de WILLY 

Historia de un niño algo especial que de mayor lo siguió siendo… a su manera

Martín Valmaseda

CAPITULO 20

CONTRASTES


Verán  que  ese fue un  día  de muchos contrastes,  reflejo  de lo  que es   Guatemala.   No me  refiero sólo  al  contraste  entre  campesinos indígenas  y  alumnos  ladinos unos  mestizos,  otros  indígenas  de distintas etnias , con idiomas  que  no  todos entendían,  costumbres diferentes   y  también distintas  religiones. Muchos  católicos,  otros  de la iglesia del Nazareno,  algunos testigos de Jehová, y alguna otra  confesión  evangélica.  


Precisamente  aquel  día  llegaba  el  P. Eulogio  a la capilla de  esa  aldea: un  barraconcito de madera  con   suelo  de  tierra  y asientos  de tablas  sobre  bloques  de cemento.  Todas  las aldeas  de  esa  zona  pertenecían a la  parroquia del  Calvario.  Un  templo grande  que  tenía  a  su  cargo  125  aldeitas  por  los  montes de Alta  Verapaz.  Podían pasar los sacerdotes  a  celebrar sacramentos 3  ó  4  veces  al  año. Entonces  se celebraban  en  esa aldea, además  de misas,  primeras  comuniones, bautizos, confesiones…    y  se comentaba  el  evangelio de ese domingo.  Los catequistas  durante el  año  celebraban  “la  palabra”  como  decían: Eran  especie  de misas   sin consagrar  la eucaristía,  donde se daba la comunión  guardada en  el sagrario   que  se  había  dejado lleno de hostias  consagradas  la última  vez que  pasó el “padre” del  Calvario.  Esta  vez,  poco  después  que llegasen  los  muchachos del instituto apareció el  padre  Eulogio, uno  que  había  llegado a Guatemala  hacía pocos días,  acompañado  de  dos  catequistas  que fueron sus guías  para  llegar  allí.  Fueron sus guías  y  también sus traductores.  Muchos  de los  feligreses  no  sabían  o  hablaban  poco el  “castilla” y necesitaban  intérprete  en la misa .

A  todo esto hay  que  decir  que  también  los estudiantes  se  repartieron.  Los  que eran de iglesias “evangélicas”  subieron, media  hora de camino, a una aldea cercana  donde había  una iglesia del Nazareno .


La misa,   acompañada  por la  música de  marimba  duró  dos  horas y media,  sin que nadie hiciera gesto de impaciencia… bueno alguien  sí,  los  estudiantes  que  estaban acostumbrados  a  misas de hora  y  cuarto… (si  hubieran sido de ciudades europeas,  a la media  hora  ya  estarían mirando al  reloj  y de reojo  a la puerta) .

Al terminar la  celebración el P.  Eulogio  se  quedó  hablando  un  rato con la  gente y desayunado un  tazón  de caldo de arroz  con pollo,   hasta  que  los  catequistas,  jalaron de él : Padre perdone,  dentro de una hora  tenemos   la misa    en  la  aldea  de  San  Pedro… que está  ¡a tres cuartos de hora y  cuesta  arriba!…  el  P.  Eulogio  dejó  la pata de pollo  sin  terminar  agarro el bastón (la mochila, la  llevaba ya  una catequista  que le acompañaba)  y  salieron  a   buen paso por el  camino  empinado.  Ese día  todavía  le  quedaban  dos  aldeas más  donde celebrar  sacramentos. 

Pero antes de salir  pasó  algo inesperado.  Willy se  acercó  al  P. Eulogio. Perdone  Padre ¿me  deja  que  le  acompañe?”. El  sacerdote  se asombró  “Ya  vas  a aguantar?”.  -  “Sí  Yo  he caminado  bastante  con mis papás. Les gustaba  bastante  las  excursiones…” - miró a  Telma – “ Tú  ya  les  acompañas a los  compañeros?” – “sí  no te preocupes…”


El  sacerdote, Willy,  la  catequista y tres  acompañantes  más  se perdieron  por el camino  del  bosque.  Nosotros  nos  quedamos  sorprendidos  por el  atrevimiento de Willy  y nos  sentamos, esperando al  capítulo 21.

