Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

17 de febrero de 2018

NAUFRAGIOS



En nuestro blog (TODOS SOMOS UNO) vamos a ir publicando por capítulos la narración de las aventuras de Alvar Nuñez  Cabeza de Vaca  un explorador que más que conquistar pensaba en  comunicarse en paz con los nativos de la América recién “descubierta”. Si todos hubieran sido como él…

CAPITULO III
Cómo llegamos a la Florida
En este mismo día salió el contador Alonso Enríquez y se puso en una isla que está en la misma bahía y  llamó a los indios, los cuales vinieron y estuvieron con él buen pedazo de tiempo, y por vía de rescate le dieron pescado ya Algunos pedazos de carne de venado. Otro día siguiente, que era Viernes Santo, el gobernador se desembarcó con la más gente que en los bateles que traía pudo sacar, y
como llegamos a los buhíos o casas que habíamos visto de los indios, hallémoslas desamparadas y solas, porque la gente se había ido aquella noche en sus canoas. El uno de  que ellos buhíos eran muy grande, que cabrían en él más de trescientas personas; los otros eran muy pequeños, y hallamos allí una sonaja de oro entre las redes. Otro día el gobernador levantó pendones por Vuestra Majestad y tomó la posesión de la tierra en su real nombre, presentó sus provisiones y fue obedecido por gobernador, como Vuestra Majestad lo mandaba. Asimismo presentamos nosotros las nuestras ante él, y él las obedeció como en ellas se contenía. Luego mandó que toda la otra gente desembarcase y los caballos que habían quedado, que eran más de cuarenta y dos, porque  los demás, con las grandes tormentas y mucho tiempo que habían andado por la mar, eran muertos; y estos pocos que quedaron estaban tan flacos y fatigados, que por el presente poco provecho pudimos tener de ellos. Otro día los indios de aquel pueblo vinieron a nosotros, y aunque nos hablaron, como nosotros no teníamos lengua, no los entendíamos; mas hacían nos muchas señas y amenazas, y nos pareció que nos decían que nos fuésemos de la tierra, y con esto nos dejaron, sin que nos hiciesen ningún impedimento, y ellos se fueron.