Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

20 de mayo de 2017

EL PAPA EN FÀTIMA


ANSELMO BORGES: "NUESTRA SEÑORA NO SE APARECIÓ EN FÁTIMA A LOS PASTORCILLOS"

Por José Manuel Vidal
Religión digital

Fátima es un milagro de religiosidad popular y, desgraciadamente, es también un peligroso negocio.

Filósofo y teólogo, profesor de la Universidad de Coimbra, el religioso portugués Anselmo Borges (Paus, 1944) publica 'Francisco: Desafios a Igreja e ao Mundo' (Gradiva), en cuya presentación estuvo el presidente de la República. Profundamente 'franciscano', crítico y libre, el escritor denuncia el "adormecimiento" de la Iglesia portuguesa, fustiga "el clericalismo y el carrerismo" como "la peste de la institución" y espera que la visita del Papa a Fátima sirva para sacudirla de su letargo. Aunque allí no se apareciera la Virgen a los pastorcillos.


¿Cuál es la tesis de fondo de su libro 'Francisco: Desafios à Igreja e ao Mundo'? ¿Se resume en el título de la obra?

En cierto sentido, la tesis está en el título. Creo que el profesor jesuita Juan Masiá, que leyó el libro, dice lo esencial, aunque haya que descontar lo que exagera en función de nuestra amistad: 'En el contexto de un mundo globalizado, Anselmo Borges presenta una excelente síntesis para entender el desafío franciscano y jesuita del Papa. El autor utiliza, de forma brillante, dos claves del pensamiento y de la acción del Papa Francisco: el discernimiento, para diagnosticar los desafíos, y la misericordia, para sanar las heridas. Anselmo Borges, que acompaña el camino de Francisco por las periferias del cuidado de la vida en la Iglesia y en las familias, en la cultura, en la ecología, en la bioética, en la economía y en la política, demuestra que es capaz de articular de una forma certera la implicación que convierte los desafíos a la Iglesia en desafíos de Francisco al mundo del siglo XXI'.

¿Cuáles son los objetivos que persigue con esta nueva publicación?
Estoy convencido de que Jesucristo es y anunció la mayor revolución de la Historia de la Humanidad. Él es el Evangelio vivo de Dios para todos: la buena noticia de que Dios es Amor y Misericordia. Desgraciadamente, muchas veces lo que la Iglesia comunicó, con palabras y obras, fue y es, en expresión de Nietzsche, un 'Antievangelio', es decir una noticia triste y que no lanza hacia la felicidad.

Ahora, el Papa Francisco trae de nuevo el Evangelio y la gente percibe en él, en sus palabras, en sus gestos y en sus actitudes, quién es, lo que hizo y lo que quiere Jesús. A mi jucio, el Papa Francisco es un líder político-moral global decisivo para el futuro de la Iglesia y de la Humanidad.



¿Comparte la tesis de que Francisco es el Papa de la primavera?
No hay duda alguna. El Concilio Vaticano II fue una primavera, a la que siguió un largo invierno. Uno de los signos más dramáticos de eso se constata en la condena de tantos teólogos, asi como en el nombramiento de obispos conservadores. Francisco quiere que se camine en la línea del Vaticano II.
La primavera se plasma en el mismo nombre que Bergoglio eligió: Francisco. El Papa es franciscano por opción y, por eso, es cristiano. Ésta es la revolución de Francisco: él es cristiano, no porque haya sido bautizado, sino porque sigue a Jesús en su vida. Basta ver cómo se comporta. Es sencillo, humilde, abraza, besa, está con todos y, sobre todo, con los que nadie o muy pocos están: los más pobres, marginados, ofendidos, humillados, la gente de las periferias.