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Historia de un niño algo especial que de mayor lo siguió siendo… a su manera

Martín Valmaseda

Dibujos: Karla y Andrea Aguilar

CAPÍTULO 21

SE APUNTA A TODO 

A  todos  les sorprendió    bastante  la decisión  de Willy  de  seguir  acompañando,  cuesta arriba y  por  un  camino  de bosque  cerrado  al  P. Eulogio.  Los  compañeros  de  aquella  excursión  se sentían  cansados y se quedaron desayunando el caldo con pata de pollo,  comida selecta allí.

 


Aquella  subida  era  ya pleno  bosque y  se echaron  hacia  arriba el P. Eulogio, Francisco  y  Carmen,  (dos catequistas  de  la aldea a donde iban)-..  y  el atrevido  Willy, al  principio este  iba un poco a remolque  de los demás,  pero se vio pronto  que  no le faltaban  fuerzas y entusiasmo. Con la ayuda de un palo como bastón  se abría  camino entre  los árboles, las rocas, y las las plantas de malanga  con  hojas grandes (orejas  de  elefante  las llamaban)  que  cerraban  el  camino.

Hora  y  media tardaron  en  llegar a la aldea  de San Vicente. Como  en  la anterior les esperaban los  vecinos formando una pequeña procesión, agitando incensarios  de barro y levantando candelas la cruz  de metal.  Así entraron todos en el pequeño  templo, como el anterior,  de madera sobre bloques de cemento, con  algunas imágenes y,  dominando  el interior  por  su tamaño,   la marimba, el violón,  la  batería,  orquesta  que acompañaba los  cantos en idioma  q´eqchí  cantados  con voces  agudas por  un  coro  de cinco jovencitas.

 


-“¿Y  estos  instrumentos están  aquí  todo el año?”.- Preguntó  Willy  a  Francisco.

Él  sonrió -  “No  te lo creerás  pero la traen  las tres  veces  al  año que hay aquí misa. La  traen  desde San  Pedro Carchá.

Se  imaginó  Willy  lo que  sería  subir trepando  entre  cuestas con milpas, cardamomo, bosques, esos voluminosos instrumentos.  Los  que tienen  ese entusiasmo por alabar a Dios  y  animar a los  cristianos, tienen fuerza  para  eso  y más. 

No  les he  dicho que  Willy y  su familia  no  eran  muy  religiosos  aunque eran  gente muy  honrada y servicial.

Willy  lo  comentó  con  el P. Eulogio.  Este le dijo. “Es que no es lo mismo ser religioso  que vivir la  fe  en  Jesús”

-        “No entiendo.  Yo  no  he  leído la  Biblia  y no  sé mucho  cómo  era  ese tal  Jesús.

El  cura  la mano  en  su  mochila  y  sacó  un librito  que  dio al  patojo: Toma  lo mismo te interesa leerlo. La buena  noticia  de Jesús. Mientras  hablan  el padre  se  iba  vistiendo las ropas para la misa,  la gente se acomodaba  y  los músicos  iban ensayando  los  cantos….

Willy  escuchaba  la  canción:  “vos  sos el  Dios  de los pobres,  el  Dios humano y  sencillo,  el Dios  que  suda  en la calle, el Dios  de rostro  curtido…”

 “Esa  es una canción  de Nicaragua  - le  dijo Carmen - que ojalá  se cantase más  en  vez  de  esas  cachurecas  que  se cantan  en  nuestras  parroquias”

Willy  se  quedó en  un  rincón  detrás de la marimba, durante  la misa , que le pareció distinta a  la  que iba , no  todos los  domingos,  con  sus papás.

La misa duró  bastante porque  hubo  dos  bodas,  primeras  comuniones… Se  ve  que aquella visita  del P. Eulogio. Después  de dos  meses  sin  aparecer un sacerdote por allí,  era  un  acontecimiento  más  que las misas de todos los domingos  y entre  semana  en  la  capital .

La impresión que le produjo  esa visita y esa celebración a Willy  fue  grande.  Se la contaremos en el próximo  capítulo.  Porque  aquello  estaba  haciendo pensar  bastante  a nuestro amigo.

 

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Martín Valmaseda

Dibujos: Karla y Andrea Aguilar

CAPÍTULO 22

QUIERE MÁS 


Recuerdan que en el primer capítulo, cuando Willy tenía 6 años, ya era un pequeño aventurero y echaba mano al fusil de un soldado con susto de su mamá.

