Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

27 de noviembre de 2020

El cuento de Willy

 WILLY

 Historia de un niño algo especial que de mayor lo siguió siendo… a su manera


CAPITULO 4

 ¿QUIEN  PUEDE MÁS?

Seguimos la aventura de aquellos novatillos estudiantes. Después de que seño Cristina, dio las palmadas y los metió en la clase, todos discutiendo… Bueno,  todos no.  Todas  las  niñas unidas a  las órdenes de Pili,  entraban decididas a su primera conquista  feminista:  ellas querían  jugar  al  futbol, con  o  contra  los niños,  pero no  aparte…, o   sí  aparte,  pero  como  sólo  había  un terreno de  juego…Ya  verán   lo  que pasó.



Entraron y se sentaron los y las  pequeñas. Se quedaron calladas  y callados  porque la  profe  había  puesto  una  cara muy  seria. Y empezó a hablar Cristina:

-“Me  ha parecido  oír  que no le  dejaban  jugar a uno de  ustedes”.


El mandón se dio por aludido.:” Claro seño porque yo le dije que  no  podía  jugar  y…”

Le  cortó la  maestra: “¿que  tú  le dijiste?… y  ¿quién  eres tú  para decir  quién  puede o no  puede  jugar?  En  ese  momento  se dió  cuenta el  niño  mandón de  que  lo  habían pillado.  Encogió la  cabeza  entre  los  hombros -dijo  en  voz  baja:” Es  que  yo  quería ganar”.

Cristina aprovechó el momento: “Claro Rober  (el niño se llamaba Roberto) eso  es  lo que pasa en el  mundo, que  todos quieren  ganar  por  encima   de  los demás.? ¿ No  se  han  dado  ustedes cuenta  que en estos  días   hay  por las calles de Guatemala muchos militares con fusiles, carros,  metralletas,…?

El ingenuo  de  Willy saltó alegre:  ¡sí  seño Cristina,  yo el otro día  quise  agarrar  un fusil,  pero  mamá  no  me  dejó!

Y  la maestra:  ¿para  qué son  los  fusiles?

Willy:  para  disparar,  pam, pam, pam!

Ella.-y para matar  ¿a quién se  mata?

Dijo Rober: a “los malos.”

Allí  habló  una niña: “y a  los  buenos…A  mi  primo  que era muy bueno  y trabajaba ayudando  a  la gente  un  día…(la  pequeña  no  pudo  seguir, se le saltaron las  lágrimas)…

La  maestra cortó la  conversación:” No  hay  que  matar  a  nadie  ni a  buenos ni  a  malos. En este  mundo  tienen  que  desaparecer  los fusiles,  las  bombas,  los  cañones … y  tiene  que  llegar  la… (se quedó callada Cristina)  y  los niños primero uno  y luego  poco a poco todos  dijeron: “ la  paz…  la  paz…  la  paz  la  paz…”

Siguió   ella. “ Y no hay  paz  porque  muchos  quieren  mandar  y  quitar  a  los  otros  que  mandan…y a  los   menos  fuertes  les  dejan  fuera.

Se escuchó  una  voz  entre las   niñas: ¡como  a  Chepito!

Todos los  pequeños rieron, hasta Chepito  que   dijo :”¡pero  yo  sé saltar  y  agarrar la pelota y los  caramelos!

-¿eso  quería yo decirles niños   que cada uno de  nosotros y  nosotras  valemos  para una  cosa  y podemos  aprender  otras.  Por  ejemplo,  Chepito  salta,   las  niñas   pueden  jugar  muy bien al fútbol y  los  niños  pueden  jugar  a las  cocinas  y  hacer la comida en  casa.

“Sí seño  dijo  otro pequeño.  Mi  papá hace la  comida muy sabrosa.

“Bueno – terminó  la  maestra -pues  de todo lo  que ha pasado hoy  hemos  aprendido  una  lección  importante;  que todos  somos  iguales aunque  cada  uno  pueda  hacer  cosas  distintitas.  ¿Está claro?

¡Siii ¡-dijeron todas  y  todos.

Pues ahora seguimos  con las  letras  y  mañana  ¡partido  de  futbol  niñas contra  niños.

¡Bieeeen!

Veremos   qué  pasa mañana,  en el capítulo 5 

Martín Valmaseda.