Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

29 de noviembre de 2018

A voleo..Cielo


PALABRAS A VOLEO




Salió un sembrador a sembrar sus palabras.  

Unas calleron en el camino de asfalto pasaron los carros y las aplastaron. 





Otras se fueron volando volando al…
CIELO
¿Al cielo?   Habrá  que investigar  el significado y la etimología de la palabra cielo. Tal vez nos sorpendamos
Pues Parece ser que cielo tiene su origen en  el griego kilon,  que signifíca  cóncavo, hueco, vacío. Supongo que a nadie le extrañará pero si preguntamos a la academia de la lengua,  observen sus respuestas:
1. m. Esfera aparente azul y diáfana que rodea la Tierra.

2. m. atmósfera (capa que rodea la Tierra).

3. m. En la tradición cristiana, morada en que los ángeles, los santos y los bienaventurados gozan de la presencia de Dios

4. m. En la tradición cristiana, gloria o bienaventuranza.

5. m. Dios o su providencia.   En plural. Con el mismo significado que en sing. ¡Valedme, cielos!

6. m. Parte superior que cubre algunas cosas. El cielo de la cama, de la habitación

7. m. U. como apelativo cariñoso para dirigirse o aludir a una persona. Mi cielo. Cielo mío. Cielito lindo


8.  . Persona o cosa consideradas cariñosamente con embeleso. Esta niña es un cielo.
… No nos detenemos en otras frases o modismos que también se refieren al cielo, pero en cambio creo importante  volver esta palabra del revés y darnos cuenta que hoy  va adquiriendo significados distintos o imágenes diferentes.
Resulta que hoy por culpa  de los astrónomos y los expertos en biblia esa palabra  empieza a significar algo distinto.  Lo dice una canción litúrgica con una frase tajante: “Hoy no se puede estar mirando al cielo”  ¿cómo? ¿Qué no se puede estar…? Bueno, sí se puede, pero  descubriremos modos distintos de mirar:
Los astrónomos, desde que Galileo se jugó el pellejo  diciendo que la tierra no era el centro del cielo, luego  los sucesivos inventores de telescopios, hasta el Hubble moderno fueron ampliados
los límites y dimensiones del susodicho cielo.

Desde hace 7.000 años existe una bella creencia originada en la tradición de las =igiones monoteístas como el islamismo, judaísmo y cristianismo. 

Esa creencia  afirma que Dios realmente creó siete cielos en total, dispuestos alrededor de nuestro mundo físico formando círculos concéntricos de manera ascendente, tal como si cada uno fuera una de las capas de la misma cebolla.

Es así como nuestro mundo está  cercado por puertas que conducen a los reinos superiores y las cuales son custodiadas por legiones de ángeles quienes tienen por misión garantizar que, en condiciones normales, sólo los seres de luz puedan ingresar al plano que conocemos y en donde se desarrolla nuestra vida. 


Si quieren conocer más de  esos 7 cielos busquen en  LA DIVINA COMEDIA DE Dante. 
Así era hasta que los astrónomos y sus telescopios, nos dicen con voz humilde que siete no, sino  siete mil millones y millones… de algo que cada vez se descubren más grande y en expansión.
Según estudios publicados en 2016, se estima que existen al menos 2 billones de galaxias (dos millones de millones) en el universo observable, esto es, diez veces más de lo que se creía anteriormente…


Aquí tienen un trocito del mapa en 3 D más moderno hasta  la fecha, de lo   que actualmente nos da  vergüenza llamar  cielo y lo llamamos universo.
Jesús y  todas las personas con inquietud frente a esta vida y sus desconciertos, sabían mirar al cielo buscando algo que les superaba en la tierra. “Padre nuestro que estás en el cielo, <abun  debasHmaya,> les dijo en arameo y los  escritores sagrados hablaron de subir al cielo  llevados por un carro de fuego  o acompañados de ángeles.
¿Y hoy?  Los creyentes cada uno en nuestro idioma seguimos diciendo Padre que estás en el cielo,  sólo que para nosotros el cielo no es solo la foto que hemos puesto antes. También el cielo es esto:    
 













