Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

8 de enero de 2016

Lo que va de ayer a hoy; Las tres patas pa´un banco



Lo que va de ayer a hoy
Historias bíblicas  de ayer que se repiten hoy
Las  tres  patas  pa´un banco

No  se trata de un banco para  guardar dinero (esos no tienen patas sino garras).
No, sino de un banquito con patas de madera. Ese puede tener cuatro patas o tres como mínimo. Dos sería ya cuestión de equilibristas. Nosotros, caminantes por esa vida tan ajetreada, tenemos necesidad de sentarnos cuando llegamos al fin de una  etapa.  Cuando se nos terminan las etapas no nos sentamos, nos tumbamos. Como decía  un amigo: por algo se llaman tumbas donde nos quedamos  tumbados.

Pues las personas  para sentarnos, si no lo hacemos en el suelo, necesitamos por lo menos tres patas. Para sentarnos y para asentar nuestra mente.



ayer:
Estos artículos que hablan siempre del ayer y  del hoy en nuestra  historia,  tienen ahora   un ayer  muy breve, de sólo  algunos  millones de años,  cuando los animales, que empezaban a ser  personas, se sentaban en el suelo o en los árboles.  Pero cuando ya  usaron la habilidad de  construir  objetos, algunos de los primeros que fabricaron fueron   las sillas y bancos.  No sólo para descansar sino  también para    asentar  pensamientos,  para avanzar en su vida como  seres humanos.
…¿A dónde ira éste a parar? – seguro que están pensando ustedes.
Pues paciencia,  ya vamos llegando al
...

HOY:
La gente hoy no avanza por la vida solamente en busca de  asentamientos donde quedarse,  sino que avanza iluminando sus pensamientos, dialogando unos con otros  e iluminando su  conciencia  para  darse cuenta dónde  están.   Pero resulta que,  para  que nuestros pensamientos estén bien asentados,  necesitamos apoyar nuestra reflexión en un banquito simbólico con  tres patas.  Vamos a  examinarlas:

                                          
1.- Nosotros seres  inteligentes,- según parece -  necesitamos abrir nuestros sentidos a la  realidad y reflexionar sobre lo que vemos oímos y vivimos: lo que sucede.  Por  eso,  La primera pata de nuestro banco mental es EL CONOCIMIENTO.

2.- Nosotros- seres comunicativos – según parce - necesitamos reunirnos de vez en cuando, no solo para conocer   sino para intercambiar   sentimientos,  símbolos que comuniquen alegría o dolor   por los sucesos  de nuestra existencia. Así celebramos fiestas o funerales, expresiones de amor,   de  amistad, de recuerdos del pasado,  de ilusión por el futuro… cantamos,   levantamos símbolos, imágenes, marchamos juntos con estandartes…  Por  eso  la segunda pata de nuestro banco mental es  LA CELEBRACIÓN.

  Pero no podemos  quedarnos en  conocer  y en celebrar situaciones de la vida. Nos falta una tercera pata en nuestro banquito mental para  asentar  firmemente nuestra existencia.   

3.- Nosotros  seres activos y creativos- según  parece  - con fuerzas físicas y mentales, necesitamos enfrentarnos con el mundo en que vivimos, usar nuestras fuerzas  y nuestro espíritu para ir     haciendo mejor la sociedad  y nuestra  vida.  La tercera pata donde  nos asentamos es LA ACCIÓN.

Así pues  CONOCIMIENTO, CELEBRACIÓN Y ACCIÓN  son los tres apoyos   que necesitamos para  vivir como  seres  reflexivos.
Ahora nos ponemos  como carpinteros chapuceros y nos preguntamos: “¿Qué sucede si construimos  un banquito  pero se nos va la mano y hacemos una pata más larga que las demás? 2.

Lo que ustedes están pensando: que posiblemente quien se siente  en  él  descuidado se dé una buena costalada.

Pues aquí tenemos lo que sucede en muchas de nuestras sociedades: Que demasiadas veces perdemos el equilibrio.

