Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

22 de marzo de 2020

Reflexion del evangelio



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CAMINOS HACIA LA FE

El evangelista nos describe el recorrido interior que va haciendo un hombre perdido en tinieblas hasta encontrarse con Jesús, << Luz del mundo >>. Su vida transcurre en tinieblas. Nunca podrá conocer una vida digna.

Un día Jesús pasa por su vida. El ciego está tan necesitado que deja que le trabaje sus ojos. No sabe quién es, pero confía en su fuerza curadora. Jesús hace bien incluso a aquellos que solo lo reconocen como hombre.

Los fariseos, entendidos en religión, le piden toda clase de explicaciones sobre Jesús. Él les habla de su experiencia: << Solo sé una cosa: que era ciego y ahora veo>>
Le preguntan qué piensa de Jesús, y él les dice lo que siente: << Que es un profeta >>.Lo que ha recibido de él es tan bueno que ese hombre tiene que venir de Dos. Así vive mucha gente sencilla su fe en Jesús. No saben teología, pero sienten que ese hombre viene de Dios.

Al ciego se le abren ahora los ojos del alma. Se postra ante Jesús y le dice: << Creo, Señor >>. Solo escuchando a Jesús y dejándonos conducir interiormente por él vamos caminando hacia una fe más plena y también más humilde.
  
JESÚS ES PARA EXCLUIDOS


Es << ciego de nacimiento >>. Su destino es vivir en tinieblas. Jesús trabaja los ojos del pobre ciego con barro y saliva para infundirle su fuerza vital. La curación no es automática. También el ciego ha de colaborar, Hace lo que Jesús le indica: se lava los ojos, limpia su mirada y comienza a ver.

Cuando los fariseos y entendidos en religión le acosan con sus preguntas, el hombre contesta con toda sencillez: pienso que << es un profeta >>. Entonces los fariseos se enfurecen, lo insultan y lo << expulsan >> de su comunidad religiosa.

La reacción de Jesús es conmovedora. << Cuando se enteró de que lo habían echado fuera fue a buscarlo>>. Así es Jesús. No lo hemos de olvidar nunca: el que viene al encuentro de los hombres y mujeres que no son acogidos por la religión. Jesús no abandona a quien lo busca y lo ama, aunque sea excluido de su comunidad religiosa.

<< ¿ Y quién es, Señor, para que crea en él ?. Jesús le dice: no está lejos de ti. << Lo estás viendo: el que te está hablando, ese es >>. Según el evangelista, esta historia sucedió en Jerusalén hacia el año treinta, y sigue ocurriendo hoy entre nosotros en el siglo xxi.

OJOS NUEVOS

Los fariseos creen saberlo todo. No dudan de nada. Imponen su verdad.
A Jesús le da miedo una religión defendida por escribas seguros y arrogantes, que manejan autoritariamente la Palabra de Dios para imponerla, utilizarla como arma o incluso excomulgar a quienes sienten de manera diferente. Teme a los doctores de la ley, más preocupados por << guardar el sábado >> que por << curar >> a mendigos enfermos. >> Si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán al hoyo >>.

Teólogos, predicadores, catequistas y educadores, que pretendemos << guiar >> a otros sin tal vez habernos dejado iluminar nosotros mismos por Jesús, ¿ no hemos de escuchar su interpelación ?  ¿Vamos a seguir repitiendo incansablemente nuestras doctrinas sin vivir una experiencia personal de encuentro con Jesús que nos abra los ojos y el corazón ?.

Nuestra Iglesia no necesita hoy predicadores que llenen las iglesias de palabras, sino testigos que contagien, aunque sea de manera humilde su pequeña experiencia del evangelio.
Necesitamos creyentes de verdad, atentos a la vida y sensibles a los problemas de la gente, buscadores de Dios capaces de escuchar y acompañar con respeto a tantos hombres y mujeres que sufren, buscan y no aciertan a vivir de manera más humana ni más creyente.

BUSCAR LA LUZ

No estamos hechos para vivir en la oscuridad. No queremos aceptar el misterio. Pero el misterio está presente en lo más profundo de nuestra vida.
El ser humano se ha ido abriendo camino en la historia tratando de iluminar la existencia con su razón.

Y, sin embargo, la razón es una luz que nos deja todavía en las tinieblas.
Se diría que el ser humano lo puede conocer y dominar todo, pero no puede conocer y dominar su origen ni su destino último.

Lo más racional sería reconocer que nuestra vida se mueve humildemente en el horizonte de lo desconocido.

Es en este horizonte donde se sitúa el creyente. No como alguien que pretende << ver >> y << explicar >> el enigma último de la existencia, sino como un ciego que busca luz, se deja iluminar por Jesús y se atreve a enfrentarse con confianza al misterio de la vida porque cree en un Padre.

Es entonces cuando, lejos de palabras vacías y falsas seguridades, hemos de adoptar una postura humilde y sincera de búsqueda, como aquel ciego de nacimiento que se dejó iluminar por Jesús.
También hoy él puede hacer que << los que no ven, vean, y los que ven, se queden ciegos >>.

TESTIGO DE LA VERDAD

Jesús no solo dice la verdad. Cree en la verdad y la busca. Está convencido de que la verdad humaniza a todos. Por eso no tolera la mentira o el encubrimiento, No soporta la tergiversación o las manipulaciones. Jesús se convertirá en << voz de los sin voz, y voz contra los que tienen demasiada voz >> ( Jon Sobrino ).

Jesús va siempre al fondo de las cosas. Habla con autoridad porque habla desde la verdad. No necesita presionar a nadie. Basta su verdad. Jesús invita a buscar la verdad. No habla como los fanáticos, que la imponen.

Cuando este hombre habla de un Dios que quiere una vida digna para los más desgraciados e indefensos, se hace creíble.

Según el cuarto evangelio, Jesús dice: << Yo he venido a este mundo para que los que no ven, vean, y los que ven, se queden ciegos >>. Es así. Cuando reconocemos nuestra ceguera y acogemos su evangelio, comenzamos a ver la verdad.