Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

27 de enero de 2019

COSA ... PALABRAS A VOLEO

PALABRAS  A  VOLEO



En todos los idiomas y culturas,  cuando no se conoce el vocabulario hay algunas palabras que sirven de  escapatoria, Cuando  hay algo  que no sabemos cómo se  llama,  tenemos  que buscar  una palabra  para nombrarlo.  En  los países de  Centroamérica  se suelen emplear  expresiones  como: ese chunche, ese volado,  ese  traste, o simplemente:  eso de  ahí (y lo señalamos  con  el dedo).

Según  el   idioma  español  se  utiliza la  palabra “objeto”  o   más  popularmente  la palabra

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COSA

Cosa  es  la palabra más universal que sirve para todo.  En su etimología esa expresión viene del latín causa: el principio, obtiene de  algo que se realiza. Cosa es algo  causado.  En el catecismo  aprendíamos  que Dios es  el creador de “todas las cosas”. Hoy la ciencia nos habla del “big bang” de  la gran explosión de la que  salió y se fue diferenciando  todo lo creado,  como empezó a explicar el jesuita P. Lemaitre, sin contradecir a la creación, pero vista desde otro punto.

Pero nos estamos yendo fuera del tema. Volvamos nuestra  reflexión sobre  las”cosas”

Mi recuerdo personal de  los años escolares es que,  cuando alguien  intentaba explicar algo diciendo: “eso es  una cosa que…”,   el  maestro  lo cortaba :  “cosa  es  no decir nada, diga usted  una planta,   una máquina, una…  lo que sea”.  Pero todos nosotros  a  veces nos tenemos que defender de nuestra ignorancia o  mala  memoria  hablando de: esa cosa de ahí, ese chunche, ese volado… o en general de “las  cosas”.


Eso nos sucede también cuando  los seres  humanos nos cargamos de objetos, que después no sabemos que hacer con ellos. (Esto  no es un  comercio, es propiedad privada)

Los ciudadanos de este país comentan actualmente, cuando algún personaje político se ha rodeado de  casas, fincas, vehículos lujosos…, producto de sus malos manejos,  ¿para  que tendría tantas cosas si no puede viajar en dos  carros a la  vez,  si no  puede vivir en dos  palacios distintos… Cuando se  muera no va a poder  llevarse   tantas cosas a  la tumba… Cosas… cosas…

Las cosas no  pueden reemplazar a las cualidades  personales, a los valores.  Muchos de  nosotros podemos acumular  objetos y no preocuparnos  del  bien  que podemos hacer , de  las virtudes que deberíamos  vivir,  de los conocimientos, de las acciones que merecen la pena.realizar en servicio social.

De algunos  religiosos se dice que tienen “el  mal de  piedra”  porque su obsesión es construir templos, capillas, edificios… Algunas de  esos edificios tuvieron su utilidad y otros quedaron vacíos o medio vacíos porque no tenían gente que acudiera a ellos. Mientras tanto  sigue  gente durmiendo por  las calles, emigrantes  sin hogar…

Uno de los peligros de  la religión es confundir la vida  con las  cosas, el tener  con el  ser.


En los templos  o conventos  se acumulan  imágenes,  cuadros, objetos más o  menos  litúrgicos  y más o menos lujosos y costosos….¡ Ah!  y más  o menos útiles o inútiles;  pero falta  la preocupación por otros medios de  formación, lecturas  que  ayuden a la formación de  los laicos, al  conocimiento de, Jesús  de la historia de la comunidad  y de los problemas  sociales y la acción por la  paz y la justicia de los prójimos.

El famoso triángulo que guía nuestras reflexiones se puede  también representar  con  tres verbos:

                        Tener         
          Saber   -   Hacer

Quién predicó  el mensaje de una nueva espiritualidad, Jesús,  se  preocupó de enseñar sabiduría y de  entregar su vida, aunque no tuviera  una piedra  donde reclinar  la  cabeza.

El error  de muchos  grupos, asociaciones que quieren profesar una cierta religión  es  que  olvidan el espíritu de   quien les fundó,  les  dominan  cosas, olvidándose del saber, de la conciencia que inspire su vida y de las acciones que les dirijan para servir en  la sociedad.  Terminan esclavos de  propiedades, de edificios y objetos… acaban esclavos de LAS COSAS.