Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

22 de junio de 2018

CONCIERTO, Para otro mundo posible

Para Otro  Mundo Posible


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Si  alguno de ustedes tiene este libro que presenta su portada como cabecera de los temas, se dará cuenta de que los com que  se  analizan  en él se nos van terminando.  Pero también nos damos cuenta de  que nuestra vida esta  supercargada de muchos otros   COM positivos (No queremos hablar aquí de los negativos como competir, combatir, conflicto…   

Entonces decidimos seguir adelante  con  otras  palabras que nos hagan pensar en situaciones de unidad  que nos sigan ayudando a experimentar lo fundamental de nuestras reflexiones, a seguir  sintiendo cómo TODOS SOMOS UNO en muchos aspectos de nuestra vida. Si les  apetece  hoy nos surge la vena musical  y hablamos de…

                            CONCIERTO

¡Música maestro!
Escuchemos y contemplemos


Pero fíjense  que la palabra concierto no se emplea solo  en música y tiene un sentido más amplio que nos puede hacer meditar.

La palabra concierto se remonta en su etimología al latín “concertare”, formada por “con” en el sentido de unión y por “certare” que significa competir. O sea que al añadir el com  convertimos  la competencia en acuerdo. Concertar es acordar o convenir, de allí que concierto es el resultado de llegar a un acuerdo, pudiendo ser usado el término en concertaciones o acuerdos sociales, políticos o económicos; y también designa a las cosas dispuestas en forma ordenada. Del caos  pasamos con la fuerza del amor al orden
 El simbolismo del concierto en la música  nos abre los ojos a la vida. Igual que los distintos instrumentos, cada uno de nosotros tenemos nuestra propia música, estamos hechos de madera, o de metal de plástico…  y con formas distintas que producen distintos sonidos. Cada uno de nosotros tenemos nuestra música  propia. Eso puede ser una confusión para cada uno, cuando  no se pongan de acuerdo y se organice un desconcierto donde nadie se entienda. Pero también puede  suceder que mi música  y tu música se pongan de acuerdo y resulte  un bello concierto.  Eso puede ser porque  alguien ha escrito la “partitura”    y exista un director   que coordine la orquesta ( o coordina una a reunión, el encuentro internacional o la pareja de esposos).  También puede suceder  que  los músicos se sientan unidos en su ritmo, en su corazón y sin mucha preparación anterior improvisen la  melodía, se  complementen  y  resulte un concierto espontáneo.

 Eso es lo que puede suceder  en el  jazz.  Empezó con la música cuando los esclavos secuestrados  en  África juntaron su  ritmo y su sentimiento con melodías  del país norteamericano que le esclavizó  y ellos, utilizando a veces los instrumentos más primitivos, tablas de lavar la ropa, viejas trompetas, banjos… fuero dando origen a  maravillosos conciertos  que brotaban de su corazón, de sus angustias, de  sus sueños y ansias de libertad

Hoy  se ha avanzado algo en la búsqueda de la libertad y en la concertación.  Por las calles de Nueva Orleans, y no sólo músicos afroamericanos sino  discípulos de ellos  siguen  lanzando al aire su música.   En cualquier país  los conciertos musicales  y las concertaciones sociales hacen que muchos hombres y mujeres se vayan concertando. Ojalá que  toda clase de acciones solidarias nos vayan ayudando a pasar del  conflicto al concierto, donde todos siendo distintos vayamos  siendo TODOS UNO.

Mientras contemplamos una parte del “concierto sagrado” de Duke Ellington, y pensamos que cada uno puede ser parte del concierto de la vida con todo su ser: su cabeza, su corazón y hasta sus pasos…  sintamos  que somos parte de la humanidad, distintos pero iguales. Instrumentos de un gran concierto.