Hoy vemos que en todo
el mundo se da un avance generalizado de la extrema derecha, pero pocos
análisis de la razón por lo que esto ocurre. Yo pienso que la última razón de
ese avance es que vivimos en una sociedad insatisfecha.
Hablar de sociedad
insatisfecha a principios de julio, con millones de turistas moviéndose por el
mundo y las playas a rebosar, parece que no encaja demasiado bien. Pero, sí
seguimos mirando, podemos ver que en el mundo hay también millones de personas
muriendo de hambre o con sus necesidades básicas apenas cubiertas. Difícilmente
podemos pensar que esas enormes multitudes forman parte de una sociedad satisfecha.
También nos podemos preguntar si todos esos millones que se pueden permitir el turismo y las vacaciones en la playa son personas realmente satisfechas. No olvidemos que vivimos en una sociedad capitalista ya los líderes del capitalismo no es precisamente el bienestar de la sociedad lo que les preocupa. Por supuesto que la moral, la ética es algo que tampoco entra en sus preocupaciones. Lo que realmente le preocupa son sus beneficios. Para conseguirlos la locomotora capitalista utiliza una herramienta muy eficaz: la sociedad consumista.
Ciertamente necesitamos
consumir para cubrir unas necesidades básicas, pero el bienestar, la felicidad,
la satisfacción con la vida va por otros.
Caminos. Lo que pasa es que el
capitalismo, con su publicidad abrumadora nos empujan por este camino, creando
una espiral de deseos insaciables que nos alejan de una vida realmente
satisfactoria.
En este marco la
extrema derecha presenta su alternativa,
que no cuestiona el capitalismo, sino que lo hace todavía más inhumano. Su postura frente a la emigración, pidiendo
la expulsión de ocho millones de emigrantes, es una buena muestra de su
inhumanidad y falta de moral.
Disfrazan su egoísmo con un nacionalismo radical, que no tiene en cuenta que es toda la humanidad la que se enfrenta a los graves problemas de hoy día. Con esto atraerán a gente con poco sentido ético y una visión miope de la problemática actual. Y desgraciadamente Parece que encuentran bastantes seguidores.
Antonio Zugasti