Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

28 de junio de 2019

FRENTE A FRENTE CAPITULO 21


San Pablo, fariseo hijo de fariseos, no conoció a Jesús. Nunca lo oyó hablar, no sabía nada de él.
María Magdalena, la que sí conoció a Jesús, su compañera, la verdadera fundadora del cristianismo, desprestigiada por una tradición machista.
Son 21 capítulos de debates imaginarios entre Pablo y María Magdalena, cada cual más candente que el otro. Los autores son José Ignacio y María López Vigil, los mismos de UN TAL JESÚS y OTRO DIOS ES POSIBLE.

Hoy les presentamos








PERIODISTA Amigas, amigos de Emisoras Latinas. Estamos en el cierre de estos debates, una iniciativa financiada generosamente por colaboradores que han pedido el anonimato por lo polémico de los temas. A lo largo de 20 programas hemos confrontado las ideas de Pablo de Tarso, apóstol de los gentiles, con las de María Magdalena, la compañera de Jesús. Tuvimos una entrevista solamente con Pablo. Y ahora, queremos conversar a solas con usted, María Magdalena. Bienvenida.

MARÍA Gracias, periodista Juan Luis.

PERIODISTA Antes de comenzar, ¿cómo se ha sentido usted durante estos debates con san Pablo?

MARÍA Muy bien. Aunque le confieso que el apóstol Pablo es más terco que la burra de Balaam. Qué hombre tan empecinado. De todas maneras, le reconozco una virtud, una gran virtud.

PERIODISTA ¿Cuál?

MARÍA Que amó a Jesús con toda su alma… al “Cristo” que él se inventó, y que le colgó todos esos títulos, que si Primogénito, que si Señor de Señores, que si Sumo Sacerdote… pero sí, lo reconozco, Pablo fue un apasionado por Jesús. El problema es que él no lo conoció. Si lo hubiera conocido, ¿qué otro hombre no hubiera llegado a ser?

PERIODISTA Usted sí lo conoció. Y de eso me gustaría conversar. María Magdalena, la compañera de Jesús. ¿Tal vez la persona más cercana al pensamiento y al sentimiento de aquel profeta extraordinario?

MARÍA Creo que sí… Bueno, no, su madre María siempre primero.

PERIODISTA Cuénteme. ¿Cómo era el carácter de Jesús? ¿Impulsivo, optimista, temerario?… Siempre lo pintan como manso y humilde…

MARÍA Humilde, sí. Él nunca se creyó por encima de nadie. Ni rey ni señor ni nada de eso… Pero tampoco se ponía por debajo de los poderosos. Y cuando lo buscaban, lo encontraban. Sobre todo, los fariseos y los maestros de la Ley. Lo provocaban y a él le salían chispas de los ojos… Me acuerdo una vez que teníamos hambre y empezamos a arrancar espigas del campo de un terrateniente. Y era sábado. Los fariseos nos vieron y se enfurecieron. ¡Está prohibido, prohibido!

PERIODISTA ¿Y entonces…?

MARÍA Entonces, Jesús se enfureció más que ellos. ¿Ustedes no saben lo que hizo David y sus hombres cuando tenían hambre? Entraron a la casa de Dios y comieron los panes del altar. Y les dijo: el sábado es para la gente y no la gente para el sábado. Aquello fue un pleito tremendo, todavía me acuerdo.

PERIODISTA Vehemente… ¿y también manso?

MARÍA La verdad, no me gusta esa palabra porque parece tonto… “manso como un corderito”… Y Jesús de cordero no tenía nada…

PERIODISTA Algunos teólogos dicen que de Jesús se sabe que lloró. Pero que nunca lo vieron reír…

MARÍA ¿Cómo dicen eso? Pero si Jesús se reía mucho. Con la gente, siempre estaba de buen humor. Y le gustaba mucho contar chistes.

PERIODISTA ¿Chistes…?

MARÍA Chistes, adivinanzas, historias… ¿En qué se parece el Reino a un granito de mostaza?

PERIODISTA ¿Se refiere a las parábolas?

MARÍA No sé cómo les llamen ustedes… El comenzaba: “Érase una vez un sembrador que salió a sembrar su semilla… La, la, la… “Éstas se me han caído entre las piedras… La, la, la… Y éstas se me han caído junto al camino y… pío-pío-pío… y estos pájaros se las comerán…” Él iba cambiando la voz, imitaba a los pajaritos, imitaba al viento… Y todos nosotros con la boca abierta escuchando y riendo y comprendiendo…

PERIODISTA Hablemos de su físico. ¿Cómo era?