Puede suceder, por ejemplo,  que algunos  grupos sean muy intelectuales, personas que leen y observan mucho la realidad, su conocimiento científico es muy grande pero  su relación  en el grupo  o su  acción social es muy corta. Entonces sus  conocimientos no son eficaces. No les sirven para nada porque ellos no hacen nada.

Cada uno de nosotros, por herencia o por educación  destacamos más   muchas veces tener al lado  personas que nos complementen.
en algún aspecto de nuestra vida, pero necesitamos.

Sucede  no  sólo en cada persona sino en los grupos humanos. 

Si se trata – por  ejemplo – de una  asociación de astrónomos no tenemos por qué  pedirles que sean muy activos e inteligentes  en economía, aunque necesitarán tener con ellos  alguien  que, cuando la asociación tiene problemas financieros,  no se quede mirando a las estrellas. Que les ayude.

Vamos a dar un paso  en otra dirección.   Nos  acercamos a asociaciones que no  se dedican a la astronomía.

Nos vamos a fijar en asociaciones religiosas que tratan de vivir   alguna espiritualidad: Pensemos qué sucede si una  de estas comunidades  intenta asentar  su fe sobre un  banquito cojo.

No hablo de que las bancas del templo necesiten reparación. Estoy preguntando  si   se  asienta  el espíritu de esa  comunidad, congregación, iglesia…    sobre un  simbólico banquito cojo del que hablábamos.

Imagínense:
  Una comunidad creyente bien equilibrada será la que: 

1.- Tiene firmes el CONOCIMIENTO Y LA CONCIENCIA, profundizándolos  con el estudio y la oración personal,   informados en  el mensaje de su fundador,  en sus libros sagrados, en las normas morales y la historia  de sus grandes hombres, sus santos…
2.-  También  sus miembros  se reúnen    en CELEBRACIONES, en  ceremonias,  actos religiosos, procesiones, ritos, sacramentos,  cantos y  oraciones  colectivas, la construcción y el cuidado de sus templos…
3.- Y todo eso que  conoce y celebra, lo convierte después en ACCION,  en obras de justicia, caridad, defensa de los derechos humanos  y de los pobres,  respeto a todas  las personas  tengan la religión que tengan  y  amor a la naturaleza…

¿Me siguen?  Pues yo me pregunto  cuál de estas tres  “patas” de las asociaciones religiosas se les suele quedar muy corta o muy larga y  tienen  una religión  desequilibrada.

Me parece,  por los ambientes que he conocido, que  muchas veces  esos grupos    presentan unos aspectos de su religión mucho más desarrollados   que otros.  De este modo  tenemos una religión coja  y  nos caemos por un lado o por  otro. 

Esto puede suceder en cualquiera de las religiones que existen en el mundo. Ahora me voy a  limitar a   la iglesia católica (pero si usted pertenece a otra  religión puede aplicarlo a la suya)

1.- Pienso que de las tres “patas” de  una asociación religiosa, la más “larga” suele ser la de las CELEBRACIONES.   


 Muchos de los fieles que conozco  se preocupan sobre todo de  las ceremonias  religiosas: misas,  rosarios, adoraciones al santísimo, cuidado de los templos, actividades en torno a la parroquia…¡todo eso les parece lo más importante de su religión!

2.-Le sigue en  interés  el conocimiento de la enseñanza religiosa; pero un conocimiento muchas veces retrasado y limitado.  Muchos aprendieron  el catecismo de la infancia en su primera comunión.  Tal vez  algunos leen la biblia, sin meditarla mucho y sin fijarse  en lo esencial para un seguidor de Jesús: el evangelio.
Ponen menos interés en las enseñanzas de la Iglesia  que van aclarándose con los años. No  saben  en la actualidad que hubo un concilio importante  para iluminar   las conciencias  de quienes se enteraron. No conocen apenas    los documentos del Papa Francisco.    A mucha  gente religiosa   todo eso les pasa un poco por encima y lo que es peor, les falla el punto 3.