Pero, al mismo tiempo, el Papa es jesuita, formado para la eficacia, en el contexto del mundo actual globalizado. Por eso, lucha para activar una revgolución dentro de la Iglesia: tolerancia cero para la lacra de la pederastia, transparencia plena en el Banco Vaticano, reforma profunda y constitucional de la Curia romana (¿será reformable la Curia?), primado de la pastoral sobre el dogma en la atención a las personas concretas, del Evangelio sobre el Derecho Canónico, gobierno sinodal de la Iglesia en todos los niveles, inculturación del Evangelio en las diferentes culturas, participación activa de los laicos, no discriminación de las mujeres, el próximo Sínodo es para y con todos los jóvenes (también con los alejados de la Iglesia, los agnósticos o los ateos), apertura de puertas para el fin del celibato obligatorio con la ordenación de hombres casados, diálogo con y entre las diferentes Iglesias cristianas (nunca se presenta a sí mismo como el Papa, sino como el obispo de Roma y elogia a Lutero, fue a Egipto, encontrándose con el papa de los coptos y con el Imán de la mezquita-universidad de Al-Azhar) y diálogo interreligioso, concretamente con el Islam moderado.

Anuncio y denuncia
Anuncia el Evangelio y denuncia las desgracias de la Iglesia en el mundo. La encíclica 'Laudato si' sobre la ecología integral hará historia y repite que este capitalismo desregulado y salvaje 'mata', que el centro de la economía tiene que ser la persona (todas las personas) y no el dios-dinero. Lucha por la paz, con intervenciones eficaces, como se vio en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba o en Colombia. Fue a Israel y a Egipto y va a ir a Sudán del Sur. Y le gustaría ir a Irak, a Moscú y, sobre todo, a Pekín, tanto más cuanto que está convencido de que el futuro del cristianismo se juega en gran medida en Asia.



¿Cómo hacer que su revolución de la ternura cuaje en los diferentes países y en las diferentes diócesis?
El Papa es cristiano y su principal misón es intentar que los católicos, comenzando por los cardenales, obispos y sacerdotes, se conviertan en auténticos cristianos y en verdaderos discípulos de Jesús. Esto es lo esencial. Sin esta conversión, no se conseguirá avanzar. Cada persona tiene que preguntarse a sí mismo: ¿Qué significan para mí Jesús y su Evangelio? De hecho, el Evangelio sólo se puede anunciar a los demás, si realmente es una buena noticia que da sentido a nuestra vida. A partir de ahí, de esa experiencia fundante y radical, es necesario acuar en consecuencia.

¿Las viejas inercias de los obispos-príncipes y el clericalismo son los principales enemigos de Francisco?
Parto de la convicción de que el clericalismo, el carrerismo eclesiástico y la actitud de los obispos-príncipes son la peste de la Iglesia. El carrerismo impide la libertad de pensamiento y de acción. La actitud de los obispos-prçíncipes atenta contra la revolución esencial del Evangelio de Jesús, que sobre el poder dice: 'No he venido a ser servido, sino a servir'. De hecho, el gran problema de Francisco son los que debían ser sus 'mediadores': cardenales, obispos y curas. Con las gloriosas excepciones de todos cononidas.

¿Cómo se sitúa en la práctica el episcopado y el clero portugués ante Francisco?
Yo diría que ignorando y silenciando. No acabo de ver en marcha el nuevo dinamismo que Francisco está imprimiento a la Iglesia.

¿Su visita a Fátima puede sacudir al adormecido catolicismo de su país?
Creo que 'adormecido' es el término exacto. La visita del papa Francisco puede fomentar sólo un entusiasmo pasajero, que incluso pueda contribuir a un mayor adormecimiento. Me temo que, después de su visita, se continúe con una pastoral devocionista, muy centrada en liturgias fosilizadas, con homilías que, en la mayoría de los casos, no están preparadas, sino distanciadas de la vida, con un alejamiento creciente por parte de la juventud, y con un clero poco culto y bastante instalado.
Mis recelos aumentan, cuando tengo que preguntarme hasta qué punto está presente la Doctrina Social de la Iglesia en las facultades de derecho y de economía y gestión de la Universidad Católica Portuguesa, cuyo Gran Canciller es el cardenal-patriarca de Lisboa. Por otra parte, me pregunto si las vacaciones (los funcionarios públicos pueden dejar de ir a trabajar para ver al Papa) concedidas es un 'buen negocio' para el Gobierno, dado que la Iglesia le va a deber ese 'favor'. Pero, ¿quién sabe? Quizás pueda producirse esa sacudida de la que habla.



