SI FALTAN LOS PASTORES, BELÉN ES UNA FARSA" (Pedro Casaldáliga)
El nacimiento de Jesús en Belén, nos recuerda que lo plenamente humano es lo plenamente divino.
Es una invitación a volver la vista y fijar la mirada en todo aquello que de verdad nos humaniza. La experiencia del amor solidario, fraterno, horizontal: de tú a tú, de vos a vos, de usted a usted...
Nos hace fijar nuestra atención en aquellas realidades de pobreza, violencia, marginación, exclusión e intolerancia que necesitan ser transformadas.
La Navidad nos invita a romper con las diferencias que creamos entre nosotros, basadas en prejuicios, ignorancias e intereses personales que pasan aplastando el bien común.
No podemos pasar por alto el tema de la migración forzada, la trata de personas, la corrupción estatal, la cooptación del sistema de justicia, el genocidio al pueblo palestino, la destrucción de la Casa Común por el apetito voraz del sistema neoliberal y sus manos invisibles moviéndolo. Tantas realidades de injusticia y de pecado (entendido éste como camino errado-equivocado-torcido), que necesitan ser enderezadas, transformadas.
Navidad... Invitación del niño que nace en condiciones precarias, con riesgos de muerte para la madre y las penas propias del padre, todos migrantes y pobres: O nos humanizarnos o nos condenamos a muerte.
Mantengamos viva la esperanza, la resistencia y la militancia por la causa del Reino de Dios y su justicia.
Paz en la Tierra a la gente de buen corazón, de buena voluntad y de acción esperanzada, comprometida y solidaria.
Que el año 2026 venga con sus energías de cambio en favor de la justicia, la ternura y el bien común.
Por: Stuardo Marroquín

