Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

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31 de octubre de 2016

La caza de ballenas


Japón lleva 30 años masacrando a miles de hermosas ballenas a pesar de que está prohibida su caza a nivel mundial, pero finalmente podemos ponerle freno.


Mientras lees este correo, Australia está liderando una coalición en una cumbre mundial histórica sobre ballenas para contribuir a cerrar un disparatado vacío legal que permite que Japón siga con su caza, alegando que lo hace con “fines científicos”.

El resultado podría decidirse por uno o dos votos pero, si conseguimos que esta campaña se haga enorme en unos cuantos países clave y entregamos 1 millón de firmas ante sus delegaciones justo antes de la votación -- para la que faltan solo unas horas -- ¡podemos poner fin a esta carnicería de una vez por todas!


La situación se ha vuelto tan disparatada que Japón ha matado recientemente a 200 ballenas embarazadas, ¡y acaban de descubrir que una página web japonesa vendía carne de ballena a terceros de forma ilegal!


La prohibición actual sobre la caza comercial permitió a Japón matar a un pequeño número de ballenas cada año para fines científicos. Pero esto se ha convertido en realidad en un colosal vacío legal que los balleneros japoneses aprovechan cada año para lanzarse con sus barcos a la mar.

Hasta una corte internacional ha sentenciado que no hay nada de científico en la caza de ballenas por parte de Japón y que esta es completamente ilegal. Ahora, la Comisión Ballenera Internacional tiene todos los argumentos que necesita para frenarlos, y Brasil está proponiendo la creación de un santuario de ballenas que las permita recuperarse y reproducirse. Los gobiernos se encuentran en negociaciones en estos momentos -- salvemos a las ballenas:

Nuestra comunidad cuenta con un largo y sobresaliente historial en la protección de nuestros océanos y de la imponente vida marina que albergan. Hemos aparecido justo antes de los momentos críticos y canalizado nuestro poder ciudadano hasta darle un giro radical y permanente a la situación. ¡Hagámoslo de nuevo!