Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

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27 de septiembre de 2018

Frente a frente: 2 – ¿ERA MARÍA MAGDALENA UNA PROSTITUTA?

SAN PABLO Y MARÍA MAGDALENA…¡FRENTE A FRENTE!

San Pablo, fariseo hijo de fariseos, no conoció a Jesús. Nunca lo oyó hablar, no sabía nada de él.
María Magdalena, la que sí conoció a Jesús, su compañera, la verdadera fundadora del cristianismo, desprestigiada por una tradición machista.
Son 21 capítulos de debates imaginarios entre Pablo y María Magdalena, cada cual más candente que el otro. Los autores son José Ignacio y María López Vigil, los mismos de UN TAL JESÚS y OTRO DIOS ES POSIBLE.
Hoy les presentamos:

2 – ¿ERA MARÍA MAGDALENA UNA PROSTITUTA?


La actriz Rooney Mara en la película de 2017
“María Magdalena”, dirigida por Garth Davis.


PERIODISTA Amigas y amigos de Emisoras Latinas, las modernas tecnologías lo pueden todo. O casi todo. Y gracias a ellas, hemos logrado tener en nuestros estudios a dos figuras próximas, muy próximas, a Jesucristo. Se trata, como ya saben, del apóstol Pablo. Bienvenido, nuevamente, San Pablo…

PABLO Y nuevamente mi agradecimiento y las alabanzas a Cristo el Señor.

PERIODISTA Y bienvenida también, María Magdalena, que esta vez llegó puntual a nuestros estudios.

MARÍA Todah, señor periodista, todah.

PERIODISTA ¿Disculpe…?

MARÍA Todah es… “gracias” en arameo, la lengua de mi pueblo. Todah rabah.


PERIODISTA Pues comencemos. En el anterior programa, les preguntaba si ustedes dos, apóstol Pablo y María Magdalena, se conocían antes. Usted, María, nos explicó que sí lo había conocido en circunstancias trágicas, cuando mataron a pedradas al joven Esteban, a las afueras de Jerusalén.

MARÍA Sí, yo estaba allí… y vi aquel atropello.

PERIODISTA Y usted, Pablo, ¿conoció entonces a María Magdalena?

PABLO Como le dije, después de ese infeliz incidente, yo viajé al norte. Camino a Damasco, me convertí a la nueva fe.

PERIODISTA Y después, ¿se encontraría alguna vez con María Magdalena?

PABLO No, porque yo viajé a Arabia, a predicar.

PERIODISTA Y usted, María, ¿lo volvió a ver en alguna otra ocasión?

MARÍA Cómo no. Cuando don Pablo vino a Jerusalén algunos años después. Me acuerdo muy bien de usted. Ya estaba con la barba medio rala y con poco pelo.

PERIODISTA ¿Y usted, Pablo?

PABLO Pues, siendo sincero, no recuerdo el rostro de esta mujer.

MARÍA ¿Y cómo se va a acordar si usted vino solo a hablar con Santiago, con Pedro y con Juan?

PABLO Hablé con ellos, sí. Ellos tres eran reconocidos como las columnas de la iglesia.

MARÍA ¿Las columnas?… ¿Y por qué no habló con Marta y María, las de Betania? ¿Y con Juana, la de Cusa, y con María, la de Cleofás, que estuvo al pie de la cruz? Ni con María le interesó hablar.

PERIODISTA ¿Cuál María? Porque hay muchas Marías en esta historia…

MARÍA La madre de Jesús. Ella vivía conmigo.

PABLO ¿Y para qué tendría que hablar con ella, dígame?

MARÍA ¿Cómo que para qué? ¿Usted no predicaba a Jesús? Pues ella fue la que lo trajo a este mundo. Nadie lo conoció mejor que ella.

PERIODISTA Antes de continuar este diálogo, algunos datos más personales. Usted, Pablo… ¿nació en…?

PABLO En Tarso. Mis padres fueron emigrantes… Había allá una comunidad judía.

PERIODISTA Eso queda en la actual Turquía. ¿Es correcto?

PABLO Antes esa provincia romana se llamaba Cilicia. Allí nací.

PERIODISTA Hábleme de su familia.

PABLO Mi familia era judía, de la tribu de Benjamín.

PERIODISTA ¿Una familia acomodada?

PABLO Digamos que sí. Mi padre era ciudadano romano y eso nos daba algunos privilegios. Yo también era ciudadano romano.

