Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

11 de noviembre de 2016

Lo que va de ayer a hoy: DE IGUAL A IGUAL



Lo que va de ayer a hoy
Historias Bíblicas de ayer que se repiten hoy

DE IGUAL A IGUAL

El hombre y la mujer,
mujeres y hombres habrán ya superado
las fuerzas posesivas y las esclavitudes
será de igual a igual cualquier encuentro
y serán expontáneos
y cada uno tendrá su intimidad a flor de piel
pero estará seguro de que el otro 
le va a protejer como a la propia.

(Del libro “Para que otro mundo sea posible” publicado por PPC y por CAUCE autor Martín Valmaseda)

Ayer
Hubo un tiempo en que existían sociedades matriarcales. Hasta los dioses era diosas.
Y las mujeres sacerdotisas, dueñas de los hijos y las tierras.

En una región de China,, a las orillas del lago Lugu, entre las provincias de Sichuan y Yunnan…
Cuando llegó a la comunidad de los mosuo, para Coler fue como un choque: "los hombres siempre tenemos fantasías armadas de lo que es una mujer y llegar a esta sociedad rompe con esto. Rompe por ejemplo con la idea de que una matriarca, lo primero que haría sería someter al hombre, y no es así, porque una mujer en el poder no es un hombre en el poder. Hoy en día cuando se habla de matriarcado en China, enseguida se evoca al último vestigio matriarcal que encontramos.
En entrevista, Ricardo Coler explica que en las "sociedades matriarcales no hay violencia, ahí se ve claramente la mentalidad de la mujer; la gente no se pelea como peleamos en Occidente, porque ser violento es algo que degrada socialmente.

"En el matriarcado el desdén por la violencia y por la acumulación tonta de dinero hace parecer la vida más amable y llevadera; además, la institución familiar parece más sólida y vital que la occidental. Es lo que impresiona al ver que no les hacen falta discursos morales para sostenerla", sostuvo el autor.


Pero llegó un momento, sobre todo cuando fue predominando el dominio sobre la tierra y la violencia para conservarla,  que los hombres que aparecían menos inteligentes se dieron cuenta de su fuerza física  y  empezó a predominar el machismo.  Es como si los elefantes o los gorilas  empezasen a pensar, se dieran cuenta que  son más fuertes que  el ser humano y nos sometieran bajo su poder.

Las mujeres no sólo perdieron el mando sino  quedaron relegadas en la humanidad.



HOY



En muchas de nuestras sociedades  ya saben lo que sucede.  Pero estamos en un momento  en que va  aumentando la conciencia muy lentamente.  Aun en demasiados países  los maltratos a la mujer, hasta las muertes violentas se siguen dando.  Muy poco a poco.  En muchos casos el hombre no sólo es el que domina físicamente, sino aparece como el más inteligente, el que tiene más  poder para estudiar,  conseguir títulos y mandar  en el gobierno y en la familia. Pobre de la mujer, en algunos ambientes que intente estudiar.
Está ya un poco pasado y es desagradable este chiste:
Mamá por  qué papá  está casi calvo?
Hijo porque es muy listo y estudia mucho
Y tú mamá por qué tienes tanto pelo?
……………………….
Afortunadamente ya hay hombres que se dejan coleta y melena y mujeres con pelo cortito y hasta peladas.
Pero la cabellera ha sido y es una señal de identidad y belleza  en muchos pueblos y no es necesario intentar que  el pelo  sea señal de ninguna  diferencia  negativa.
A pesar de  la triste y  a veces trágica realidad del maltrato machista que todavía existe demasiado querríamos en esta pequeña reflexión limitarnos a un aspecto   resumido en esta frase:  Hay varones que creen  no ser machistas porque “no pegan” a su mujer,  como si eso lo arreglase todo, cuando todavía en la mentalidad   masculina están infiltradas actitudes de dominio, de sentirse de algún modo superior, que mantienen un machismo  mal disimulado.
Posiblemente  el mejor “himno”  contra el machismo  sea   el poema “Te quiero” del  uruguayo Mario Benedetti. En realidad no es un poema ”contra”, sino con la visión positiva del hombre y la mujer cuyo encuentro no produce una suma de individualidades. En la  calle, codo a codo somos mucho más que dos.
Es lo que afirman hoy  científicos  y hasta teólogos; en palabras de O´Murchu:    al tratar  de comprender la vida  comenzamos con el todo  que   es más grande que cada una de las partes; paradójicamente  el todo está  contenido en cada parte y sin embargo ningún todo es completo en sí mismo (Teología cuántica).
La idea es aplicable a cualquier comunidad  humana y a cualquier pareja, “somos mucho más  que dos”… con tal de que uno de ellos no se crea superior y  también que,como sucede con demasiada frecuencia ,ella piense, estudie, opine, y no se sienta inferior, no deje las decisiones y la opiniones en manos de él  que “sabe más”, aunque tenga la cabeza helada.
Para escuchar el poema les invitamos a la estación de tren  de Buenos Aires y nos paseamos por allí por si aparece alguien…

https://youtu.be/q_JiHvs4dSM