El Dios de Jesús
El Dios de Jesús es:
El Dios amor que perdona; Padre que invita; fuerza que sana; esperanza que disipa nuestros temores; reconciliación de nuestras lejanías; el Dios que, por ser justo y universal, es parcial a favor de los desvalidos y de los pobres; el Dios disidente del sistema de vida opresivo y conformista; el Dios de quien uno puede fiarse incondicionalmente, a quien puede abandonarse incluso en la injusticia, el sufrimiento, la culpa, la muerte; el Dios que no consuela con el más allá, sino convoca a la apuesta por el sentido y la esperanza; el Dios que se solidariza con los hombres, con sus necesidades y esperanzas; el Dios cuyo reino es el bien, la salvación, la felicidad de los hombres; el Dios que exige radicalmente, porque da gratuitamente, que es gracia, antes que la ley ( Mt 25, 24--30); el Dios incómodo, peligroso. Un Dios así no se lo inventa uno.
El Dios de la libertad: trascendente, inmanipulable, indisponible, insobornable; el Dios de la esperanza y del futuro, que hace nuevas todas las cosas, que anuncia un cielo y una tierra nueva; el Dios que terminará haciendo triunfar la justicia sobre la injusticia, el amor sobre el odio, la vida sobre la muerte.
PALABRAS
PARA EL SILENCIO

