Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

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3 de octubre de 2020

Tierra de maiz

Sentando las bases del IALA Ixim Ulew “tierra de maíz” 

Nicaragua, Soberanía Alimentaria

Ixim Ulew significa tierra de maíz en la lengua maya-quiché. Es el nombre elegido para el Instituto Agroecológico Latinoamericano (IALA) de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC)-La Vía Campesina que funciona en Chontales, Nicaragua, y es la sede mesoamericana que apoya la Fundación Mundubat, además del IALA en Colombia.

La ong vasca ejecuta el Proyecto “IALA Ixim Ulew: promoviendo la Soberanía Alimentaria entre la juventud rural centroamericana”. El trabajo se hace en alianza con la Asociación de Trabajadores del Campo (ATC), gracias al financiamiento del Gobierno Foral de Navarra. Bajo esta premisa, se graduó en noviembre de 2019 la primera promoción de técnicos agroecólog@s y actualmente está en marcha, en modo virtual, la segunda tanda de alumnado que ha visto afectada las actividades presenciales por la pandemia del Covid-19.

Al IALA Ixim Ulew llegan jóvenes de República Dominicana, México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. Un 45% de la participación es de mujeres. Los grupos suelen ser de 40 participantes que ahora con las nuevas tecnologías, como las plataformas Zoom y Moodle, pueden continuar el programa de formación, mientras se resuelve la emergencia por el coronavirus.

La alternancia rinde frutos

Marlen Sánchez, directora del IALA Ixim Ulew, contó que el modelo de estudio es en base a la Alternancia: Tiempo Escuela – Tiempo Comunidad. Esto permite orientar un proceso formativo desde la sede principal, pero a la vez desarrollan un proceso organizativo y de práctica social en los territorios respectivos de cada joven. “Significa que nuestra modalidad de estudio también es el acompañamiento mismo, tanto de las organizaciones de base como del Colectivo Pedagógico del IALA, el cual, a distancia, da seguimiento al tiempo comunidad de cada educando y educanda”, detalló Sánchez.

Para Mundubat, en el contexto del trabajo regional en Centroamérica e internacional con La Vía Campesina (LVC) y sus respectivas organizaciones a nivel local, el consolidar el IALA Ixim Ulew es fundamental. Eneko Gerrikabeitia, presidente de Mundubat, sostuvo que desde hace años, en la colaboración y acompañamiento a LVC, una constante demanda ha sido el apoyo al proceso de formación agroecológica de la mano de las organizaciones y movimientos que hacen parte de la CLOC – LVC, “sobre la necesidad de continuar un relevo generacional que haga énfasis en la formación agroecológica bajo los principios de la soberanía alimentaria, frente al capitalismo en la agricultura”.

Y es así que explícitamente Mundubat, en su estrategia de Soberanía Alimentaria, incorpora el apoyo a los IALA de la LVC que con las organizaciones locales ha ido desarrollando dinámicas adaptadas a cada contexto (local, regional, etcétera) para proyectar un necesario cambio de paradigma productivo, donde el campesinado se convierte en el sujeto que, de forma organizada, traza sus prioridades y, entre ellas, la formación_ básicamente, entre pares_ es una de ellas. Es decir, el intercambio de experiencias de “campesino/a a campesino/a”.

IALAs = Universidades campesinas

El desarrollo del proceso formativo exige recursos de infraestructura física de las escuelas, espacios productivos, apoyo metodológico, viajes del alumnado (locales, regionales e internacionales) para poder reunirse durante la formación teórica y práctica en el IALA. “Se trata de trascender la formación convencional, revalorizando el conocimiento campesino/indígena”, argumenta Gerrikabeitia. “Frente al agronegocio y neoliberalismo que deprendan territorios y vida”.

¿Cómo nos articulamos de forma eficaz y propositiva?, ¿cómo vamos tejiendo redes, uniendo esfuerzos y sumando movimiento? A estas preguntas también intentan responder los IALAs. Y de ahí su pertinencia.

