Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

12 de enero de 2022

Palabras a Voleo- PARTIR

 

PALABRAS A VOLEO

Martín Valmaseda



Esta  vez  se trata  de una palabra que  se echa  de menos  en la  vida actual  de los  cristianos.       

Y  curiosamente  abunda  en el  evangelio y  en  los  hechos  de los apóstoles   pero  No  se suele escuchar en el lenguaje  tanto de los fieles como de los simples  sacerdotes.  Me  refiero a la palabra  PARTIR .

Un poco  se  escucha Repartir  y Compartir  pero  eso  de PARTIR  como  que  suena  violento. “Juan  se partió un  brazo  …” Llorábamos  cuando  ella  partió a lejanas  tierras”…. A los ladrones (o guerrilleros) en la  cruz   les partieron  las piernas para  que  se murieran  antes, pero a Jesús  como ya estaba  muerto….

Y no recordamos  que Jesús partió el  pan,  seguro que  sin  cuchillo. Ese partir  tenía  su valor  simbólico,  tanto  que las primeras  comunidades no  se   reunían  para   celebrar la  santa  misa ni  siquiera el  santo sacrificio (¿sacrificio?) de  la Eucaristía  sino  nada más que para PARTIR  el pan junto con  su cantarito  de vino  y  algunas  cosillas más,  cordero, ensalada y productos típicos  del país,  pero  aquí  nos  quedamos nosotros  porque se nos adelantó mons.  Xantiago Agrelo   que lo  explica  bastante  mejor

  • Agrelo: "Estamos dispuestos a seguir a un Dios que reparte gratis el pan, pero damos la espalda a un Dios que se parte para que comamos"

  • En lo cotidiano, tu pan.

"Para un cristiano, creer y comulgar significa reconocer como Señor a un Dios que se nos da para que demos la vida con él"Agrelo: "Estamos dispuestos a seguir a un Dios que reparte gratis el pan, pero damos la espalda a un Dios que se parte para que comamos".

"¿Qué había de escandaloso en lo que Jesús les había dicho? Lo escandaloso en las palabras de Jesús sobre el pan de vida eran vida y muerte de quien decía proceder del cielo y se presentaba como enviado de Dios para dar vida del mundo. Lo inaceptable era el Cuerpo repartido del Mesías Jesús y su sangre entregada"

"Todos estaríamos dispuesto a seguir a un Dios que reparte gratis pan sabroso y abundante, pero damos la espalda a un Dios que se parte y se reparte como un pan para que comamos, y que nos pide hacer de nuestra vida un pan para que todos coman"

Santiago Agrelo

Si la fe no se reduce a mero ejercicio de prácticas religiosas, llega un momento en que se nos pide la adhesión personal a Dios: “Si no os parece bien servir al Señor, escoged a quién servir”. Entonces en nuestro interior resonará la pregunta de Jesús a sus discípulos: “¿También vosotros queréis marcharos?

El evangelio de este domingo describe una situación dramática: Las gentes a las que habíamos visto salir en busca de Jesús y que querían nombrarlo rey como si tuviesen fe, se apartan ahora de él decepcionadas. Muchos de los que hasta aquella hora habían sido sus discípulos “se echaron atrás y no volvieron a ir con él”. Incluso a los Doce, a los íntimos, Jesús ha de preguntar si quieren marcharse.

¿Qué había de escandaloso en lo que Jesús les había dicho? Lo escandaloso en las palabras de Jesús sobre el pan de vida eran vida y muerte de quien decía proceder del cielo y se presentaba como enviado de Dios para dar vida del mundo. Lo inaceptable era el Cuerpo repartido del Mesías Jesús y su sangre entregada.

 

  Pan vivo

El hombre religioso no puede creer en un Dios así, no puede comer ni beber esa dura realidad, pues ese Dios se aparta demasiado de las ilusiones que alimenta nuestra religiosidad.

Todos estaríamos dispuestos a seguir a un Dios que reparte gratis pan sabroso y abundante, pero damos la espalda a un Dios que se parte y se reparte como un pan para que comamos, y que nos pide hacer de nuestra vida un pan para que todos coman.

Si queremos comprender en profundidad el escándalo que suscita el proyecto de Dios en el corazón del hombre, si queremos acercarnos al misterio de la soledad en que dejamos a Jesús, hemos de alejarnos de la sinagoga de Cafarnaún y acercarnos al monte de la crucifixión. Allí no sólo enemigos, indiferentes o curiosos, sino también los Doce, los íntimos, abandonan a Jesús.

 

                                                         El pan partido

Si la Eucaristía que celebramos nos deja tranquilos en nuestra religiosidad, es de temer que todavía no hemos empezado a vivirla como memoria de la vida entregada de Jesús, como sacramento del escándalo de la cruz, como epifanía del mundo nuevo que empieza con la resurrección del Señor.

Para un cristiano, creer y comulgar significa reconocer como Señor a un Dios que se nos da para que demos la vida con él, a un Dios que se pierde a sí  mismo por todos para que nos perdamos como él, a un Dios que, amándonos hasta el extremo, crea un mundo nuevo, un mundo unificado, un mundo de hermanos, y nos lo confía para que, amándonos, lo trabajemos, lo cuidemos.

Un mundo de hermanos, un mundo unificado, un mundo nuevo: ése es el don que se nos hace; ésa es la tarea que se nos confía.

Feliz comunión con Cristo Jesús. 

Tomado de Religión Digital


Reconocemos nosotros  Cristo Jesús  partido ,  repartido, compartido 

¿Cuándo dejaremos de decir y oir misa y volveremos a  partir el pan?


Entrevista a Santiago Agrelo, arzobispo de Tánger