Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

7 de agosto de 2021

PEREGRINO- Palabras a Voleo

 

PALABRAS A VOLEO

Martín Valmaseda

Esta vez lanzamos a voleo una palabra que podríamos calificar de inquieta, móvil, esperanzada… Primero les ofrecemos el origen lingüístico de esta palabra que es:

PEREGRINO

Préstamo (s. XIII) del latín peregrinus ‘que viaja al extranjero’, ‘extranjero’, derivado del adverbio peregre ‘en el extranjero’ y este de ager ‘campo’, ‘país’. En la Edad Media se especializa en designar al viajero por motivos religiosos.

Esto como principio, pero si decimos que tal expresión es inquieta, móvil, esperanzada, y que tiene un origen medieval, dejen que les sigamos hablando en romance: román paladino, Con el cual suele el pueblo – dijo Gonzalo de Berceo - fablar con su vecino:

Romance de los  peregrinos

Hablar con el vecino de la senda que encuentras a lo largo del camino Cuando vas caminando hacia Santiago y se encuentran: vos con él como él contigo. 







Por ejemplo: el camino que hacemos, el del norte + el que entra por Irún hacia el destino+ que le marcan albergues paso a paso + entre cántabros, astures y celtíberos.+




Que el camino no es solo ir avanzando+ sino también encontrar un abrigo + a descansar, partir el pan, fijar la ruta 










+y gustar -también- dijo Berceo - un vaso de buen vino.

Solas o acompañados mujeres y hombres Encuentran - por ejemplo -en Güemes el cobijo





Que edificó un tal abuelo Peuto donde albergar sus nietos y sus hijos, y en la cuadra de abajo, sus ganados Y en toda la cabaña un futuro más vivo.






¡Quien le iba a decir a aquel abuelo Que su choza tenía ya un alegre destino! Que el nieto que salió porque Dios le llamaba, después de atravesar océanos y lejanos caminos 






Volvería a la cabaña y la haría un albergue Para quienes pasaban camino de Santiago, peregrinos.+ 





El nieto sacerdote y albañil, que no buscaba a Dios en los pucheros, como Teresa dijo,+ sino entre la basura, en la gente sin casa y entre los que caminan mirando al infinito.




Y se  abrieron espacios en la  antigua cabaña; 



espacios para llenar, espacios vivos. El corral del ganado se convirtió en museo, Donde los caminantes puedan sentirse unidos









El espacio de arriba se volvió biblioteca, En donde se ordenaron fotos, mapas y libros.             








Hubo espacios abiertos para hacer reuniones, donde los que pasaban supieran  los motivos que tiene aquella ruta,  que no es sólo turismo.






Espacios de descanso, cuando al caer  la noche sueñan los  que llegaron su pasado y  futuro  destino






Espacios de recuerdo para el viejo  Land Rover que recorrió parajes  por el mundo amerindio- escuela de la vida  mucho más importante que la universidad y que todos los libros.

Espacios  de  los Güemes  que además de Cantabria son Argentina, México y  hasta  Estados Unidos.




En todo aquel espacio hay tiendas de campaña por si  los  caminantes  ya no encontrasen  sitio.





Pero el último espacio, aunque el más importante que resume en su texto y pintura el espíritu que tiene   esta cabaña:  


Es la pequeña ermita sin santos, ecuménica, que cuenta los motivos por los que se camina, pues todos caminamos desde el vientre materno al último suspiro.


Cualquier ser, con conciencia de vivir esta vida no para aprovecharse ,  para  nosotros  mismos, colgados de los hilos  como unas  marionetas, sino  dándonos cuenta de  que todos unidos en el  amor  eterno  de los seres creados



harán un  mundo nuevo, 
juntos,  los  peregrinos