Leer perjudica gravemente 
la ignorancia
Tal
vez era este el árbol de bien y el mal en el paraíso. 
Sólo
que la serpiente pertenecía a una agencia publicitaria
y
supo el modo de ofrecer a Doña Eva 
el
fruto bello por fuera y venenoso por dentro. 
Si prefieren arriesgarse 
en
el peligro de matar la ignorancia, 
Vengan,
muerdan el índice,
consulten con el jardinero 
y
alarguen la mano hacia los libros más 
peligrosos, 
los que les 
abran los ojos de la conciencia
y
les conviertan en personas pensativas,
críticas, amantes  del bien
para iluminar a los pobres que “no saben, no contestan”…
para iluminar a los pobres que “no saben, no contestan”…
 