¿La Virgen se apareció en Fátima? ¿Cree usted en las apariciones de Fátima?
En primer lugar, Fátima no es un dogma de fe. Por lo tanto, se puede ser un buen católico, sin creer en Fátima. Fátima no forma parte del Credo. Más aún, Fátima no ocupa ni puede ocupar el centro del cristianismo. El centro de la fe es Jesús de Nazaret, confesado como Cristo. Por lo tanto, el centro del Evangelio es Jesucristo y el Dios de Jesús y todas las personas que Él ama.

Dicho esto, confieso que no me cuesta admitir que las tres criaturas, los pastorcitos, hayan tenido una verdadera experiencia religiosa en Fátima. De hecho, no consta que fueran pagados, para decir que habían visto a Nuestra Señora. Por el contrario, sufrieron bastante por ello. La propia Iglesia, en un primer momento, mostró muchas reticencias. Pero es evidente que se trató de una experiencia religiosa de niños y al estilo de los niños y en un contexto histórico especial, en el que la Iglesia estaba perseguida por parte de la Primera República en Portugal, el mundo estaba en guerra (los pastorcitos seguramente habrían oído hablar de la I Guerra mundial y de cómo los soldados partían a la guerra) y se vivía en un contexto religioso, que implicaba las llamadas misiones populares, con predicadores 'misioneros' que venían de fuera y que, desde lo alto de los púlpitos, aterrorizaban a los fieles con sermones sobre el temor de Dios y el terror del infierno. Los niños oían todas estas cosas en la iglesia y en casa.

Se trató, pues, de una experiencai religiosa infantil y según los esquemas y un imaginario hermenéutico-interpretativo situado en ese contexto. No se puede olvidar que la experiencia religiosa sa da siempre dentro de una interpretación, de tal modo que hay experiencias religiosas mejores y otras no tan buenas. La de aquellos niños no fue de las mejores. Para verlo, basta preguntarse: ¿Qué madre mostraría el infierno a unos críos de 10, 9 y 7 años? Los pastorcitos quedaron marcados negativamente y, de alguna manera, con la vida quebrada. Al mismo tiempo, es admirable la inmensa generosidad que tuvieron frente a la situación que estaban viviendo, dando la poca comida que tenían a las ovejas, para pedir por la conversión de los pecadores. Además, aquel núcleo de experiencia fue sometido a arreglos mil a lo largo del tiempo, según los nuevos esquemas interpretativos. En el contexto de las nuevas situaciones históricas y de los nuevos desarrollos, apareciendo, por ejemplo, el combate contra el comunismo. En cambio, no se habló para nada de la necesaria condena del nazismo...



¿María, la madre de Jesús se apareció en Fátima?
Aquí, lo decisivo es hacer una distinción fundamental entre apariciones y visiones. Una aparición es objetiva, cuando, por ejemplo, estamos hablando con una persona y llega otra, ambos vemos a la tercera persona que llega. Si estuviésemos cuatro o cinco personas, seríamos cuatro o cinco a ver y constatar la llegada objetiva de esta otra persona. Evidentemente, no fue eso lo que sucedió en Fátima y, en este sentido, está claro que Nuestra Señota no se apareció en Fátima a los pastorcillos. Si fuese una aparición, todos los presentes verían y constatarían su presencia, algo que no sucedió ni podía suceder, pues Maria no tiene un cuerpo físico, que pueda mostrarse empíricamente.

¿Fátima es un milagro de la religiosidad popular o un puro negocio de marketing religioso?
Sí, Fátima es un milagro de religiosidad popular. El gran milagro de Fátima son los seis millones de personas que visitan el santuario cada año, y allí encontraron y encuentran paz, serenidad y recogimiento, consuelo y alivió en sus afliccciones y en sus sufrimientos, conversión al Dios de Jesús y a aquellos que Él ama. El dominico Frei Bento Domingues dio una definición insuperable de todo este fenómeno: 'Fátima es el muelle de todas las lágrimas de los portugueses'.

