Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

6 de octubre de 2022

Como es mi fe y mi no fe

 

"Creo en el Dios que vive en el sagrario del corazón de los pobres y pequeños"

Soy ateo



Creo en Dios que siempre está con nosotros como el aire. Creo en un Dios que a veces no comprendo y se queda callado.Creo en Dios artista que pinta atardecer y diseña peces increíbles. Creo en la Iglesia, que son los de Jesús.

Pero a veces me entra el miedo y los cangueles. Y lloro y dudo y me canso Y lo mando todo a freír puñetas.

 Toño Casado

 Soy ateo.

 No creo en ese Dios que disfruta con la muerte de los del otro equipo.

 No creo en el Dios de la guerras santas,

 porque todas las guerras son dragones del diablo.

 No creo en el Dios que te adormece la conciencia

con echar un eurito en la cestita del mendigo.

 

No creo en el Dios que te da todas las respuestas

 y reparte milagros como Harry Potter.

No creo en el Dios de los fanáticos

que te arma espadas y argumentos

para aplastar y expulsar a los diferentes.

 

No creo en Dios que necesita nuestras alabanzas

y se esnifa inciensos caros

en ceremonias aburridas e interminables.

No creo en un Dios que nos exija estatuas ni catedrales,

vestimentas extrañas.


No creo en ese Dios que solo es de los curas

 y vive encerrado en un templo.

Soy ateísimo de ese Dios, lo confieso.

No creo en ese Dios que nos carga con preceptos

y disfruta hinchando nuestra culpa

como un globo inaguantable y venenoso,

obsesionado con nuestra sexualidad

y disfrutando por nuestras privaciones.


No creo en Dios que quiere que te pegues

o te mortifiques con cilicios

o te revuelques en tus mierdas como un cerdo en un charco,

orgulloso de su infierno lleno.


Yo creo que Dios es Amor

y que el que ama conoce a Dios.

Creo que Él nos quiere felices, a todos.

Creo que Jesús es el Amor infinito condensado en un muchacho

y que él nos contó cuál es el secreto de la felicidad: compartirnos.

Creo en Dios que siempre está con nosotros como el aire.

 

Creo en un Dios que a veces no comprendo y se queda callado.

Creo en Dios artista que pinta atardecer y diseña peces increíbles.

Creo en la Iglesia, que son los de Jesús,

que llevan una Buena Noticia a este mundo convulso

y acogen en su casa a los heridos del mundo.

 

Creo en el Dios que vive en el sagrario del corazón de los pobres y pequeños.

Creo en Dios que nos hace creer en nosotros mismos.

Creo, creo, creo.

Pero a veces me entra el miedo y los cangueles

y lloro y dudo y me canso

y lo mando todo a freír puñetas.

 

Porque todo me parece una mentira y una amargura.

Pero siempre amanece Dios en mi casa

y enciende mi fe pequeñita para mirar al mundo como El,

con esperanza y con paciencia.


Yo creo en Dios, sí. Creo.

Y eso me hace feliz.

No soy más que nadie, ni menos.

No sé más que nadie, ni menos.

 

Pero yo sí, creo en Dios.

Creo.

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