Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

27 de mayo de 2021

El cuento de Willy Capítulo 28

                                                       

El cuento de WILLY 

Historia de un niño algo especial que de mayor lo siguió siendo… a su manera

Martín Valmaseda

Dibujos: Karla y Andrea Aguilar

CAPÍTULO 28

WILLY FRENTE A LA VIDA

Pasó  el  tiempo  de vacaciones,  en  Guatemala  de octubre   a  principios  del  nuevo  año.  Ese  tiempo lo  pasó  Telma  en  su aldea,  ocupada en  los  trabajos  del  campo y  ayudando a   su  madre  en las  faenas de casa.  Se desconectó   de  Willy. Ni  siquiera  se  vieron  cuando  bajó a matricularse  en  ciencias  de la comunicación.




Al  llegar los  primeros  días  de enero,  bajó  a    sentir  cómo sería  ese cambio de estudios  y vida.   Se hospedaba en  casa de  unos tíos  en la  capital.

El primer día  de clase  en    comunicación  ya  no  resistió  más, agarró  el  celular y  llamó.    Sonó, sonó  pero no respondió nadie. Dejó  pasar  una  semana  y  volvió al  ataque.  Aunque se había  negado  a ser  novia  de  Willy la  verdad es  que su   amistad con  él  era  bastante “fuerte”. Esa  vez  sonó  la,  voz  de  Willy.

_ “hombre  dónde te  has  metido?. “

_ “Perdona Telma,  es  que no estoy  en la universidad”

“¿Cómo  qué?”

-   “no,  lo  que pasa  es  qué   … Pero  mejor  te lo cuento en vivo  y  en directo.




Quedaron  en  una  cafetería  de la  sexta  avenida .

Allí   Willy  la  explicó  su cambio  de planes…: “ Pues fíjate. Mi  papá  sabes  que tenía una  librería  de las pocas  que hay en  la  capital.  La  gente no tiene  afición  a leer  y  vendía  muy  poco.  Y  encima mi papá  se  puso enfermo,  algo  de hígado,  y tuvo   que cerrar.  Yo  me  he  puesto  a  trabajar  en un  taller mecánico de carros  y  he  dejado  los  estudios  para…  si alguna vez puedo… y pienso qué  tú ya  no querrás ser  mi amiga fuerte,  ni  floja  ni  nada.


Telma  se  le  quedó mirando con una  lagrimilla  asomando  en  su  mirada.  “pues… pues…   estoy  pensando  que además eres  un poco  tonto  y  a  mí  no  me  conoces…  y  ¿qué  piensas  si te pregunto  yo ahora si  quieres que … que…  que  salgamos  juntos… bueno, que seamos  amigos  fuertes ,  pero  del  todo.  Yo  tengo ya  20  años  y  tú  19, me parece…Ya has  esperado bastante, digo  yo.  Se quedaron callados.

No  queremos  romper el silencio  y  nos  marchamos  de puntillas  para no  hacer  ruido.

Otro  día  será otro día y veremos como sigue  la  fortaleza  de  esa  amistad y los problemas  de  sus familias, de  sus estudios,  de  sus  trabajos,  de  su país. Porque algo importante en  las vidas  de Willy y  Telma es  que en sus vidas lo único no   era  solo  su  vida  personal  sino  la vida  de su país,  su gente, sus ciudades    y  aldeas.

Esto  que  les cuento  sucede   en  tiempos  anteriores   al  actual… Todavía  no había estallado ese coronavirus  que además  de matarnos, nos obsesiona.

Veremos  como sigue  Willy  y  sus alrededores. Veremos.