Desgraciadamente, Fátima es también un peligroso negocio. Por eso, digo frecuentemente que Fátima necesita ser evangelizada. Frente al Dios del miedo y del terror, anunciar el Dios del Evangelio, el Dios de la alegría, de la misericordia, del perdón, el Dios que es Padre y Madre, el Dios cuyo único interés es el felicidad y la plena realización de todos los hombtres y mujeres. El Dios que dice: 'No quiero sacrificios, sino misericordia'. El Dios que rechaza la religión de las promesas, porque Él es gracia.

Por otro lado , es necesario acabar con el alumbrado de millones de velas, incluso por una razón ecológica. Y la Iglesia tendrá que rendir cuentas, para que no haya dudas sobre la transparencia en cuestiones de dinero.



¿A qué va el Papa a Fátima?
Francisco es muy devoto de María, de la que dijo: 'Ella es mi mamá'. Por eso, viene como peregrino y no en visita oficial de Estado.
En Fátima, el Papa va a canonizar a los dos pastorcitos más pequeños: Jacinta y Francisco. En mi libro, también llamo la atención sobre los peligros de las canonizaciones y sobre la cuestión de la necesidad de milagros para comprobar la santidad. A mi juicio, los únicos milagros son los milagros del amor. Pensar que Dios interrumpoe o suspende las leyes de la naturaleza supone pensar que Dios está fuera del mundo y que, de vez en cuando, viene al mundo y, arbitrariamente, ayuda a unos y no a otros. Pues bien, Dios no está fuera, sino dentro, como fundameto del milagro de la existencia de todo. Precisamemnte, porque todo es milagro -el milagro de existir, del ser y del entenderse como ser- no hay 'milagros', porque implicarían ateísmo.

Todos los niños son santos, porque son puros e inocentes. Por eso, espero que esta canonización sirva para llamar a que se salven a todos los niños del mundo, para acabar con la violencia, los abusos, el tráfico, el trabajo infantil y la explotación de todos los niños del mundo. Que se acebe, de una vez por todas, con la tragedia de que mueran de hambre 10.000 niños al día en el mundo...Si se concretase este salvamento de los niños, ése sí que sería el auténtico milagro de Fátima.

¿Cuál cree que va a ser el mensaje que el Papa lance desde Fátima para el mundo? ¿Qué mensaje le pediría usted que lanzase?
Estoy convencido de que nos va a ofrecer una homilía histórica, de dimensión mundial, con un llamamiento dramático por la paz y la justicia social, contra el dios-dinero, a favor del diálogo entre las naciones, las culturas y las religiones. Seguro que pedirá que los católicos se hagan cristianos, discípulos vivos y activos de Jesús en el mundo. Una homilía que será recordada, como la de pablo VI, cuando, en plena Guerra Fría, gritó dramáticamente y con los puños cerrados en Fátima: '¡Hombres, sed hombres!'

También espero que Francisco haga referencia al verdadero lugar de María en el cristianismo -no es ni puede ser el centro del cristianismo-, como hizo en el Vaticano, delante de la imagen de nuestra Señora de Fátima: '¿En qué medida la fe de María fue un camino? En el sentido de que toda su vida consisstió en seguir a su hijo. Avanzar en la fe, avanzar en este peregrinaje espiritual que es la fe consiste en seguir a Jesús y tener sus sentimientos y actitudes. ¿Y cuáles son los sentimeintos y las actitudes de Jesús? Humildad, misericordia, solidaridad, pero también firme repulsa de la hipocresía, del fingimiento y de la idolatría'.

María es grande, porque es la primera cristiana. La primera que creyó en su Hijo y en su Evangelio. Como se lee en el 'Magníficat', el bello himno que San Lucas pone en su boca: 'El Todopoderoso hizo en mí maravillas. Su misericordia se extiende de generación en generación. Dispersó a los soberbios. Derribó a los poderosos de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió vacíos'.