Luego fue cambiando, por influencia de doña Cristi, la maestra, se ponía siempre en defensa de los más débiles y de parte de las niñas que en aquella escuela con 6 años ya empezaban a ser feministas, a jugar a la pelota contra los niños (y a ganarles)…



Y ya recuerdan cuando, al llegar a los 15 años en el instituto asustaba a los compañeros porque tenía ideas más avanzadas que muchos. Encontró la comprensión de profesores que no solo enseñaban lecciones de memoria sino también a pensar y a conocer el mundo en que vivían. Willy tenía gran capacidad de asombro ante lo que encontraba en torno suyo…

Precisamente estábamos hablando de su encuentro en esa aldea por los montes de Guatemala, y de la vida y religión en aquellas casas de madera con suelo de tierra y vida humilde.


Después de terminar la misa, con cantos en marimba (con vos sos el Dios de los pobres…) mientras tomaban otro tazón de caldo con pata de pollo, Willy empezó a soltar al P. Eulogio un montón de preguntas que le bailaban en la cabeza.



-         “Padre, me gustó esa canción que cantaron al principio, pero me extrañó. ¿Porqué dicen que dios es de los pobres?; si yo veo en la capital que muchas iglesias tienen más gente con dinero y son quienes dan limosna para el templo y los padres,…?

-         -“Tienes razón-respondió el sacerdote-pero es que nosotros pensamos no en ese Dios de catedrales, sino en el Dios de Jesús que era un campesino de un pueblo pequeño, Nazaret, y su mamá una mujer que seguramente no sabía ni leer como la mayor parte de las mujeres de su tiempo, aunque ahora visten a la imagen de la Virgen con ropa lujosa y coronas de oro”.

-          “¿Y siempre ha sido así?

-         -“No, los primeros cristianos eran gente humilde la mayor parte. También había gente más rica que daban su dinero a los necesitados. Lo ponían todo en común …Eso lo cuenta un libro de la biblia que se llama los hechos de los apóstoles.

-         “Pero es que en el instituto donde yo voy no tenemos clase de religión…Además hay gente que son de otras religiones, hasta hay dos chinos…”

Entonces habló Carmen, la catequista:” Pero para eso está la parroquia, hemos aprendido la biblia, sobre todo el evangelio, y cómo explicarlo bien…y una pregunta padre.

¿

Usted es de una congregación que se llama me han dicho?...

Completó el padre Eulogio la pregunta:” nuestra congregación se llama <hermanos de Santa María pobre, H.S.M.P.>…pero no te creas, que seamos tan pobres también a veces fallamos y nos subimos a las ramas”.




Se rió Willy. “¿Cómo Tarzán de los monos?”

Ahí terminó la conversación con risas y comentarios mitad serios, mitad en broma, pero recogieron sus mochilas porque vieron que aun les quedaba otra aldea más arriba y había que trepar como Tarzán. Ya estaba sembrada la inquietud en el corazón y la cabeza de Willy. En el próximo capítulo se lo contamos.

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Martín Valmaseda

Dibujos: Karla y Andrea Aguilar

CAPÍTULO 23

MIRA AL FUTURO



Mientras  subían a la aldea de más arriba,  siempre más arriba,  Willy  se puso a  caminar  junto al  P. Eulogio;  los  demás  acompañantes iban  más  rápido.  El  muchacho  siguió  dando  vueltas  al  tema  que le traía  inquieto.

-         “Padre Eulogio,  es  que  estoy  preocupado  con esas cosas  de la  religión. Mis  papás  no  van  mucho  a misas  y  ceremonias  de iglesia,  pero  yo  veo  que  ayudan  a  la gente  más  que  otros    muy  metidos  en  el  templo

-         “No me  extraña – respondió  el  sacerdote -  estamos  en  momentos  de crisis,  en  que  ni  son todos los  que están  ni  están  todos  los  que  son.”

-         “No entiendo  lo que me quiere decir”

-         - “que  muchas veces hay  religión  de ceremonias pero  no  hay  espíritu.  Se  hacen  las cosas  por  cumplir y  ya sabes:  cumplimiento…   cumplo y miento”

-         - “Y  ¿ustedes también los  padres?…”

-         “Nosotros  queremos  formar  comunidades... poner  las  cosas en     común,” preocuparnos de la  gente  que lo pasa peor”

-         “Pues  a mí  me  gustaría  estar  en  una comunidad  como  esas, pero  ¿sabe?  Es  que  también  me    gusta  esa   Telmita,  la  compañera  queq´chi`  que  nos  ha traído  aquí.  Y ustedes solo tienen  comunidades  de  hombres solteros.