Ixim Ulew capacita a la juventud en la producción agroecológica y en la soberanía alimentaria como marco político, bajo el paraguas de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos Campesinos y de Otras Personas que Trabajan en las Zonas Rurales, adoptada el 17 de diciembre de 2018. Y, en la actual emergencia por la pandemia, los IALAs demostraron su valía, porque se vio como el modelo de desarrollo económico y social colapsó por el sistema neoliberal, quedando al descubierto las desigualdades de un sistema insostenible que privatiza los servicios públicos.

El hambre se para con la agricultura campesina

“El Covid-19 es un llamado para repensar nuestros modos de desarrollo, exigir y dar respuestas integrales a la crisis actual, donde se aborden las causas de la inconsistencia socio-ecológica que tenemos en nuestro planeta”, piensa Gerrikabeitia.

En ese sentido, se hace vital la producción de alimentos para enfrentar el hambre y la crisis económica de los pueblos, promoviendo la agricultura campesina y ahí juegan un rol importante los Institutos Agroecológicos Latinoamericanos. De acuerdo a Gerrikabeitia, se trata más específicamente de mejorar las capacidades técnicas y políticas de la juventud campesina centroamericana para promover la transición agroecológica en la región y el relevo generacional del liderazgo campesino e impulsar el feminismo campesino y popular, otra de las prioridades de la CLOC-LVC.

Uno de los aportes de Ixim Ulew fue el seminario virtual, entre junio y agosto de 2020, sobre la agroecología en el campo ante el planeta y la especie humana. La idea que se defendió es que sólo la producción campesina enfría el planeta y garantiza la lucha contra el hambre. Diversos ejemplos desde la sede del IALA mesoamericana, entre ellos la cosecha de maíz tierno, conocido como chilote, xilote, shilote y jilote, haciendo honor a su identidad maya-quiché.

La respuesta al cambio climático

Tema candente frente a los diferentes retos que plantea el cambio climático y ante las innumerables evidencias de que el pequeño campesinado está demostrado que es quien “enfría” la tierra actualmente, la agricultura ecológica es capaz de alimentar a la población mundial sin poner en riesgo la salud del planeta, preservando la biodiversidad y los ecosistemas locales, frente al acaparamiento de tierras y extensión de monocultivos, los agrotóxicos….que dañan el sistema de vida y sobrevivencia de los pueblos y su cultura.

Por si alguien lo duda, los datos son categóricos: entre el 44 y 57% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de la cadena alimentaria industrial, entre las que se encuentran la deforestación, agricultura, procesamiento, embalaje, negocio minorista, transporte, refrigeración y desperdicios. Ello se debe a las grandes plantaciones de monocultivos como la palma africana, la caña de azúcar, la soja que utilizan grandes cantidades de químicos y semillas transgénicas.

Mientras el sistema alimentario industrial provee alimentos al 30% de la población mundial, utilizando un 75% de los recursos agrícolas, los y las agricultoras a pequeña escala alimentan a más del 70% de la población mundial, utilizando el 25% de los recursos agrícolas.

La apuesta por la vida

Mundubat comparte la visión de los IALAs que defienden la agroecología como un modo de vivir, luchar y resistir contra el capitalismo. Lo hace con apoyos concretos tanto a Ixim Ulew como en Colombia, pero también en Cuba, en Centroamérica en general y Bolivia, donde mano a mano trabaja con el movimiento campesino articulado en LVC.

Gerrikabeitia recuerda que siendo nuestro lema: “Todas las personas, todos los derechos, un mundo”, no hay otra manera de garantizar el mismo que luchando contra las causas que no lo hacen posible y, desde luego, a la vista está que no va a ser dentro de este sistema actual. Y, frente a ello, debemos repensar y cambiar nuestra forma de vida (privilegiada a costa de otros), de trabajo y de consumo y de relaciones con la naturaleza. Y, esto lo debemos hacer además de forma colectiva, no sólo resistiendo, sino también planteando alternativas y la agroecología es una de las “patas” de este necesario cambio. Y, eso parte de una lucha común contra el capitalismo.

Tomado de: Mundubat