El cuento de WILLY
Historia de un niño algo especial que de mayor lo siguió siendo… a su manera
Martín Valmaseda
Dibujos: Karla y Andrea Aguilar
CAPÍTULO 24
EL  FUTURO
EN  EQUIPO
Aquel  niño  
de 6  años,  había pasado 
ya a los  15,  había 
cambiado de la escuela al 
instituto,  había  empezado a conocer Guatemala real,  que no 
era  sólo la capital ni las
ciudades, sino los bosques, los campos, las aldeas  con su gente 
“nativa”, “indígena”,    
aproximadamente la mitad  de
los  habitantes  de 
aquel país. El espíritu 
inquieto  de   Willy 
le  ayudaba a descubrir esa
Guatemala   y  los problemas 
que hervían  por  dentro 
del   país:  la pobreza y el hambre de mucha gente, la falta  de 
escuelas  de niños  y jóvenes 
que no tenían los centros  y
profesores  que él  había 
encontrado.  El  choque 
con aquella Vilma, hija de 
político,  junto al encuentro con
Telma,  la  campesina 
estudiante  la hicieron  ver como los dos  extremos del país.
Terminamos el
capítulo pasado con la conversación de Willy y Telma que terminó  cuando dijo 
Willy:”Bueno pues amigos fuertes”.
Seguramente
se  lo habrán imaginado ustedes. Es que
Willy  le 
estaba proponiendo a Telma  que
si  quería ser  su 
novia   y  Telma 
le dio, un poco  colorada: “hombre  Willy 
yo te conozco poco,  me  caes 
bien  pero  yo 
conozco  entre  mis amigas  
varias a quienes han engañado… Aún tenemos tiempo para irlo
pensando.  Además yo  colaboro en grupos, donde nos juntamos  para 
analizar nuestra vida  y  lo  que
sucede en el país…
-     ¡Anda!- saltó  Willy - 
eso  andaba  yo buscando. 
Me ha convencido lo  que
hablé  hoy  con 
el  P.  Eulogio, y lo que  he visto en 
las aldeas que hemos recorrido. Podría 
yo entrar en  esos  grupos?
Pero no  porque
estoy  yo…  estos grupos se llaman  comunidades de base
Willy, sentía 
como  que  caía de las nubes a una vida distinta  de  la
que le  habían  enseñado cuando hizo la primera
comunión.  Tenía  mal 
recuerdo  de unas catequistas
que  les hablaban  del pecado y del demonio más que de
Jesús  amigo…
Ya  llegaron a
Cobán.  Telma le  dijo. 
Bueno  Willy  dime tu teléfono.   Si 
quieres  seremos amigos  fuertes 
pero  nada más… y nos  encontraremos   en nuestra comunidad de  base. Cada 
dos semanas… nos juntamos en 
nuestras  casas. 
-         Bueno,
pues amigos fuertes dijo  Willy. Y  así termina 
este capítulo, igual  que el
anterior,  pero  ya 
saben  lo  que 
va  pasando  en 
ese  grupo  de patojos, los  que además de ir  a 
clase del instituto  mostraron
mayor inquietud  subiendo a los montes  de 
esas tierra  olvidadas pero
inolvidables de Guatemala
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del Cuento de Willy
 