-         Ah, pero también hay  comunidades  de  laicos,    de matrimonios  que  se comprometen siguiendo   a  Jesús pero con familia, con hijos…con distintas profesiones… Lo importante como  te  dije ,  es seguir  la vida de Jesús  que  es quien  a  nosotros  nos  inspira.”

-         “Le  prometo  que voy a leer entero ese   libro  que  me  ha  prestado.”

-         “Si lo vas a leer  de  verdad  te lo regalo”

Siguieron subiendo y platicando  hasta la  siguiente   aldea… Allí  se fue  haciendo  de noche    cuando   tuvieron las  siguientes  celebraciones… Pero Willy  estaba tan  interesado  por la  conversación  que se quedó   fuera  del pequeño templo  de madera,    bajo  un árbol , leyendo el librito  de los evangelios  regalo del P. Eulogio. 

Cuando,  después  de  cenar la última pata de pollo  del  día,  se fueron a dormir  sobre cobijas  en el suelo, todavía  Willy  siguió leyendo cosas  de  ese tal Jesús  que le empezaba a convencer y entusiasmar.

A la mañana, antes de salir el  sol,   la pequeña  expedición  empezó a descender después de  desayunar: después de desayunar… Pues no   señores, no  fue  la patita  de pollo   sino  un  pescado  de la laguna  cercana…

Bajaron  recogiendo  en el pueblo de abajo,  a  los  estudiantes,  antes  de llegar   a la  llamada “carretera”  de terracería  y  baches  y  esperar hora y media a que  pasase  una camioneta bien cargada de  cardamomo.  Se sentaron  sobre los sacos, apoyados  en las barandas de  madera. 

Esta  vez  Willy  se  quedó  en una esquina, platicando  con Telma  una  conversación, por  lo  que  se veía  animada. Al bajar en  Cobán, para  ir al  bus  de la  “Monja  Blanca” a la  capital,  si  ustedes  hubieran  estado  atentos  habrían escuchado a Willy  decir con  voz  resignada: “bueno,  pues amigos  fuertes”

Qué  querrá eso decir?  Tendremos que  esperar   a otro  capítulo,  la cosa  se está  poniendo compleja.  


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Martín Valmaseda

Dibujos: Karla y Andrea Aguilar

CAPÍTULO 24

EL  FUTURO EN  EQUIPO




Aquel  niño   de 6  años,  había pasado  ya a los  15,  había  cambiado de la escuela al  instituto,  había  empezado a conocer Guatemala real,  que no  era  sólo la capital ni las ciudades, sino los bosques, los campos, las aldeas  con su gente  “nativa”, “indígena”,     aproximadamente la mitad  de los  habitantes  de  aquel país. El espíritu  inquieto  de   Willy  le  ayudaba a descubrir esa Guatemala   y  los problemas  que hervían  por  dentro  del   país:  la pobreza y el hambre de mucha gente, la falta  de  escuelas  de niños  y jóvenes  que no tenían los centros  y profesores  que él  había  encontrado.  El  choque  con aquella Vilma, hija de  político,  junto al encuentro con Telma,  la  campesina  estudiante  la hicieron  ver como los dos  extremos del país.

 

Terminamos el capítulo pasado con la conversación de Willy y Telma que terminó  cuando dijo  Willy:”Bueno pues amigos fuertes”.

 

Seguramente se  lo habrán imaginado ustedes. Es que Willy  le  estaba proponiendo a Telma  que si  quería ser  su  novia   y  Telma  le dio, un poco  colorada: “hombre  Willy  yo te conozco poco,  me  caes  bien  pero  yo  conozco  entre  mis amigas   varias a quienes han engañado… Aún tenemos tiempo para irlo pensando.  Además yo  colaboro en grupos, donde nos juntamos  para  analizar nuestra vida  y  lo  que sucede en el país…

 

-     ¡Anda!- saltó  Willy -  eso  andaba  yo buscando.  Me ha convencido lo  que hablé  hoy  con  el  P.  Eulogio, y lo que  he visto en  las aldeas que hemos recorrido. Podría  yo entrar en  esos  grupos?


Pero no  porque estoy  yo…  estos grupos se llaman  comunidades de base

 -         ¿De base?