MARÍA Bueno, era…

PERIODISTA En las películas y los cuadros siempre lo pintan rubio con ojos azules y más blanco que la leche…

MARÍA ¿Habrán conocido a otro con el mismo nombre? Porque Jesús era bien moreno, quemado por el sol de Galilea… Barbón, con los ojos del color del azabache…

PERIODISTA ¿Se parecía a su madre?

MARÍA Él salió a su madre. María era muy linda, un poco bajita, pero muy buena moza. Como la negra del Cantar.

PERIODISTA ¿Qué le gustaba comer a Jesús?

MARÍA Bueno, lo que comíamos siempre los pobres. Dátiles, pan negro… aceitunas… Su antojo eran las lentejas que le preparaba su madre allá en Nazaret… se chupaba los dedos…

PERIODISTA ¿Algo en especial que le gustaba hacer?

MARÍA Le encantaban las bodas. Cuando se casaban sus vecinos, no se las perdía. Siempre decía que el Reino de Dios se parece a la alegría del novio y la novia cuando se encuentran bajo el velo… Y en las bodas se bailaba mucho, siete días al hilo…

PERIODISTA ¿Jesús bailaba?

MARÍA Hasta que se le doblaban las rodillas. Lo hubiera visto en las bodas de Caná… Jesús era bueno para la rueda, como todos sus hermanos.

PERIODISTA ¿Algún deporte?

MARÍA No sé qué me pregunta…

PERIODISTA Quiero decir, algún juego… ¿A qué jugaban los niños en su tiempo?

MARÍA Bueno, las niñas con muñecas de trapo que nos hacían nuestros padres. Los varones jugaban al molino… al reyecito…

PERIODISTA ¿El reyecito?

MARÍA Sí, le tapaban los ojos a un niño… y venían los otros y lo pellizcaban o le daban un cachetazo…y el que estaba vendado tenía que adivinar quién le había pegado… Y cómo es la vida, Juan Luis, ese juego, para la burla y la crueldad, lo jugaron con él los soldados romanos en los calabozos de la Torre Antonia… Nos lo contaron después… No quiero recordar.

PERIODISTA Cambiemos de tema. ¿A Jesús le gustaba rezar?

MARÍA Sí, pero, ya le dije, nunca en el templo ni en la sinagoga. El rezaba en los montes. Rezaba cuando salía la Luna… cuando el cielo estaba sembrado de estrellas…

PERIODISTA ¿El padrenuestro?

MARÍA Si, esa oración nos enseñó…

PERIODISTA Le tengo una sorpresa, María Magdalena. Un amigo de Emisoras Latinas, que sabe arameo, nos grabó el Padrenuestro en arameo…

MARÍA ¿De veras?

PERIODISTA ¿Quiere escucharlo?

MARÍA Sí, por favor, me traería tantos recuerdos…

PERIODISTA Pues escuche…

PADRE NUESTRO EN ARAMEO

MARÍA Me ha sacado las lágrimas… Si hasta la voz se le parece…

PERIODISTA Y ahora, María Magdalena, cuéntenos algo de usted…

MARÍA De mí… ¿qué quiere que le cuente?

PERIODISTA ¿Cuándo conoció a Jesús? ¿Cómo lo conoció?

MARÍA En Cafarnaúm. Hubo una sequía grande y mucha gente buscó consejo en Jesús, que ya tenía su fama… Yo recién me sumaba al movimiento. Vine caminando desde Magdala porque corrieron la voz de que un nazareno estaba hablando como Juan el Bautizador… De Nazaret no sale nada bueno, me dije yo. Pero por la curiosidad…

PERIODISTA ¿Y…?

MARÍA Y desde que lo vi… No lo niego, quedé prendada… Jesús era un hombre muy atractivo… Yo me enamoré de él desde el primer día… como Raquel cuando vio a Jacob junto al pozo…

PERIODISTA ¿Amor a primera vista?

MARÍA Diga mejor a primer oído… Fueron sus palabras las que me conmovieron.

PERIODISTA ¿Y él…?

