<<Dios>> y <<pueblo>> son
realidades últimas, como nos lo acaba de recordar don Pedro Casaldáliga:
<<todo es relativo menos Dios y el hambre>>. Y no son ultimas y
absolutas cada una de ellas por separado, sino en relación la una con la otra,
en lo que creo que consiste la originalidad de nuestra fe. Grande es la tentación
de separarlas o de mantenerlas a una distancia prudencial. Pero, aunque lo
intentemos, no es fácil. <<Lo que Dios ha unido>>-y lo ha hecho uniéndose
El mismo a los pobres, débiles, sufrientes-<<no lo separa el hombre a su
antojo>>.
Jon Sobrino