Algunos de los carteles difundidos por Faithful America a favor de los inmigrantes y de los colectivos LGTBQ para mostrar “que no hay nada de cristiano en la agenda de Trump y Musk”.
El 8% de las distintas
comunidades cristianas está amenazado por las deportaciones. Esa proporción es
especialmente alta entre los católicos: el 18% de ellos podrían verse afectados
personalmente o en algún miembro de la unidad familiar. Y eso referido sólo a
aquellos que carecen de residencia legal o tienen un estatus temporal, como el
de demandante de asilo, por el que ahora la Administración quiere deportarlos.
Para el Gobierno Trump, toda persona sin estatus legal es un “criminal en
potencia”. Esa amenaza afecta al 6% entre los evangélicos y al 3% de los
miembros de otros grupos cristianos.
“Nuestro ruego con este
informe es que los cristianos americanos reconozcan que estas deportaciones
propuestas, sea cual sea su extensión final, no son un simple tema político,
sino una dinámica que va a impactarnos a nosotros, seguidores de Jesús”. Somos
una familia, afirman; si un miembro de la familia sufre, todos sufrimos.
Estas
deportaciones van a “separar a las familias en escala masiva, van a diezmar a
la Iglesia americana ya sumir en horribles crisis humanitarias a personas que
no han violado ninguna ley”
Los católicos son el
61% de los potencialmente amenazados de deportación, dice uno de los autores
del informe, que pretenden un “despertar masivo” de la comunidad cristiana.
Esas expulsiones serían una herida grave en las comunidades, que afectaría a
las familias, las parroquias y los ministerios de forma profunda. El obispo de
El Paso, Mark Seitz, ha confirmado que “los católicos están sobrerrepresentados
entre los que están en riesgo de deportación”, porque uno de cada cinco puede
ser deportado o ver expulsado a un miembro de su familia con la nueva política.
También en el mundo protestante se recuerda que las deportaciones supondrán un declive notable para sus Iglesias y comunidades, que se verán privadas de millones de miembros activos.
El impacto en las
familias es incalculable: estas deportaciones van a “separar a las familias en
escala masiva, van a diezmar a la Iglesia americana ya sumir en horribles
crisis humanitarias a personas que no han violado ninguna ley”, ha dicho Myal
Green, presidente de la ONG World Relief, una asociación mundial de ayuda
dentro del mundo evangélico equiparable a Cáritas en el ámbito católico. Esta
ONG convocó una protesta ante el Capitolio para denunciar que el recorte brutal
de las ayudas al desarrollo decidido por Trump pone en riesgo millas de vidas
en todo el mundo.
La extensión de la
protesta apunta a que se resquebraja el apoyo al actual presidente dentro del
mundo conservador cristiano, que lo ha apoyado siempre. Aunque el 59% de los
católicos lo respaldaron, la toma de posición de sus líderes contra las medidas
del presidente en materia de inmigración y ayuda humanitaria han llevado a
enfrentamientos verbales continuos, también con el vicepresidente Vance,
católico ultraconservador, que ha atacado duramente a los obispos acusándolos
de preocuparse sólo de su “resultado final”, en términos de número de fieles,
un “tremendo error de interpretación” para los obispos, que han recibido el
apoyo del papa en sus denuncias.
Lo
que sí está fracturándose es la unidad cristiana en torno a él, que llegó al
poder con el apoyo del cristianismo conservador y del catolicismo ultra.
Uno de cada doce cristianos en Estados Unidos puede verse afectado por las medidas antiinmigración de Trump y su política de deportaciones masivas. Las principales organizaciones católicas y evangélicas del país, entre ellas la Conferencia de Obispos, han elaborado un informe que revela y denuncia la amenaza sobre sus comunidades.
En un lenguaje menos
moderado, otro grupo cristiano más de izquierdas o socialmente comprometido,
Faithful América , que se moviliza en Internet y dice contar con más de 180.000
seguidores, afirma que el país enfrenta una crisis nacional, porque la nueva Administración
se dedica a “desmantelar las bases y los fundamentos del país, destrozando los
programas que protegen a la gente de la pobreza y la enfermedad y aterrorizando
a sus vecinos más vulnerables”. Pero ese proyecto, recuerdan, ha contado con el
apoyo de líderes cristianos nacionalistas importantes, como el mismo portavoz
de la Cámara, Mike Johnson, que “han torcido nuestra fe” para apoyar a
semejantes políticos.
Faithful
América se moviliza para que el cristianismo deje de identificarse en exclusiva
con la ultraderecha y para enfrentarse a esas políticas que creen muy lejos de
la doctrina cristiana.
Faithful America es “la
mayor comunidad en línea de cristianos que viven su fe traducida en amor y
justicia social activa”. Quieren recuperar el papel profético de las iglesias y
su contribución a una sociedad más libre y justa. Este grupo se moviliza para
que el cristianismo deje de identificarse en exclusiva con la ultraderecha y
para enfrentarse a esas políticas que creen muy lejos de la doctrina cristiana.
"No podemos esperar –dicen-. El gobierno Trump se mueve rápido y confía en
nuestra inacción e impotencia, en intimidarnos para que aceptemos su crueldad e
injusticia. Y no podemos esperar a que los tribunales decidan. Por eso
'necesitamos un movimiento atrevido' en contra y los cristianos han de ser
parte de ese movimiento que se ha concretado en numerosas protestas el 5 de
abril contra una agenda apoyada por la ultraderecha cristiana".
El citado día, se
convocaron en todo el país más de mil acciones o manifestaciones contra esas
políticas. Faithful América difundió un paquete de carteles y símbolos a
exhibir en esas manifestaciones, a favor de los inmigrantes y de los colectivos
LGTBQ, para mostrar, dicen, “que no hay nada de cristiano en la agenda de Trump
y Musk”. “No podemos dejar que los nacionalistas cristianos sigan secuestrando
nuestra fe al servicio de la agenda Cristofascista sin luchar”.
Por Lala Franco
Revista ALANDAR