Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

10 de abril de 2021

El capítulo 22 del cuento de Willy

  El cuento de WILLY 

Historia de un niño algo especial que de mayor lo siguió siendo… a su manera

Martín Valmaseda

Dibujos: Karla y Andrea Aguilar

CAPÍTULO 22

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Recuerdan que en el primer capítulo, cuando Willy tenía 6 años, ya era un pequeño aventurero y echaba mano al fusil de un soldado con susto de su mamá.

Luego fue cambiando, por influencia de doña Cristi, la maestra, se ponía siempre en defensa de los más débiles y de parte de las niñas que en aquella escuela con 6 años ya empezaban a ser feministas, a jugar a la pelota contra los niños (y a ganarles)…



Y ya recuerdan cuando, al llegar a los 15 años en el instituto asustaba a los compañeros porque tenía ideas más avanzadas que muchos. Encontró la comprensión de profesores que no solo enseñaban lecciones de memoria sino también a pensar y a conocer el mundo en que vivían. Willy tenía gran capacidad de asombro ante lo que encontraba en torno suyo…

Precisamente estábamos hablando de su encuentro en esa aldea por los montes de Guatemala, y de la vida y religión en aquellas casas de madera con suelo de tierra y vida humilde.


Después de terminar la misa, con cantos en marimba (con vos sos el Dios de los pobres…) mientras tomaban otro tazón de caldo con pata de pollo, Willy empezó a soltar al P. Eulogio un montón de preguntas que le bailaban en la cabeza.



-         “Padre, me gustó esa canción que cantaron al principio, pero me extrañó. ¿Porqué dicen que dios es de los pobres?; si yo veo en la capital que muchas iglesias tienen más gente con dinero y son quienes dan limosna para el templo y los padres,…?

-         -“Tienes razón-respondió el sacerdote-pero es que nosotros pensamos no en ese Dios de catedrales, sino en el Dios de Jesús que era un campesino de un pueblo pequeño, Nazaret, y su mamá una mujer que seguramente no sabía ni leer como la mayor parte de las mujeres de su tiempo, aunque ahora visten a la imagen de la Virgen con ropa lujosa y coronas de oro”.

-          “¿Y siempre ha sido así?

-         -“No, los primeros cristianos eran gente humilde la mayor parte. También había gente más rica que daban su dinero a los necesitados. Lo ponían todo en común …Eso lo cuenta un libro de la biblia que se llama los hechos de los apóstoles.

-         “Pero es que en el instituto donde yo voy no tenemos clase de religión…Además hay gente que son de otras religiones, hasta hay dos chinos…”

Entonces habló Carmen, la catequista:” Pero para eso está la parroquia, hemos aprendido la biblia, sobre todo el evangelio, y cómo explicarlo bien…y una pregunta padre.

¿

Usted es de una congregación que se llama me han dicho?...

Completó el padre Eulogio la pregunta:” nuestra congregación se llama <hermanos de Santa María pobre, H.S.M.P.>…pero no te creas, que seamos tan pobres también a veces fallamos y nos subimos a las ramas”.




Se rió Willy. “¿Cómo Tarzán de los monos?”

Ahí terminó la conversación con risas y comentarios mitad serios, mitad en broma, pero recogieron sus mochilas porque vieron que aun les quedaba otra aldea más arriba y había que trepar como Tarzán. Ya estaba sembrada la inquietud en el corazón y la cabeza de Willy. En el próximo capítulo se lo contamos.


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