MARÍA ¿Romano, don Pablo…? Ésa sí que no me la sabía…

PABLO Sí, y eso me permitió viajar por todas las provincias del imperio, predicando a Cristo el Señor, sin pedir salvoconductos.

MARÍA Pues a nosotros en Galilea los romanos no nos dejaban asomar ni la nariz por la frontera…

PERIODISTA Y dígame, Pablo, ¿su familia era piadosa?

PABLO Mucho, mucho. Una familia muy ligada a las tradiciones y observancias judías. Yo fui circuncidado al octavo día, como manda la Ley. He vivido como fariseo en la secta más rigurosa de nuestra religión.

MARÍA Humm… fariseo también…

PABLO Fariseo hijo de fariseos. ¿Le molesta?

MARÍA A mí no. Pero fueron los de su gavilla los peores enemigos que tuvo Jesús. Le hicieron la vida imposible.

PERIODISTA ¿Por qué habla de “gavilla”, María Magdalena?

MARÍA Porque eso eran. Jesús los llamó hipócritas, raza de víboras, guías ciegos que cuelan el mosquito y se tragan el camello, sepulcros blanqueados…

PABLO Basta, no acepto esos insultos.

PERIODISTA Ahora vamos con usted, María Magdalena. Magdalena viene de Magdala. ¿Usted nació allí?

MARÍA Sí, señor. Magdala queda a una jornada de camino de Nazaret, de donde era Jesús.

PERIODISTA He leído que Magdala era una ciudad con bastante movimiento, la ciudad más poblada de Galilea en aquel tiempo… Muchos comerciantes, muchos marineros… Ahí fue que usted instaló, digamos, su negocio…

MARÍA Sí, yo puse un puesto de venta de pescado seco.

PERIODISTA – ¿Pescado seco…?

MARÍA Bueno, a veces también lo vendía fresco, recién sacado del lago… Pero en Magdala lo que más salía era el pescado seco. Le sacábamos las tripas, luego la salazón…

PERIODISTA Pero… pero sabemos que usted fue… que usted…

PABLO Dígalo sin tantos peros, señor periodista. Aunque yo no la conocí, sí supe de su mala fama… Usted tuvo muy mala fama, María Magdalena. Fama de ramera.

MARÍA ¿Ramera yo? ¿Y de dónde sacó eso, don Pablo?

PABLO Bueno, en la primera comunidad hablaban muchas cosas de usted…

MARÍA ¿Y de dónde venía ese chismorreo, don Pablo? De los hombres que querían controlar el movimiento de Jesús, que no soportaban que las mujeres estuviéramos al frente.

PERIODISTA Tenemos una llamada… ¿Aló?

HOMBRE ¿Cómo esa mujer puede decir que no fue lo que fue? El evangelio habla de la pecadora que lloró copiosamente sus pecados de lujuria y ungió los pies de Jesús con un frasco de alabastro lleno de perfume. Por eso, hasta hoy decimos “llora como una magdalena”.

PERIODISTA Pues a esa mujer la tenemos en nuestros estudios centrales, pero no llorando, sino sonriendo. ¿Algún comentario, María Magdalena?

MARÍA Me río porque ese hombre sin rostro que habla se ha equivocado de mujer. La que lloró y echó perfume era una vecina de Cafarnaúm que se llamaba Timotea. Yo la conocí bien.

PERIODISTA Y Magaly, nuestra productora, nos confirma que, en efecto, en el texto del evangelio de Lucas, capítulo 7, no se dice el nombre de la mujer que ungió con perfume los pies de Jesús.

MARÍA No se dice, pero ese hombre me lo endilga a mí.

PERIODISTA Dice Magaly que en otro capítulo de ese evangelio, Lucas dice claramente que Jesús le sacó a usted siete demonios.

MARÍA ¡De vuelta con Lucas! Y ese Lucas, que era médico, ¿no sabía que en mi país se le llamaba demonios a las enfermedades raras? Yo estuve enferma, sí. Y Jesús me sanó, sí. Pero la enfermedad no es un pecado, que yo sepa.

PABLO En eso dices bien, mujer, porque yo también tuve un aguijón en mi carne…

PERIODISTA De eso hablaremos en otro momento. Si la entiendo bien, ¿usted afirma que no fue, como decimos hoy, trabajadora sexual?

MARÍA ¿Trabaja qué? La prostitución era una esclavitud, una desgracia. Las mujeres que tenían que hacer eso eran las más pobres, las repudiadas por sus maridos. Los fariseos volteaban la cara para ni mirarlas.