 -         Si, que no son  de altura,  que no hay uno  que manda y los  demás solo obedecen.   El P. Eulogio nos da ideas, nos  habla de Jesús.  Pero de un Jesús de verdad,   no  de  ese  que a veces  se ve en  las iglesias  con túnicas y corona…

 

Willy, sentía  como  que  caía de las nubes a una vida distinta  de  la que le  habían  enseñado cuando hizo la primera comunión.  Tenía  mal  recuerdo  de unas catequistas que  les hablaban  del pecado y del demonio más que de Jesús  amigo…

 

Ya  llegaron a Cobán.  Telma le  dijo.  Bueno  Willy  dime tu teléfono.   Si  quieres  seremos amigos  fuertes  pero  nada más… y nos  encontraremos   en nuestra comunidad de  base. Cada  dos semanas… nos juntamos en  nuestras  casas.

 

-         Bueno, pues amigos fuertes dijo  Willy. Y  así termina  este capítulo, igual  que el anterior,  pero  ya  saben  lo  que  va  pasando  en  ese  grupo  de patojos, los  que además de ir  a  clase del instituto  mostraron mayor inquietud  subiendo a los montes  de  esas tierra  olvidadas pero inolvidables de Guatemala



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Martín Valmaseda

Dibujos: Karla y Andrea Aguilar

CAPÍTULO 25

DESCUBRIMIENTOS DE WILLY




Ya ven cómo nuestro amigo Willy iba cambiando muchos aspectos de su vida. Podemos decir que era un caminante hacia el horizonte. Es que, aunque no se lo imaginen, hay personas, también jóvenes, que caminan hacia atrás. Hacia las costumbres y la vida que aprendieron de pequeños, sin pensar que tenemos en la vida gente que nos ayuda a tomar conciencia del futuro.

Personas que viven hoy o personajes de la historia pasada que son luces para el futuro, como Jesús, su palabra, su vida… (hay otros: Ghandy, Buda, San Juan de la Cruz… Lo malo es cuando la historia que se estudia en la escuela, son sólo guerreros, políticos, manipuladores del pueblo (¿y el pueblo no cuenta? Willy se iba dando cuenta de que entre gente humilde campesinos, obreros, o más cultos como los maestros que tuvo la suerte de encontrar, tenía personas con el horizonte claro y que no andaban aislados en la vida.


Telma, aquella campesina queqchí y el P. Eulogio, le abrieron Las puertas a la comunidad. Precisamente el primer día que hubo esa reunión de lo que llamaban CEB (comunidad de base).  Como no sabía Willy donde era la reunión quedó en una esquina ir junto con Telma. En el camino Willy preguntón quería saber más sobre las comunidades esas, y si tenía eso que ver con la comunión que el hizo de pequeño. Telma le dijo: “Yo no creo en lo que llaman primera comunión aunque yo también la hice” Willy puso cara de interrogante(¿?)



-Yo creo en la comunión- siguió la muchacha- estar unidos las personas, formando comunidades que se unan también con otras comunidades y que todo el mundo sea una comunidad de comunidades…

Aquí saltó Willy: “Pero yo conozco grupos que están muy unidos entre ellos… pero que chocan con los demás…”

- “Eso no son comunidades, son sectas, grupos que van a lo suyo contra los que no        son ellos…”

- ¿Cómo los partidos políticos?

- Como esos cuando lo que buscan es el tener el poder a costa de lo que sea:               sobornos, mentiras..

Lo dice la palabra: están partidos, pero no comparten ni reparten, todo para ellos.”

- “Pero esa comunidad que dices es un sueño”

- “Claro, hay que empezar soñando y luego ver cómo se puede hacer realidad”

- Willy escuchaba y no sabía que decir… Ese sueño le parecía que tenía un  despertar muy lejano.

- “Claro que es lejano – seguía Telma - y algunos cuando quieren correr mucho y  hacerlo violentamente, pues lo parten. Hacen partidos … y los que quieren todo para ellos hacen otro partidos y se arma el enfrentamiento”

- “O sea que sí hay que hacer partidos?”

- “Sí pero partidos que no partan la sociedad… que no peleen sino que eduquen de buenas maneras a las personas”

- “Muchacha con todo esto me da vueltas la cabeza.”

- “Pues ya estamos llegando a casa de Mercedes que es donde tenemos hoy la reunión.”

- Con el diálogo no se había dado cuenta Willy que donde llegaban era una barranca de las afueras de Guatemala, llena de casitas pequeñas, algunas puras champas. Iban a descender por un camino enlodado. Willy se detuvo. “ ¿Por aquí?”



- Pues nosotros nos detenemos también y esperamos al próximo capítulo para escucharla respuesta de Telma y lo que encontraron por “aquí”.