Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

8 de septiembre de 2016

El Poder de Los Nadies



 
EL PODER DE LOS NADIES
Escribir es una gran responsabilidad, porque se documenta la vida. Un privilegio en una sociedad tan desigual como Guatemala. Una necesidad que al ser leída, rompa las burbujas, de indiferencia y solapamiento a los poderosos (aunque suene ambicioso). Los ricos en este país son ricos porque nos empobrecieron a todos y porque muchos sin serlo (ricos) los defienden porque ilusamente piensan que pueden llegar a serlo (como si la democracia y la “libertad” de mercado realmente existieran).

Soy pobre. Soy india. No tengo pavor en reconocerlo. Pobre porque no provengo de ninguna élite, porque en la ciudad soy del barrio, porque uso la camioneta para movilizarme de un lugar a otro y además con la “suerte” de mi lado llegué a estudiar hasta la Usac. Mi primer trabajo fue en un pequeño colegio en el barrio “El Gallito”. Fue realmente mi primera escuela de la vida en la ciudad. Allí comprendí el espacio que se les asigna a los pobres e indios en esta ciudad, las periferias, los barrancos, los lugares “inhabitables”. Aunque la palabra indio sea incómoda, es real, aún existe y así nos llaman a los indígenas en este país sin oportunidades que esclaviza hasta hoy a los pueblos, en la caña, en la palma africana, en las minas, en trabajos extenuantes y sin fin, para luego decir que somos perezosos y pobres porque queremos serlo.

Los nadies, los sin apellido bonito, los rostros morenos, con historias de desgracias, los que no tienen nombre porque son el pobre, el indio, el shumo, todos somos lo mismo frente a quienes nos toman como brazos, como números: los poderosos de este país, quienes sí ponen y quitan presidentes; quienes ocupan nuestra mente mientras se nos olvida que quien debe dirigir este país en lugar de gobernar cabecea, se mofa de la dignidad de quienes creyeron en él y hasta votaron con esperanza.

Aprendí de mi cultura, de mi pueblo, el trabajo. Nuestros abuelos y nuestras abuelas trabajaban de sol a sol. Trabajos duros y complejos. Trabajo que lo ocupa todo, hasta la posibilidad del tiempo para reflexionar en lo que ocurre con la “política” en este país. Por eso me indigna tanto que sigamos creyendo que el cambio está en nosotros ¿en nosotros quiénes? ¿los que trabajan tanto que dejan hasta su vida en ello? ¿quienes a pesar de que mantienen este país son invisibles porque no son nadie?

No cada pueblo tiene el gobierno que merece, porque al menos los pueblos de los que provengo, de los que soy parte, no merecemos esta pantomima de gobierno. Hemos trabajado fuerte para que hoy estemos acá, para que nuestras culturas no se acaben, para tener que comer y a la vez mantener la economía de un país que excluye y mata.

Esta es una parte, solo una parte, del poder de los nadies, el que lean hoy nuestra historia, desde nuestra voz, desde la conciencia de que hemos resistido y que podemos cambiar la historia y la cambiaremos.


Les compartimos una canción que nos ayuda a reflexionar con letra de Eduardo Galeano interpretada por Domingo Pérez Bermejo, del video sobre el racismo "Esto no puede seguir así" del Equipo Cauce