PERIODISTA Perdone que insista porque son siglos de tradición y la audiencia tal vez piensa otra cosa… Entonces, ¿usted no fue…?

MARÍA No, no lo fui. Pero, y si lo hubiera sido, ¿qué?

PABLO ¿Cómo que y qué? La prostitución es un pecado gravísimo. Y lleva a la perdición.

MARÍA Claro que sí, pero el pecado no lo cometían las rameras, sino los hipócritas que iban de día a la sinagoga a rezar y de noche a la calle de los jazmines.

PABLO Dios se tapa el rostro ante las prostitutas.

MARÍA Será su dios, don Pablo, porque el mío dice otra cosa.

PABLO ¿El suyo? ¿Y qué dice el suyo?

PERIODISTA ¿Podría aclararnos…?

MARÍA Que las prostitutas, por ser las últimas, las más humilladas, serán las primeras en el Reino de Dios.

PABLO ¿Quién dijo eso, mujer?

MARÍA Jesús. Y dijo más. Dijo que las prostitutas entrarán primero que los sacerdotes y que los fariseos en el Reino de Dios.

PABLO No creo que Cristo el Señor haya dicho algo semejante.

MARÍA Pues créalo. ¿Y cómo iba a saberlo usted si nunca lo oyó hablar, don Pablo, si usted no lo conoció?

PERIODISTA Magaly, confírmame esa frase, rápido, por favor…

MAGALY Sí, Juan Luis. Está en el evangelio de Mateo, capítulo 21, versículo 31.

PERIODISTA Tenemos una llamada… Como saben, Emisoras Latinas quiere propiciar estos debates con la participación de la audiencia. ¿Su nombre y desde dónde nos llama?

CASTILLO Buenas. Soy José María Castillo, teólogo. Y llamo desde Granada, España.

PERIODISTA Bienvenido a nuestro programa, José María. Lo escuchamos con máximo interés porque entiendo que usted es experto en San Pablo.

PABLO ¿Experto en mí?

CASTILLO En usted y en su teología. Porque el problema empezó con usted, Pablo. Y el problema es grave. Muy grave.

PABLO ¿Qué problema empezó conmigo, si puede saberse?

CASTILLO Lo que decía antes María Magdalena. Que usted habló, predicó, escribió sobre Jesús de Nazaret… sin tener en cuenta para nada la historia y el ejemplo de vida de Jesús. Hay que decirlo sin miedo: los pilares de la teología cristiana los edificó usted prescindiendo de la humanidad de Jesús.

PABLO Camino a Damasco yo tuve una revelación. Yo vi a Cristo, el Señor.

CASTILLO Pero no supo nada de Jesús. Del Jesús real, del que nació en Nazaret y fue asesinado en Jerusalén. En sus escritos desaparecen las aldeas y el lago de Galilea, desaparece el Templo y los sacerdotes… No hay fariseos ni adversarios, ni Herodes ni Pilato. En sus cartas, Jesús carece de “biografía”.

PABLO Ya lo dije y lo repito. No me interesó conocer a Jesús según la carne, sino a Cristo, según el espíritu.

PERIODISTA Tal vez ahí está el problema mayor, apóstol Pablo. Que usted se inventó un personaje que nunca existió.

CASTILLO Y lo más preocupante es que la iglesia hasta el día de hoy ha sido más fiel a usted, Pablo, que a Jesús.

PABLO ¡Usted no es teólogo ni usted es periodista! Ustedes son embusteros, adversarios de Cristo, emisarios de Satanás, como los que conocí en Corinto. Me retiraré de este lugar. ¡Me levanto y me voy!

PERIODISTA No, apóstol Pablo, ¿cómo se va a retirar así? Si usted se va ahora, la audiencia pensará que el teólogo José María Castillo tiene la razón. En todo caso, el tiempo se nos acaba. Esperamos seguir contando con usted en próximos programas. Y ya para concluir el tema que despertó tanta polémica… Usted, María Magdalena… ¿ni prostituta ni siete demonios?

MARÍA No, señor periodista. Vendedora de pescado en el mercado de Magdala. Esa fui yo antes de conocer a Jesús.

PERIODISTA Emisoras Latinas llega así al final de su transmisión. Les recordamos que estamos en las redes sociales. Y en la web donde nos pueden escuchar: www.emisoraslatinas.net Y recuerden: quien tiene preguntas, piensa; quien sólo tiene respuestas, obedece. Estuvo con ustedes, Juan Luis.

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