MARÍA Él tardó un poco más… Pero un día se fijó en mí… Y no le doy detalles porque el amor es como los perfumes, que se guardan sellados para que duren siempre…

PERIODISTA He leído que Magdala, en su tiempo, era la ciudad más importante de Galilea…

MARÍA Sí, muchos vendían y muchos compraban…

PERIODISTA Algunos dicen que usted tenía buenos ahorros, y con ese dinero ayudaba al movimiento de Jesús…

MARÍA No, yo tenía mi puesto de pescado seco… Y cuando íbamos a Betsaida o a Corozaím, o cuando viajamos hasta Tiro y Sidón, yo llevaba un canasto de pescado para que comieran todos y dejaba a mi hermana menor atendiendo el puesto… Todos hacían lo mismo, llevaban alguna cosa y compartíamos…

PERIODISTA En algunos cuadros a usted la pintan como una dama de clase alta, vestida de sedas, con joyas…

MARÍA ¿Cuál clase alta? En el movimiento todos éramos de una sola túnica.

PERIODISTA Es decir…

MARÍA Una túnica y un par de sandalias. Esa era la riqueza.

PERIODISTA Usted nos contó que estaba casada… Pero que su marido era… digamos que…

MARÍA Era un demonio. Valía por siete demonios.

PERIODISTA Y entonces se separó de él…

MARÍA Sí, Jesús me aconsejó y yo lo dejé. Le dije: lárgate. Un hombre que pega a una mujer no es hombre, es un esbirro. Con el cuchillo de pelar pescados lo amenacé. Nunca más me molestó.

PERIODISTA ¿Y en el grupo de Jesús la recibieron bien?… Porque a una mujer separada la mirarían con malos ojos…

MARÍA En el movimiento había de todo… Hombres y mujeres, viudas, adúlteras, borrachitos, hasta prostitutas que habían dejado esa vida… Mucha gente pobre.

PERIODISTA Vamos a un tema de fondo… Yo estuve investigando y descubrí que un obispo de Roma, Hipólito se llamaba, del siglo tercero, la llamó a usted, “apóstol de los apóstoles”. ¿Lo sabía?

MARÍA ¿Cómo podía saberlo, Juan Luis?

PERIODISTA Sí, claro… siglo tercero… pues… En todo caso, me parece… ¿cómo diría yo?… un piropo muy importante. La pone a usted por delante de los doce apóstoles, de Pedro, de Santiago, de Juan… y hasta del apóstol Pablo, que usted ha conocido muy bien en estos debates. Y le pregunto: ¿a qué se debe este elogio tan notable?

MARÍA Imagino que… lo digo sin vanidad… imagino que se debe a que fui yo la que alboroté el avispero.

PERIODISTA No la entiendo.

MARÍA Ya le conté… Jesús muerto, puesto en el sepulcro, envuelto en un sudario. Y nosotras… Nosotras, las mujeres, lo resucitamos. Yo fui la primera que corrí donde los discípulos y les dije: ¡He visto a Jesús!

PERIODISTA Era difícil que le creyeran…

MARÍA Mucho. Porque en mi país las mujeres no teníamos peso en las palabras. En un juicio no podíamos dar testimonio. Pero fui yo la que convencí a aquellos cobardes. Que me lo agradezcan, porque si yo no hubiera hablado, sin nosotras, las mujeres, el movimiento habría terminado.

PERIODISTA O sea que usted fue la primera apóstol, la apóstol de los apóstoles.

MARÍA Gracias, Juan Luis. Todah, en la lengua de mi pueblo. Todah rabah.

PERIODISTA No, gracias a usted, María Magdalena. Para mí ha sido un enorme placer conversar con usted, conocerla de cerca… Comprendo que Jesús se enamorara de usted… una mujer igualmente extraordinaria. ¿Algo más que añadir para nuestra audiencia?

MARÍA Sí, algo más. Yo amé tanto, tanto a Jesús… que me alegraría saber que quienes han escuchado estas conversaciones lo amen tanto como yo. Y sobre todo, que sigan luchando para que las cosas cambien, para que llegue pronto el Reino de Dios. Y me despido también en arameo: ¡Maranatá!

PERIODISTA Y así, hemos llegado al final de nuestra trasmisión y de esta serie de polémicos debates. Para quienes no los hayan podido seguir en vivo y en directo, los encuentran en nuestra página www.emisoraslatinas.net Y recuerden lo que siempre hemos dicho: quien tiene preguntas, piensa; quien sólo tiene respuestas, obedece. Estuvo con ustedes, Juan Luis.