Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

15 de febrero de 2023

CREER, ¿PARA QUÉ? A DIOS LE INTERESA QUE VIVAS BIEN

Seguramente estás convencido de que, si existe, Dios es bueno.

Pero está tan lejos y es tan grande, que probablemente apenas se preocupa de tu vida concreta. ¿Le puede interesar a Dios que tú seas feliz este fin de semana? ¿Cómo puede estar pensando en que te salga bien ese proyecto de trabajo, en el que has invertido tantas horas?

Desde muy niño te has ido haciendo la idea, de que en todo esto de la religión; hay dos mundos de intereses. Por una parte está lo que le interesa a Dios, y por otra lo que nos interesa de verdad a los hombres y mujeres que, día a día, luchamos por vivir lo mejor que podemos.

A Dios le interesa su <<gloria>>, es decir, que las personas crean en él, que lo alaben y que cumplan su voluntad divina. Eso es lo que Dios quiere y busca: que la gente rece, que le dé culto y practique la religión. Así Dios se siente <<a gusto>> recibiendo de sus criaturas honor y gloria.

Por otra parte está lo que de verdad nos interesa a nosotros: tener trabajo, compartir una vida dichosa con la pareja, acertar con los hijos, vivir bien, divertirnos, disfrutar de una sociedad en paz. Esa es la esfera de nuestros intereses, donde nosotros nos afanamos por vivir lo mejor posible.

Es fácil que también tú, como muchos otros, piensen así. A Dios le interesa <<lo suyo>> y trata de poner a las personas a su servicio. Impone sus diez mandamientos- como podía haber impuesto otros o ninguno- y está atento a cómo le responden los humanos. Si le obedecen, los premia; en caso contrario, los castiga. Como es Dios y Señor supremo del mundo, también concede favores. A veces gratuitamente a los que él quiere, a veces a cambio de algo, pero siempre buscando su propia gloria.

Los hombres y las mujeres, por su parte, buscan sus propios intereses y tratan de poner a Dios de su parte. ¿No es para esto la religión? Las personas que son religiosas le piden ayuda a Dios para que le salgan bien sus cosas, le dan gracias por los favores que reciben de él; hacen lo posible por mantenerlo contento; incluso le ofrecen sacrificios y cumplen promesas para hacer que se interese por sus asuntos.

Así piensan muchos creyentes de buena fe. Y, sin embargo, esta manera de entender y de vivir la religión es falsa. Dios es amor y solo amor. A Dios lo único que le interesa somos nosotros. Nos crea solo por amor y buscando nuestro bien. No hay que forzarlo ni convencerlo de nada. De él solo brota amor gratuito. A Dios le interesa tu vida, tu trabajo, tu libertad, tu salud, tu familia. Dios quiere una vida digna, dichosa y sana para todos y cada uno de nosotros.

Esta es tal vez la novedad más importante que introduce Jesús en la sociedad de su tiempo. Toma buena nota.

Según Jesús, para Dios lo más importante no es la religión, sino la vida de las personas. Esto es lo que le llevó a enfrentarse con los dirigentes religiosos del templo.

Para los sacerdotes de Jerusalén y los maestros de la ley, lo más importante es dar gloria a Dios observando la ley, cumpliendo el sábado y asegurando el culto del templo. Para Jesús, por el contrario, lo más importante son las personas. Por eso se dedica a curar a los enfermos, a aliviar el sufrimiento, acoger a los leprosos y marginados, defender a las mujeres, devolver la dignidad a las prostitutas, bendecir y abrazar a los más pequeños.

Sabía que, para Dios, nada hay más importante que las personas. Si vas descubriendo poco a poco cómo es Dios, tu vida cambiará.

Sentirás que Dios no te ama buscando su propio interés. Solo piensa en tu bien. Incluso cuando te llama a vivir una vida moral digna. No te equivoques. No pienses que Dios quiere fastidiarte.

Quiere que vivas lo que es bueno para ti, no lo que te va a hacer daño. Así es Dios.

¿Qué será de mí sin ti?

Acosado por angustias y miedos

me sentiría solo en el vasto mundo.

No sabría qué amar.

El futuro sería un abismo sombrío:

y cuando mi corazón se llenara de pena,

¿a quién diría yo mi inquietud?

 

FRIEDRICH NOVALIS,

poeta alemán (1772-1801)

 

José Antonio Pagola

Colaboración de Juan García de Paredes.