Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

9 de enero de 2020

LA DIMENSION POLITICA

LA DIMENSION POLITICA DE LA NAVIDAD

Parece un atrevimiento o una contradicción hablar de la dimensión política de la Navidad en medio de la ligereza de la navidad consumista, y en medio de la alegría inocente de las Niñas y Niños. Ahora predominan las fiestas- muchas veces con bastante guaro- el corre corre apresurado para comprar las ofertas engañosas y que nos dejan enjaranados. Predomina un ambiente en donde hay poco lugar para Jesús que nace pobre y entre los pobres. Como con razón dice Dom Pedro Casáldaliga: Santa Clos nos ha robado al Niño Jesús.


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Si todo es fiesta, si la Navidad nos sirve para olvidarnos de los problemas ¿Qué sentido tiene ahora hablar de  política que siempre trae problemas?  Pero aunque estén de receso los diputados, los políticos también hacen política en Navidad, pues la política es inseparable de la vida humana. El gobierno da infinidad de regalos a los Niños pobres que se alegran sin medida, y los alegra también sin medida con el parque de los juegos siempre abarrotados. La oposición lo critica políticamente al decir que es medida política del gobierno y con eso quiere quitarle los bonos que el gobierno consigue con esas medidas.
Pero más allá de este actuar político podemos volver nuestros ojos y nuestro corazón al nacimiento de Jesús y verlo como en verdad es, como un acontecimiento político y con repercusiones políticas. Sn Lucas nos dice que Jesús nace en tiempos del emperador y de los gobernantes con los que dominaba y tenía sometida la región de Judea y Galilea. Este es un dato político como si hoy decimos que Jesús sigue naciendo en tiempos del imperio de Obama y de los grandes capitales financieros.

El emperador había mandado hacer un censo… y no solo para contar cuánta gente tenía bajo su dominio, sino para exigir los impuestos. Y el pueblo judío estaba ahorcado por los impuestos romanos, por los impuestos del templo, por los impuestos del comercio. Igual hoy el Pueblo no tiene encima un censo, pero sí el peso de los tratados de Libre Comercio que lo agobian y la crisis económica recae sobre el pueblo pues hay menos remesas, menos exportaciones, sube el costo de la vida. Palestina era un dominio de los Emperadores Romanos y su ejército. ¿Esto no es política?.
En tiempo de Jesús, Herodes el grande, no solo era muy sanguinario, sino también hacía grandes construcciones y muy lujosas, y en las ciudades como Sèforis, Tiberìades había mucho lujo en contraste con los pequeños poblados como Belén o Nazaret. E igual que ahora, los campesinos van perdiendo sus tierras pues no pueden pagar los impuestos, o las malvenden para tener para comer.
Jesús nace pobre, muy pobre. Los ángeles cantan Paz en la tierra. Una paz muy distinta que la del imperio romano que imponía la paz con las legiones romanas. Era la paz del silencio impuesto por la fuerza militar. Era la paz impuesta silenciando con represión de toda protesta.
Los emperadores empezaron a proclamarse divinos, dioses desde la altura de su poder. Y en contraste Dios, el Dios verdadero se manifiesta en la ternura y la pobreza de este Niño recién nacido. Más adelante con toda razón dirá Jesús no le  den al César lo que es de Dios.  Denle a Dios lo que es de Dios lo que quiere Dios: una vida justa y fraterna sobre todo para los más pobres.
Sin  duda es un hecho político el gravísimo e inhumano contraste entre ricos y pobres. Sin duda es un hecho político el poder del imperio  en contraste con la salvación que se anuncia a los Pastores como alegría para todo el Pueblo y cuyo signo es un Niño envuelto en pañales y recostado en una pesebrera. 

Si como cristianos queremos en verdad celebrar la Navidad, no podemos olvidar esta dimensión política del Nacimiento de Jesús  que anuncia un mundo nuevo y distinto, que denuncia la pretensión del poder y del dinero de ser los dioses de nuestro atormentado mundo. La salvación no podrá venir ni del imperio, ni del dinero, ni del poder, sino desde el amor y respeto y lucha de los pobres y excluidos, y desde el reconocimiento de la dignidad  de todo ser humano manifestado en la fragilidad de un Niño recostado en un pesebre y de tantos niños para los cuales tampoco hay lugar en la posada, ni en la Mesa de la Vida-pensemos ahora en especial en las Niñas y Niños de Haití y en los damnificados de las inundaciones y que después de meses todavía están en los refugios y allí pasarán la Navidad. Pensemos en los Niños Migrantes separados de sus padres en Estados Unidos y recluidos en jaulas en centros militares.
Navidad sí con alegría, con esperanza, con luces….pero no luces falsas del consumismo con su dios santaclós y sus catedrales-Centros Comerciales. La verdadera alegría tampoco vendrá  del egoísmo personal o colectivo, sino del amor y respeto a la vida humana, a una vida humana digna manifestada en un Niño que nace pobre y entre  los pobres para salvarnos a todos. Y esto es profundamente político.

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Y algo muy importante, de cara a la “omnipotencia del Reino-Imperial”, Jesús va a centrar su vida y mensaje en el Reino de Dios- el proyecto de Dios sobre una vida humana digna. Y esto es tan contrario al proyecto de los imperiosos y de los  poderosos. Más adelante en su vida pública, Jesús se atreve a llamar “zorro” al reyezuelo Herodes, y ante Pilatos representante del imperio, afirma que sí es rey. No un rey impuesto por los ejércitos, sino como mensajero de la verdad de la vida humana según el plan de Dios.  

A nosotros sus discípulos en la Ultima Cena nos advierte: no sean como los Reyes y los poderosos,que oprimen al Pueblo y todavía quieren que los llamen bienhechores. El que quiera ser el primero que sea el último  y servidor de todos .Y este caminar de Jesús-servidor que termina en la cruz, como atinadamente nos hace notar Sn. Ignacio, comienza en su nacimiento en suma pobreza  y como alegría para todo el Pueblo, como comienzo de algo totalmente nuevo, y esto es lo que estamos celebrando en Navidad a la luz de la Resurrección que vence al reino,al imperio del poder, opresión y  muerte.
La Navidad ¿tiene una dimensión política? Sin duda la tiene. No podemos olvidarla. Y ciertamente nos compromete en la línea de construir Otro mundo posible-más cercano al sueño del Reino de Dios.
Arnaldo Zenteno S.J.    CEB. Nicaragua.