Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

23 de diciembre de 2018

LUMBRE. Palabras a voleo

PALABRAS A VOLEO




Esta vez iluminados por las luces navideñas  queremos ayudar a una reflexión más o menos luminosa aunque un tanto… de doble cara. Reúnan un poco de leña porque vamos a  meditar sobre una palabra y sus engañosos derivados.  Se trata de la   

LUMBRE



La palabra lumbre viene del latín lumen. El cambio de -men (lumen) a -mbre (lumbre), es muy común... De lumen nos llegan las palabras vislumbrar, formada de vix ("apenas", en latín) y luminare (alumbrar), y luminoso formada con el sufijo -oso que indica abundancia.

Lo  curioso es que  esta palabra, aunque se refiere a la luz, en nuestro idioma se limita a la que se enciende con fuego no a las muchas fuentes luminosas eléctricas que hoy existen, y tendremos que hablar de ellas.

Pero como escribimos esto en Navidades no tenemos más remedio  que sacar de esa  hoguera  una  sugerente palabra, la más bella que anuncia el dar a luz: alumbrar, alumbramiento.



Cuando consiguió la humanidad  un cierto grado de comprensión llego al descubrimiento  del fuego,  aunque mucho antes ya las mujeres, por instinto,  estaban alumbrando a la humanidad.

Esa fiesta  luminosa  al  fin del  año tiene su origen en las fiestas saturnales de los romanos. 

Se celebraban del 17 al 23 de diciembre, a la luz de velas y antorchas, por el fin del período más oscuro del año y el nacimiento del nuevo período de luz, o nacimiento del Sol Invictus, 25 de diciembre, coincidiendo con la entrada del Sol en el signo de Capricornio (solsticio de invierno). Probablemente las Saturnales fueran las fiestas de la finalización de los trabajos del campo, celebrada tras la conclusión de la siembra de invierno, cuando el ritmo de las estaciones dejaba a toda la familia campesina, incluidos los esclavos domésticos, tiempo para descansar del esfuerzo cotidiano.

No sabemos  el día en que María dio a luz a Jesús, pero los cristianos recogieron y cristianizaron las fiestas  mitológicas de  aquel tiempo, sintiendo a Jesús como la verdadera  luz del mundo.

Aquí  se nos aparece un  chocante intercambio entre  lo que llamamos religioso y lo que entendemos como pagano.

Lo malo es que entre lo que llamamos fiesta de la luz n las saturnales romanas y la espiritual fiesta del nacimiento de Jesús luz del mundo y se nos ha metido otra palabra derivada de la lumbre pero que no da luz,  es algo que no alumbra  sino que nos ciega,  que ¡deslumbra!.

Aquí queríamos llegar  para ponernos en guardia

¿Ya  han averiguado el nombre de esa luz cegadora? Me imagino que sí, porque son ustedes observadores y críticos.  Miren:



Navidad con-sumo gusto y gasto




Ya ven: entre la luz alegre, religiosa y campesina de las saturnales romanas y la luz alegre, campesina, espiritual del Jesús que alumbró María, ha surgido la  la luz que deslumbra y  no deja ver la realidad del mundo mientras nos ciegan los que  nos despojan de la vida de amor  auténtica alegría…

¿Qué buscamos, que nos alumbren, que nos deslumbren?

 ¿Nos acercamos a  la LUMBRE  ¿a cuál?



Miren, escuchen, pregúntense: