Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

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17 de septiembre de 2025

“SEMBRANDO AGUA Y VIDA”

 Un proyecto comunitario en San Juan Comalapa para enfrentar la sequía

El proyecto lo desarrollan mujeres y jóvenes de las comunidades de Panicuy y Paraxaj de San Juan Comalapa, Chimaltenango, ante los efectos de la crisis climática que afectan a estas comunidades en tiempos de sequía. 

Por Joel Solano

La escasez de agua que enfrentan las comunidades de San Juan Comalapa, los ha llevado a encontrar nuevas estrategias para conservar sus fuentes durante el verano. Uno de esos proyectos es la “Siembra de agua”.

Este proyecto consiste en la excavación de pozos, de 2 metros de profundidad por unos 80 centímetros de diámetro, alrededor de afluentes para captar el agua de las lluvias.

Foto de Joel Solano

Los pozos tienen la finalidad de abastecer los afluentes de agua que las familias tienen en sus terrenos o en la casa. Los pozos se cubren con cajas de bebidas para que funcionen como filtro y evitar que haya accidentes.

Silvia Cutzal, de la Asociación Nuestra Casa, dice que el proyecto “Sembrando Agua y Vida” nace por la necesidad de contar con agua, porque con cada verano se vuelve más difícil conseguirla en las comunidades.

Por ello iniciaron un proyecto piloto. La población está interesada y eso es importante, ahora trabajamos con 40 personas de Panicuy y Paraxaj, pero esperamos que en la segunda fase participen más, dijo Cutzal.

La primera fase del proyecto consiste en cavar pozos y zanjas. Cada uno tiene la capacidad de retención de 1000 litros de agua.

El proyecto consta de tres ejes que son: la conservación del agua de lluvia, la siembra de árboles frutales y forestales y la gestión de conocimiento con gente adulta y niñez.

Creemos que es importante la transmisión de conocimientos, que los niños aprendan el trabajo de los adultos, he ahí la necesidad de formar a las futuras generaciones, señaló Cutzal.

Pérdida de agua afecta a las comunidades

En Panicuy y Paraxaj, la mayoría de la población se dedica a cultivar café, maíz, frijol, güicoy, güisquiles y tomate. También producen plantas frutales de manzana, durazno, limón, ciruelas, y otros, para venderlos en los mercados locales.

Pero la falta de agua en los últimos años les afecta ya que el terreno donde la mayoría ha cavado un pozo artesanal es rocoso y hacerlo más profundo para encontrarla se vuelve una tarea complicada.

Los nacimientos de agua que aún se conservan en algunos lugares han perdido su caudal, entre otras razones, por la crisis climática y la tala de los bosques. Algunas fuentes y pozos se secan por las altas temperaturas que se registran durante la temporada de verano.

En este proyecto la comunidad aportó los conocimientos que han adquirido en el campo: cavar pozos más profundos, encostalar la tierra para colocarla a su alrededor, usar cedazo sobre las cajas para su conservación.

Las zanjas más profundas, la inclinación de los terrenos, los cuidados que se deben dar al sembrar las plantas, el cuidado de los animales y qué tipo de suelo es apto para las siembras de los terrenos, fueron otros de los aportes.

También compartieron sobre los cuidados que se necesitan al convivir con la naturaleza y el aprovechamiento de las distintas especies de las plantas forestales y frutales.

Mujeres aprovechan el proyecto

Florinda Calicio López, de la comunidad de Paraxaj, menciona que ser parte del proyecto es una forma de ayudar al planeta.

Ella cavó un pozo de dos metros en el patio de su casa y lo cubrió con cajas para que filtren el agua de lluvia.

También cuentan con un pozo artesanal que utilizan más en verano, pero con la sequía de los últimos años ha bajado mucho su caudal.

El pozo con el que se abastece, de 12 metros de profundidad, lo tiene desde hace cinco años, pero se han dado cuenta que cada año el agua baja entre medio metro a un metro.

“Esperamos que los resultados del proyecto se vean para este año”, dice Florinda. Ella usa el agua para lavar ropa, el riego de plantas frutales y para el consumo diario. 

 

Ana Florinda Camey de la comunidad de Panicuy. Foto de Joel Solano

Como parte del segundo objetivo del proyecto las familias reciben plantas forestales de la asociación Nuestra Casa.

Entre las especies está el sauco, la macadamia, limón, aguacate y el ilamo o anona, planta o árbol que se utiliza para sembrar en los alrededores de los nacimientos o pozos y que ayudan a la conservación de los suelos y el agua y al medioambiente.

Buscan conservar agua de los suelos

El agrónomo Fernando Cali indica que con el proyecto buscan la conservación de agua en los suelos. Hay familias que carecen de ella por los fenómenos climáticos, muchos apuestan por pozos mecánicos, pero esta es una solución temporal, no para toda la vida.

Perforar pozos pequeños alrededor de pozos artesanales y almacenar el agua de la lluvia en techos de las casas o zanjas ayudaría a la alimentación de los pozos artesanales y a los nacimientos.

Para Cali también se busca incentivar a las personas que no se centre en el monocultivo, como la siembra maíz en pendientes, que son terrenos que están en las laderas de los cerros. Al cultivar únicamente maíz y, sin árboles, se corre el riesgo de que haya deslaves. 

Agrónomo Fernando Cali. Foto de Joel Solano

De ahí la importancia de sembrar árboles forestales como medida de conservación, “por eso recomendamos sistemas agroforestales”, añadió.

