Desde la experiencia de
las mujeres que, desde una opción creyente y una visión comunitaria, hemos
emprendido un éxodo hacia una tierra de justicia y de paz donde sea posible el
florecimiento de la vida de todos. El planteamiento fundamental del mismo parte
de la convicción de que hoy no es posible hablar de una teología liberadora que ilumine el camino de la construcción
de otro mundo es posible sin asumir seriamente el compromiso ético-espiritual
de responder a dos de los grandes clamores de nuestro tiempo: el grito de la
tierra y el grito de las mujeres. La cuestión de género, que mantiene en la exclusión
amas de la mitad de la humanidad por el hecho de ser mujeres, y la destrucción del
planeta, fruto de un paradigma de desarrollo que ha desatado una crisis ecológica
sin precedentes y que pone en peligro no solo a la humanidad actual, sino a las
futuras generaciones.
Ecofeminismo, teología saludable para tierra y sus habitantes
Colaboración de Geraldina Céspedes Ulloa