3.-  Les cuesta  trabajo  convertir en ACCION todo eso que   conoce o   debe conoce  un creyente.  Para ellos es un paso más difícil de dar. La acción  es la pata cortita de  su banquita.  El actuar  según el evangelio en la caridad, la justicia, la defensa del prójimo, de sus derechos humanos, la protección de la naturaleza, la lucha contra el hambre y la desnutrición, el procurar la mejora  de la educación y la sanidad, la lucha contra la corrupción, el conseguir dirigentes justos  y capaces…Todo  eso muchos lo llaman política, y también lo es, pero   dejan que quien se ocupen de ella sean  otros: muchas veces los que se aprovechan del pueblo para su propia ventaja, los “hijos de las tinieblas” -como dice el evangelio- son más astutos que los  “hijos de la luz”.  Son los que actúan a su aire.


Como única acción,  alguna gente piadosa  se ocupa de dar alguna limosna de vez en cuando, (lo que no está mal si no se quedasen sólo en eso),   o  se preocupan  de realizar   muchas “actividades” que no tiene nada que ver con las acciones eficaces por el  bien del  prójimo.

Déjenme que les explique la diferencia entre  ACTIVIDADES y ACCIÓN.

ACTIVIDADES son aquellas iniciativas con mucho movimiento y ruido, atractivas muchas veces, pero que, si las analizamos,  vemos que no sirven mucho   para    cambiar la vida  de  este mundo  hacia el mundo nuevo: el REINO DE DIOS  que Jesús predicaba. 

ACCIÓN: es lo  que una comunidad se plantea con el clásico esquema: VER (analizar lo que hoy y aquí está  sucediendo) JUZGAR (pensar si eso que sucede está de acuerdo con la palabra y la vida de Jesús) y ACTUAR  (plantearse lo que  nosotros  podemos hacer para  ser  eficaces  y cambiar la realidad según el evangelio. Todo eso  planteárselo para actuar en consecuencia)

¿Se dan cuenta pues  de la diferencia entre actividades  y acción?

***   ***   ***
Pienso que en toda asociación religiosa sus miembros deberían analizar cómo asientan  su fe: Si  tienen la banqueta desequilibrada. Si dan más importancia a temas secundarios; se mueven mucho pero no realizan acciones eficaces.

Pensemos que si algún “desequilibrio” debe haber en el banquito de las 3 patas, si debe ser alguna de ellas mayor, es el  mismo desequilibrio que propuso  Jesús bien claro.  Nos  lo cuenta San Mateo  (en el capítulo 25,30…) cuando dijo: 

“Vengan benditos de mi  padre porque tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed…”. etc.  

Y allí no se acordó Jesús  de preguntarles  si fueron a misa  todos los días  ni si organizaron muchas procesiones o pusieron muchos santos en el templo. 

La “pata” de la ACCIÓN al servicio de la gente  que más lo necesita, es la que, si no es más larga, sí debe ser más gruesa y más fuerte.
  Un tal Karl Marx dijo  una frase que nos asusta: “La religión es el opio de pueblo”.  Nos asusta, pero el susto nos debe despertar.  La religión a mucha gente  les deja dormidos porque, encerrados en el templo, no se asoman a lo que dice el Concilio Vaticano II:

Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón. La comunidad cristiana está integrada por hombres que, reunidos en Cristo, son guiados por el Espíritu Santo en su peregrinar hacia el reino del Padre y han recibido la buena nueva de la salvación para comunicarla a todos. La Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del género humano y de su historia. (Documento Gaudium et Spes)

Pues ya ven.  Ustedes, nosotros, que intentamos vivir una vida buena - seamos creyentes en alguna religión  o no, - podríamos procurar revisar las tres patas donde  apoyamos nuestra vida. Y si se nos va la mano en alguna de ellas que sea la de:    Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren,..