A los beneficiarios del proyecto “Sembrando Agua y Vida” se les dio ilamo, una planta tropical nativa del suroeste de México y Centroamérica, el sauco, que son plantas o arbustos que están en las zanjas que aportan servicios ambientales como bienes en frutas para beneficios a la población, el limón, la naranja, la macadamia y aguacates, que, a criterio del agrónomo, son plantas que deberían de cultivarse.

Por una parte, las familias tienen el espacio y deberían tener más acceso a la alimentación y además conservan los suelos para conservar sus fuentes de agua.

“Y con esto resguardamos el agua para el futuro y un futuro inmediato con estos pozos”, agregó.

Tenemos la oportunidad de aprovechar el agua de la lluvia y los pozos se encargarían de filtrarla, en las comunidades deberían de perforarse más pozos y eso nos garantizaría más agua para más años, indica Cali.

Para la conservación del agua los saucos y el ilamo son buenos, ya que son arbustos que aportan a la restauración de los suelos, proveen alimento y refugio para la fauna y atraen polinizadores, por eso la importancia de los sistemas agroforestales. 

Promover la siembra de agua desde el nivel comunitario

El proyecto también contempla el cambio de hábitos de las personas para que vayan introduciendo los cambios a su sistema de vida.

Para el agrónomo, las autoridades estatales tendrían que involucrarse para promover políticas públicas encaminadas a la seguridad hídrica en un futuro inmediato.

Queremos plantear un proyecto mejorado para el beneficio de las comunidades, a través de la organización y el conocimiento de sus capacidades, señala Cali. 

Fernando Cali mientras tapa uno de los pozos. Foto de Joel Solano

Esto puede ser desde las autoridades locales como los Consejos Comunitarios de Desarrollo (Cocodes), alcaldías auxiliares, comités de agua y las gobernaciones departamentales.

Otro de los objetivos que se han trazado busca concientizar a las autoridades nacionales y locales sobre la importancia de la siembra de agua, un proyecto novedoso que ha resultado exitoso en otros países para garantizar la conservación y el acceso de agua en pozos y nacimientos.

Países que promueven la siembra del agua

La siembra y cosecha del Agua en Iberoamérica es un sistema ancestral de gestión del agua que utiliza soluciones basadas en la naturaleza. El actual modelo de gestión se basa exclusivamente en infraestructura gris (construida por el hombre), pero el cambio en el entorno demanda un nuevo enfoque que permita encarar los crecientes desafíos de seguridad hídrica, que implican el aumento de la población y la crisis climática.

La Siembra y Cosecha del Agua

Un artículo científico Siembra y Cosecha de Agua: hacia una aproximación conceptual, de Dante Quispe-Martínez, planta que es “una composición de dos términos asociada a la recolección, almacenamiento, infiltración, percolación, conducción, afloramiento y aprovechamiento de aguas superficiales.

Es un sistema que involucra ingresos, interacciones y egresos, lo que posibilita satisfacer la demanda de agua con fines domésticos y para la agricultura, la ganadería y piscicultura.

A decir de Cali lo que existe en Guatemala es un modelo extractivo, ya que lo que un día era bosque ahora sirve para cultivar granos básicos, luego se abandonan, se contaminan y se degradan. Es un modelo poco eficiente.

Al no tener medidas de conservación del agua y en los suelos, en mediano y largo plazo tendrá efectos caros, porque degradamos nuestro entorno, depredamos nuestros bosques y dejamos cultivos y utilizamos agroquímicos contaminantes, dijo.

La experiencia de Ana Camey

Ana Florinda Camey, una de las beneficiarias, comparte que el proyecto es algo que le gusta ya que es por el bienestar de la comunidad de Panicuy, donde el agua escasea.

Foto de Joel Solano

Los niños van creciendo y esto servirá para que ellos lo aprovechen en el futuro, anotó.

En el caso de su familia, es su esposo quien participa en el proyecto. Cuando el regresa del campo sembrará las plantas, para que en un futuro tengamos más agua.

Con la perforación de un pozo y un zanjón espera que puedan ayudar a los afluentes que tienen, ya que cuando llega el verano tienen que ir a los ríos más más cercanos, a media hora o 40 minutos de caminata, para abastecerse y lavar la ropa.

Lo mismo hacen la mayoría de los vecinos.

La macadamia, el aguacate, el limón aportan a la conservación de los suelos mientras crecen y están listos para dar frutos, “si es bastante lo podremos vender y nos ayudaría en la parte económica”, señaló Camey.

Para Camey, la población indígena ha sabido convivir, valorar y respetar el medioambiente, que es su entorno. Con el correr del tiempo han sido influenciados por otras prácticas, que se transmiten en redes sociales y la televisión que han interferido con los saberes ancestrales que ha heredado la cosmovisión maya.

En ese contexto, las comunidades se enfrentan al poco acceso a la educación, trabajo, tecnificación de la producción agrícola; algunos jóvenes optan por migrar a otros lugares en el mismo país o en otros casos hacia otros países, por la falta de oportunidades para una vida que les permita vivir con lo necesario.

El reto de las comunidades de Panicuy y Paraxaj será enfrentar la sequía, pero es a través del proyecto del cultivo del agua que esperan que sus afluentes se conserven para el próximo verano, y con ello abastecer a sus familias y asegurar un futuro prometedor para las nuevas generaciones. 

Prensa Comunitaria