Y esto: 











Y todo esto:


Por eso aquel que predicaba a la gente sobre el reino de los cielos ahora lo puede seguir
haciendo mejor y nosotros con ÉL ¿o no? 
¿Entendemos qué  es el reino de los cielos y nos quedamos sólo en las nubes?
Debido a los  avances de la ciencia, de la astronomía, o la conciencia  sobre lo  que entendemos por cielo como lugar donde  se decía que estaba Dios… 
podemos hacer una  reflexión más a fondo y sin  retorcer mucho nuestros pensamientos reconocer que sí que claro que Dios , o el ser misterioso  que se dice  con otros nombres,   ese   ser  que hasta en los catecismos más elementales se reconocía como el que estaba en todas partes, menos en el patio de mi casa, “porque mi casa no tiene patio”  como decían  Pepito y Jaimito.

Lo importante es que a estas alturas de nuestra conciencia no nos quedemos mirando al cielo,  ese  frecuentemente  cubierto de nubes;  pero sí que tengamos presente el cielo universo  que abarca desde las galaxias inabarcables hasta las subpartícula atómicas  indivisibles que - supongo saben-  ya no son los átomos  sino los quarks, por hoy lo más pequeño de la creación
A mí no me importa decir padre nuestro que estás en  el cielo,  aunque  no  necesite, como hacían Jesús y los profetas  , levantar los  ojos a las alturas porque  siento que yo estoy en el cielo y que el cielo está en mí;  que la realidad de la creación abarca materia y  espíritu, cuerpos y conciencia, lo subatómico y la vía láctea con  las demás galaxias. Todo es cielo.
Y  en medio de todo esto se nos presenta  lo que llamamos muerte.
Al celebrarla, al platicar sobre ella fácilmente   nos surge  en  la conversación la palabra cielo.


“Tu papá se ha ido al cielo”, decimos a los niños  cuando no lo  ven platicando con ellos. En  dibujos, pinturas, vidrieras aparece todo el conjunto de simbolismos celestiales, angelicales…

Sin  embargo hay otras maneras de describir este paso misterioso a lo que llamamos “la otra vida” teniendo de fondo  paisajes entre nubes y rayos de sol. 


Meditemos este poema de Mary  Elizabeth Frye (1932)

No llores ahí de pie ante mi tumba

No estoy durmiendo en ella.

Ahora soy los mil vientos que silban en la tarde

Soy los destellos que resplandecen en la nieve

Soy la luz del sol   que madura las semillas


Soy la lluvia que cae suavemente en el otoño.

Cuando te despiertas en la paz de la mañana

Soy el rápido movimiento de los pájaros

Que levantan el vuelo y forman círculos en el cielo

Soy las silenciosas estrellas que brillan en la noche.



No llores ahí de pie ante mi tumba

No estoy en ella. Estoy en todas partes. Estoy viva…


 El poema tuvo  un gran impacto en el momento de su publicación y desde entonces ha tenido mucho eco en la conciencia colectiva, y no sin razón.  
En muchas de las “palabras a voleo que aquí publicamos  nos daremos cuenta de cómo expresiones que en un momento tuvieron un sentido, al irse modificando la conciencia de la humanidad  tal palabra  no ha perdido fuerza pero ha cambiado de significado.          
Desde  la adoración al sol o la luna de los hombres primitivos, pasando por las observaciones de los distintos astrónomos y  la evolución de la conciencia de creyentes y teólogos  hoy con  las mismas o distintas palabras seguimos hablando del  CIELO  

Como broche de  luz celestial  escuchemos (traducido)  veamos y meditemos el poema  Do not stand at my grave and weep   que canta    Katherine Jenkins,