Jn 10, 27-30
Un mecanismo
característico de la mente es la proyección, que la lleva a crear imaginarios
antropocéntricos, es decir, dotados de rasgos humanos. En el campo religioso,
tal mecanismo ha dado como resultado la creación de dioses (y diosas) a la
medida humana. Dios apareció así como un ser (o yo) separado, adornado con
nuestras mismas cualidades, aunque en grado superlativo.
Las personas sabias, sin embargo, siempre han afirmado otra cosa. Lo que vivió el propio Jesús –“El Padre y yo somos uno”–, lo han vivido los místicos, aunque pocos lo hayan expresado de ese modo. Recojo algunas afirmaciones destacadas: “El fondo de Dios y mi fondo son el mismo fondo” y “Dios y yo somos uno” (Maestro Eckhart); «Amor [así acostumbraban nombrar a Dios las beguinas] y esas Almas son una misma cosa y no dos” (Marguerite Porète); “Mi yo es Dios: no me conozco otra identidad que Dios” (Santa Catalina de Génova); “¡Vedlo! Soy Dios. ¡Vedlo! Estoy en todas las cosas. ¡Vedlo! Hago todas las cosas” (Juliana de Norwich); “En mi ser esencial, Yo, por naturaleza, soy Dios” (Jan van Ruysbroeck).
Pero, por lo general,
los seguidores de Jesús no comprendieron el mensaje que se lee en el evangelio
de hoy. Lo que hicieron fue “divinizar” a Jesús y pensar que una afirmación de
ese tipo únicamente podía referirse a él, ignorando algo básico desde la
comprensión no-dual: lo que es Jesús, lo somos todos.
Hace poco tiempo
recibiendo un correo de un hombre a quien no conozco, en el que, refiriéndose a
los años de su juventud pasados en un seminario, expresaba lo siguiente:
“Lógicamente de esto hace muchos años, pero en mi interior no veía a Dios como
una persona distinta a nosotros sino todo lo contrario, pero no podía decirlo
ni insinuarlo en aquellos entornos… Pero yo creía que Dios no podía ser alguien
tan distante y distinto a nosotros mismos. Sentía lo mismo que tú expresas en
tus libros, pero no le sabía poner nombre: NO DUALIDAD”.
Un dios separado no existe, porque en la realidad no existe separación alguna . Esto es un dato reconocido por la filosofía (piénsese en Alfred Whitehead) y por la misma ciencia (la física cuántica y su principio de interrelación: los experimentos del premio Nobel de física en 2022, Alain Aspect y las explicaciones de Carlo Rovelli). No existen cosas (separadas), sino procesos, es decir, interrelación absoluta. Nada puede quedar fuera de la única Totalidad. Todo es relación, es decir, todo es amor.
Enrique Martínez Lozano